Gente, ¡yo no soy de este planeta!
por Eraldo Manfredi em STUM WORLDAtualizado em 16/08/2008 15:30:53
Traducción de Teresa - [email protected]
Cada vez más verifico en mis atendimientos cuánto queda todavía de prejuicio o desconocimiento dentro de nuestras propias cabezas respecto de la maravillosa complejidad de la existencia. Parafraseando a William Shakespeare, que nos legó la famosa frase “¡Hay muchas más cosas entre el cielo y la tierra de las que pueda imaginar nuestra vana filosofía!”, diría que estamos realmente viviendo en una época en que cada vez más rápido obtenemos informaciones de que realmente no nos encontramos solos en el universo y vivenciamos experiencias tan reales y extraordinarias, que muchas veces, aun habiéndolas vivido de forma intensa, nuestra propia racionalidad nos hace dudar de su consistencia...
Atendiendo a distancia a Helena Luisa de Funchal, Isla de Madeira (Portugal), con varias quejas – siendo una de ellas relativa al sentimiento de “No formar parte de este Planeta” – a través de la captación de su Inconsciente, soy llevado hasta uno de sus registros cósmicos (Akáshicos).
Soy conducido a algún lugar de su pasado, donde veo a un hombre que arrastra a una mujer por los cabellos – es una era muy primitiva.
Me causa extrañeza ver que él es el típico hombre de las cavernas que conocemos por la historia, pues su piel es oscura y casi totalmente cubierta de pelos. Juzgaría tratarse de un ser semi-animal, que emite gruñidos en vez del habla que nosotros conocemos.
Ella, a su vez, es muy diferente, pues es atractiva, su piel es bonita, los cabellos son largos y negros, los ojos oscuros y penetrantes; su expresión es la de una persona decidida, de muy fuerte personalidad.
Tras arrastrarla por los cabellos durante algún tiempo, llegan a una caverna oscura y maloliente, donde él la encierra en una jaula hecha de troncos, pies y manos atados con una especie de liana.
Asisto a todo, invisible a los ojos de ellos.
Después de cerrar la parte de arriba de esa jaula él decide salir, e inmediatamente me hago visible para ella, que al verme fija en mí su mirada de asombro y empieza a comunicarse conmigo a través del pensamiento.
Percibiendo que yo lograba comunicarme de la misma manera, solicita que le ayude a huir de allí.
Pregunto de dónde ha venido y qué ha pasado...
- “No lo sé”, contesta.
Entonces vamos a descubrir de qué forma puedo yo libertar tu alma de este lugar.
- “¿Cómo?”
Tengo mis métodos, sólo necesito saber si deseas realmente ser liberada, le digo.
- “¡Sí, es lo que más deseo!”
Pues bien, vamos a descubrir tus orígenes.
Pido permiso a Dios y al Cosmos para ejecutar este nuevo rescate y extiendo mi brazo por entre las rejas hasta tocar sus manos.
Inmediatamente somos aspirados por una energía de una luminosidad muy fuerte, lo cual me causa la impresión de que voy a desmayarme. Durante ese letargo noto que mi compañera y yo estamos siendo proyectados en el espacio sideral, y todo va sucediendo muy rápido y de forma fantástica, pero así y todo, en ese loco viaje consigo visualizar cuerpos estelares multicolores con tonos y matices nunca antes vistos, pero al final acabo perdiendo la conciencia.
Cuando por fin recobro el control de mi conciencia, aparentemente un brevísimo lapso de tiempo, me encuentro en un lugar totalmente inusitado y prácticamente indescriptible. Ahora quien me guía es ella, llevándome de la mano y diciendo:
- “Ven, quiero enseñarte todo lo que pueda, pues sé que nuestro tiempo es corto.”
Empezamos así a desplazarnos por ese lugar fantástico, donde las construcciones, si así podemos llamarlas, parecen hechas de hielo – estando todo muy limpio, claro y luminoso. Mi compañera capta mis pensamientos y responde:
- “No están hechas de hielo, esto es luz plasmada.”
