¡Somos Luz!
por Wagner Borges em STUM WORLDAtualizado em 13/09/2010 14:37:55
Traducción de Teresa - [email protected]
El Divino Escultor esculpió nuestra imagen-forma en la Luz.
Sonriendo, Él dijo dentro de cada espíritu:
Ocuparás muchas formas en la existencia, tendrás varios rostros y cuerpos, de colores y formatos diferentes, ¡pero tu verdadera cara es la de la Luz!
Pero el tiempo ha pasado, y nos hemos identificado con las diversas formas, no solo las físicas, sino además con las mentales y las emocionales.
Hemos pasado a vivir y a actuar en las formas, pero sin sentir el Espíritu en nosotros. Hemos pasado a vivir de forma vacía, sin sentido y sin profundidad.
Nos hemos apegado tanto a las formas moldeadas y condensadas en las energías de la naturaleza, que cuando éstas se desgastan, y ya no es posible servirnos de ellas, estamos como perdidos, llorando sobre la referencia externa con la cual nos identificábamos tanto.
Fue por eso que el sabio Jesús dijo:
¡Dejad que los muertos entierren a sus muertos!
El Rabí estaba en lo cierto: quien anda con el espíritu entorpecido en las ilusiones sensoriales del mundo y considera que solo es eso lo que existe, está verdaderamente muerto en raciocinio, percepción y espíritu. Confundir la Luz del espíritu con la cáscara abandonada es lo mismo que confundir la ropa con quien la viste.
Si es necesario respetar el envoltorio carnal abandonado, pues era morada del espíritu en ascensión, es más necesario aún respetar al propio espíritu, esencia imperecedera dotada de todos los potenciales celestes.
Y ningún espíritu, en época alguna, ha sido jamás retenido por el cajón o por el suelo donde su cuerpo ha quedado para ser transformado en otras energías por la generosa Madre Tierra.
A los cuerpos que quedan en la Tierra, nuestro gran agradecimiento, por todo cuanto hemos aprendido por medio de ellos. ¡No obstante, somos espíritus con la faz de la Luz!
Somos forma y semejanza de la Luz, pues no somos animales vertebrados, somos consciencias imperecederas. ¡Somos la cara de Dios! No somos blancos, negros, amarillos o cobrizos. No somos ni siquiera terrestres, pues cualquier espíritu viene egresado de otros planos sutiles, no físicos.
Por tanto, somos extra-terrestres, pues terrestres son solamente los cuerpos que usamos temporalmente.
¡SOMOS LUZ!
Mientras los muertos entierran a sus muertos, los espíritus continúan viviendo más allá… Los primeros miran las tumbas y lloran la ilusión de sus referencias solamente físicas; los últimos miran para las estrellas y alzan el vuelo a otros parajes.
Y allá arriba no hay ningún número de tumba como referencia, ni ataúdes enterrados para que alguien se guíe en el dolor de su pérdida ilusoria. Lo que sí hay es una infinidad de espíritus vivos, ¡todos con la cara de Dios!
El Divino Escultor esculpió nuestra imagen-forma en la Luz.
Por tanto, hagamos honor a esa Luz.
¡SEAMOS LUZ!*
(Este texto está dedicado a las personas que jamás desisten de los sanos ideales en la existencia. Incluso rodeadas por dificultades varias, persisten y confían en la propia Luz que viaja dentro de sus corazones. Saben que esa Luz no es de este mundo, y que solo el Divino Escultor es quien sabe el real valor de cada cual, puesto que Él conoce profundamente lo más secreto de los pensamientos de los hombres y sabe quién es leal servidor consciente de sus magnos designios evolutivos).
Paz y Luz.
Wagner Borges – sujeto con cualidades y defectos, igual a todos, pero que, cuando se acuerda de alguien que se ha ido a vivir al Astral, siempre mira hacia arriba, jamás hacia abajo, ¡pues sabe que ninguna tumba puede sujetar a alguien que es la cara de Dios!
- Nota: Para enriquecer estos renglones, añado a continuación un texto – publicado hace algunos años por la Web del IPPB – link – con algunos toques más.
¿QUIÉN LLEVA A QUIÉN?
