Cuanto más amargo, ¡mejor!
por Graziella Marraccini em STUM WORLDAtualizado em 29/06/2007 14:53:14
Traducción de Teresa - [email protected]
El título de nuestro artículo de la semana parece extraño a primera vista, ¿no es cierto? Pues sí, ¡parece masoquismo desear algo amargo cuando el dulce es bastante mejor! Pero voy a explicar cuál es la línea de pensamiento que me guía. La Cábala enseña que lo amargo existe para que podamos apreciar lo dulce. Bien, esto parece obvio, pero ¡nadie quiere experimentar lo amargo! Hermes Trismegisto en su Cuarto Principio Hermético (4ª Ley Hermética) nos enseña que todo lo que se ha generado y materializado tiene dos polos. Es la llamada Ley de la polaridad. Ella nos explica que “todo lo que se ha manifestado posee dos lados, dos aspectos, dos polos opuestos” con muchos grados de diferencia entre los dos extremos. En esas dos puntas tendremos entonces el máximo de oposición en un tipo de vibración X. Por ejemplo: el termómetro marca los grados de la temperatura, denominándose frío al polo más bajo, y al más elevado, calor. Entre estos dos polos hay muchos grados de vibración que nos ofrecen la sensación de calor o frío. Pero es interesante notar que no existe una demarcación absoluta entre los dos (aun existiendo una convención que indica el 0º como línea de demarcación y de frío). De hecho, si para nosotros la sensación de frío puede ser sentida cuando el termómetro alcanza los 10º positivos, para los esquimales la misma temperatura puede representar “un cálido día de verano”, ¿no es cierto?
Entonces, cuando el Sol del verano polar da calor a los esquimales, ellos sienten aquella tibieza con una enorme intensidad de placer. Aquí, con la misma temperatura, estaríamos castañeteando los dientes con el frío, porque estamos acostumbrados a temperaturas más elevadas. Pero ¿cómo harían los esquimales para apreciar el calor de 10º si no hubiesen pasado por las bajísimas temperaturas del invierno polar? ¿Cómo apreciaríamos nosotros el calor de nuestro verano tropical si no hubiésemos pasado por los 10º de temperatura media de nuestro invierno? Podemos deducir entonces que, para que apreciemos el confortante calor del verano, hemos de pasar por el frío del invierno. Siguiendo en nuestra línea de pensamiento, continuemos con algunas analogías. Al saborear una fruta ¿podemos decir si es dulce o amarga? Si podemos hacerlo ¿de qué nos servimos para comparar? ¿De otra fruta más dulce o de otra más amarga? ¿Habéis probado ya a comer una tajada de tarta y después tomar un café amargo? Éste parecerá más amargo que la hiel en comparación con el dulce de la tarta. ¡Y le añadiremos azúcar para poder paladearlo!
Creo que en nuestra vida diaria tenemos esos momentos de ‘dulce’ y de ‘amargo’ solamente para que aprendamos a hacer nuestras propias evaluaciones personales. Como otra de las Leyes Herméticas (la 5ª) nos enseña la Ley del Ritmo, sabemos que pasamos por momentos alternos de dulce y amargo, de felicidad y de tristeza, ¡de calma y de caos! No obstante, el maestro cabalista nos enseña que son los momentos de caos los que nos hacen apreciar los instantes de calma y, por tanto, ¡debemos agradecer a Dios por haberlos enviado! Caramba, diréis vosotros, ando en unos altibajos tremendos, intentando cuadrar mi presupuesto doméstico (por ejemplo) ¿y debo agradecer a Dios? Sí, debemos agradecer a Dios que nos da la oportunidad de usar nuestra creatividad, nuestros recursos propios para aprender a salir del atolladero.
El sabio nos da dos consejos:
1º) Abrázate al caos. Que sepas que éste es una bendición del cielo destinada a hacernos mejorar. Ten la seguridad de que la Luz tendrá cuidado de ti y te ayudará a encontrar la salida. Comenta contigo mismo: Esto es bueno para mí y me ayudará en mi evolución espiritual y material.
2º) Mira hacia delante y toma sobre ti la responsabilidad de ser la causa del caos. Nuestras acciones crean nuestro karma, ¡no lo olvides! Procura encontrar los motivos de hallarte en tal situación y, si no consigues dar con ellos, acéptala como siendo parte de tu misión en esta encarnación. Encara los desafíos como oportunidades y no como un estorbo.
Ya sabes que después de la tempestad siempre aparece el cielo azul y, quién sabe, ¡un bello arco-iris! Sabes que, tras la noche oscura, ¡aparecerá el Sol para espantar la oscuridad! Entonces, ten fe: cuanto más rápidamente aceptes las dificultades y las circunstancias caóticas como oportunidades para tu elevación espiritual, tanto más rápidamente encontrarás el camino de la armonía y de la serenidad. Tú solito podrás atraer hacia ti la Luz Divina, con el poder de tu mente y el cambio de vibración, de grado en grado, ¡tal como enseña el tres veces maestro!
Para ayudarte a superar las dificultades, espantar de tu cabeza las dudas que aniquilan tus acciones y alejar el pánico que arruina tus opciones, puedes orar con el Salmo nº 70, que alimenta el Genio Cabalístico (Ángel) nº 70, JABAMIAH (las letras del alfabeto hebraico correspondientes son: Yud, Bet, Mem). Su nombre significa: Verbo que crea todas las cosas.
¡Con ese nombre y con su oración, traerás la Luz de vuelta a tu vida y ella te inundará con la bendición divina!
¡Ruega a Jabamiah que te dé la capacidad de reconocer el designio divino incluso en los momentos más caóticos de tu vida! Pídele que te revele el propósito de DIOS que se encuentra por detrás de tu sufrimiento actual y hallarás la PAZ interior y superarás todas las dificultades, creciendo espiritualmente.
¡Buena semana a todos!