Vamos recorriendo lo que voy a denominar calles y noto que la actividad en el lugar es muy intensa. ¿A dónde nos dirigimos? – pregunto yo.
- “Primero voy a llevarte al lugar donde recibimos a las almas pertenecientes a esta galaxia, que llegan enfermas.”
Entonces ¿es un hospital?
- “Digamos que sí.”
Entramos en un edificio con una claridad intensa, que también está hecho con luz plasmada, y tras recorrer varios pasillos, llegamos a un salón redondo bastante amplio.
Estoy ahora ante una parafernalia de aparatos, semejantes a nuestros equipos informáticos con varios monitores y muchas luces parpadeantes.
Ella me lleva ante una pared donde están instalados varios aparatos semejantes a nuestros equipos de tomografía computerizada.
Los recién llegados son colocados tumbados e inmediatamente el aparato se cierra como nuestros aparatos de bronceado artificial y se desliza hacia dentro del sistema de regeneración.
¿Cómo funciona esto y para qué sirve? Pregunto.
Ella me lleva frente a un monitor para que yo asista a todo el proceso: el sistema tiene miles de orificios microscópicos por donde salen haces de luz finísimos con tonalidades que nunca había visto, que decidí denominar “Acupuntura Cósmica.”
Mi compañera explica que esos haces de luz son el comienzo del proceso de eliminación de cualquier patrón vibratorio referente a dolencias adquiridas en su última experiencia en la Tierra o en cualquier otro sistema planetario. Es el inicio de la restauración de la composición energética de esa alma que acaba de llegar. En el siguiente paso, se la conduce a una especie de “ducha” enorme, de la que no sale agua, sino gotas de luz iguales a las del tubo, que van atravesando el alma de la cabeza a los pies.
¿Para qué sirve ese proceso si los colores son iguales a los que hay en el tubo? Pregunto.
- “Aquí el alma está de pie y de ese modo se cruza el bombardeo anterior con este.”Desde la ducha en seguida la llevan a una piscina azul, que también es de luz plasmada, y tras algún tiempo en esa piscina va a una especie de “hamaca” y la cubren con una sábana de luz cuyos colores son iguales a los del arco iris que conocemos.
Pregunté a un ser que me parecía un “médico” por qué era necesario hacer toda esa limpieza y armonización.
Me contestó que era para que esa alma no fuese a vivenciar su nueva experiencia impregnada con disfunciones energéticas anteriores, lo cual podría causarle grandes trastornos e interferir en el proceso evolutivo futuro.
Le pregunté por qué existen varias razas en el Planeta Tierra, a lo que me contestó que son almas de diferentes galaxias cumpliendo lo que ellas mismas se han propuesto vivenciar como nuevas experiencias o para rescatar algo que ha quedado mal resuelto.
Curioso, le pregunté el por qué de sentirse algunas personas descolocadas en la Tierra.
- “Porque algunas son reacias a tener que pasar por la experiencia terrena a fin de eliminar aún algunos residuos, lo cual es necesario para no tener que vivir ya más en la Tierra, pero en algunos casos raros ha ocurrido un accidente.”
¿Accidente? ¿Y como sucede eso? Pregunté.
- “En el viaje que hacen las almas para conocer lugares en que quieren vivenciar sus experiencias futuras e incluso por mera curiosidad, no pueden sobrepasar el límite de seguridad del campo magnético de ese cuerpo celeste. Pero cuando cometen algún fallo de cálculo, son aspiradas por la energía de ese cuerpo celeste, y en este caso no hay vuelta. Tendrán que pasar por todo el proceso vigente en ese cuerpo celeste, que en la Tierra va desde la fecundación hasta la llamada muerte, que es cuando podrán volver a su galaxia de origen.”
Aproveché para preguntar cómo eran generadas las almas. Se me dijo que no existe comienzo ni final, que cada núcleo-matriz genera las almas según su necesidad evolutiva.