Muchas veces, quienes estudiamos temas espirituales y procuramos hacer algo bueno con ese estudio – en nuestros pensamientos, sentimientos y energías – solemos decir:
“Nosotros llevamos la información espiritual a otros”.
A decir verdad, es la información espiritual la que nos lleva; somos tan solo canales suyos – y, dicho sea de paso, canales imperfectos – expresando algunas cosas en el mundo.
Expresando algo de la espiritualidad e intentando crecer con valores que el mundo siquiera tiene en cuenta – valores elevados y muchas veces olvidados por nosotros mismos cuando hacemos alguna trastada, pues estudiar temas avanzados no significa que seamos elevados – somos llevados por ella a ciertos momentos conscienciales interesantes y creativos.
Llevamos la espiritualidad y somos llevados por ella, mucho más de lo que imaginamos.
Cuando somos llevados por ella, generalmente se presentan algunos de estos estados de conciencia:
- Los ojos brillan mucho.
- La alegría se presenta como estado de conciencia independiente de los factores que ocurren en el momento.
- El amor posee los pensamientos y lleva a altos vuelos por el cielo del corazón.
- El deseo de crecer aumenta la excitación de vivir.
- El aura se expande mucho y toca las auras de otros con toques de energía estimulante para el progreso y el bien de todos.
- La conciencia se siente ligada a otras conciencias sanas, de la Tierra y de otros planos de manifestación.
- Crece la admiración por todos aquellos hombres y mujeres maravillosos que han dejado mensajes de paz y luz entre los hombres.
- También crece la admiración por todos aquellos hombres y mujeres que viven en la Tierra e intentan hacer algo bueno, incluso portando defectos y enfrentándose a diversas dificultades, pero esforzándose por generar climas mejores en la existencia.
- La propia inmortalidad permea la conciencia y le da fuerzas para continuar caminando y apreciando la vida, aun bajo el impacto de la pérdida de alguien amado. Ella sabe dentro de sí misma. Por eso, no necesita de ningún adoctrinamiento espiritual para cerciorarse de algo que siempre ha sabido en su corazón.
- Dentro o fuera del cuerpo, ella se ve impelida a estados conscienciales sanos y es incapaz de hacer daño a nadie. Es imperfecta, puesto que es humana, pero no porta maldad.
Mientras llevamos la información espiritual, también somos llevados por ella. Y entonces, poco importa quién lleva a quién, pues lo importante, en cualquier estudio espiritual, es siempre mejorar la lucidez, ensanchar el amor y ser asociado constante de la alegría.
Resumiendo: llevando la espiritualidad o siendo llevado por ella, lo importante es ser feliz con lo que se hace.
Paz y Luz.
Wagner Borges
- Una nota más: Mientras organizaba estos textos, recordé dos bellos poemas iniciáticos del maestro árabe Rumi, que sientan como un guante a este texto. Van a continuación.
EN MI FUNERAL
El día en que lleven mi cuerpo muerto
No pienses que mi corazón quedará en este mundo.
No llores por mí, nada de gritos y lamentaciones
- Recuerda que la tristeza es otra asechanza del demonio.Al ver pasar el cortejo, no grites: “¡él se ha ido!”
Para mí, será ese el momento del reencuentro.
Y cuando me bajen a la fosa, ¡no digas adiós!
La sepultura es el velo ante la reunión en el paraíso.
Ante la visión del cuerpo que baja
Piensa en mi ascensión.
¿Qué hay de error en el declive del sol y de la luna?
Lo que te parece declive es tan solo alborada.
Y aunque la tumba te parezca una prisión,
Es ella la que liberta el alma:
Toda semilla que penetra en la tierra germina.
Así también ha de crecer la semilla del hombre.
El cubo solo se llena de agua
Si baja al fondo del pozo.
¿Por qué debería el José del espíritu
protestar por el pozo a que ha sido arrojado?
Cierra tu boca de este lado
Y ábrela más allá.
Tu canción triunfará
En el aliento del no-lugar.
- Rumi –
(Texto extraído del inspirado libro “Poemas Místicos”, de Jalad ud-Din Rumi, maravilloso poeta sufí – Editora Attar).