Boquiabierto agradezco a todos por las informaciones y regreso con mi compañera a la caverna donde hemos iniciado el viaje. Ahora tanto ella como yo hemos tenido ciencia del por qué estaba allí y también de la enorme diferencia evolutiva entre ella y aquel hombre tan primitivo.
La oriento a efectuar los perdones para con aquel hombre de “Neandertal” y para consigo misma por aquel accidente a fin de que yo pueda rescatar su alma.
Traigo de vuelta la energía de ella y ruego a su Maestro que haga el rescate de aquella alma suya.
Testimonio de Helena Luisa
Apreciado Sr. Eraldo
¡Una vez más he quedado estupefacta! Agradezco mucho su intervención.
Algunas veces he sido asaltada por visiones nocturnas, entre el dormir y el despertar, con la imagen de alguien que me parecía un ser primitivo, cubierto de pelo. Por veces escuchaba sus gruñidos. Me intrigaba lo sucedido y sólo pensaba que tal cosa me pasaba en un tiempo primitivo, tal vez en una vivencia de hombre de las cavernas. Siempre me pareció que debía haber alguna explicación para ese hecho y que era realmente una visión de alguna experiencia anterior. Pero todo me parecía tan extraño... Por otra parte, tengo una imagen dentro de mí, de un lugar cualquiera que no está en la Tierra. Es una escena en que aparece un mundo que semeja hecho de hielo. Me ha conmovido mucho su relato, porque me parecía haber vivido ya en otro lugar ¿sabe? Algo que no era nuestra Tierra. Lo que me ha dicho ha venido a confirmar, de algún modo, estas percepciones. Tal vez por eso tengo algunas dificultades para adaptarme a este estilo de mundo. Aunque me guste mucho sentir la Naturaleza, todo lo vivo, puro y libre, muchas veces me sentía como una ET.
Ya había estado en una conferencia en que el tema eran las vidas pasadas en la Tierra y, también, en otros planetas. A ciertas alturas, la persona que ha dado la conferencia habló acerca de algunos ET que por accidente se quedan presos en la Tierra. Me ha sorprendido mucho lo que relató. Por cierto, ha sido a raíz de ese seminario cuando empecé a tener visiones por la noche, con los diversos problemas que tenía para resolver y que, sólo ahora, a través de sus captaciones, he conseguido comprender.
¡Ahora lo encuentro todo de veras muy fantástico!
¡Usted tiene un don fuera de serie! Y yo no sé siquiera qué pensar. Es obvio que tengo algunas percepciones, pero no consigo ver claramente sin su ayuda. ¿Lograría yo captar más cosas si desarrollase más mi percepción? Al mismo tiempo estoy recelosa, porque no sé lo que podría llegar a suceder.
Su trabajo requiere mucha dádiva también y nadie le pagará eso, porque es imposible. Es bueno percibir que lo que se siente no son tonterías.
A pesar de mis dificultades para exponerlo, al mismo tiempo me gustaría, de alguna forma, dar mi contribución a todos cuantos, como yo, se sienten desplazados. Si alguien desea escribirme, podré dar mi testimonio personal acerca de su trabajo, para que otras personas puedan beneficiarse de su Presencia y contribución aquí y ahora.
Sólo me queda decirle que he tenido un sueño en la noche del 15 al 16 (fecha de sus captaciones), si no me equivoco. No ha sido una visión. Fue realmente un sueño: he visto a una nave envuelta en una energía colorida que se posaba aquí, en Funchal. Un hombre salió de ella y dijo que iba a enseñarle otras dimensiones a cierta persona. Yo sabía que él vendría a hablar conmigo y ha sido lo que ocurrió. Después desperté. ¡Ahora todo me parece de veras bastante fantástico!
Helena Luisa
Funchal – Portugal
Muchas gracias por la fuerza.
Un gran abrazo.
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