Inocencia
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 11/03/2011 19:38:12
Traducción de Sandra Olivares - [email protected]
La verdad se esconde bajo muchos disfraces y, al contrario de lo que imaginamos, no la encontramos a través del esfuerzo ni de la lucha.
Solamente cuando conseguimos despojarnos del ansia por la realización, del impulso por el hacer y del deseo de tener el control sobre la realidad, es que podemos aproximarnos a nuestra verdadera esencia.
Para muchos, descubrir la verdad se asemeja a una experiencia de laboratorio, donde las variables son predeterminadas y las condiciones controladas.
Entretanto, la vida es mucho más rica, multiforme y llena de matices y posibilidades de lo que podemos imaginar. Exactamente por esto, entrar en el terreno del misterio exige de nosotros un total despojo, una confianza absoluta y una entrega sin reservas.
La confianza, a propósito, es algo que la mente siempre intenta bloquear, ya que uno de sus principales objetivos es sembrar la duda y la desconfianza dentro de nosotros.
Por esa razón, miramos con reserva todo lo que no puede ser científica y racionalmente comprobado.
Adentrar en la dimensión del misterio y contactar la naturaleza divina de nuestro ser, no requiere nada a no ser abandonar todas las creencias preestablecidas y los condicionamientos a que fuimos sometidos a lo largo de nuestra vida.
Es esto a lo que Jesús se refería cuando afirmó: dejad que los niños vengan a mí. Los niños representan la metáfora más perfecta de la inocencia con que todos entramos a la vida. Y es exactamente este estado original que precisamos recuperar, para conocer la naturaleza búdica que existe en cada uno de nosotros.
Sabiduría no es conocimiento, pero son parecidos. El conocimiento solamente pretende ser sabiduría, es exactamente lo opuesto de la sabiduría. El conocimiento es siempre prestado, y porque es prestado, es básicamente falso.
La sabiduría nace en cada uno - es su florecimiento, es su fragancia. Es auto-comprensión, auto-conocimiento. Uno se vuelve luminoso; alcanza una presencia sólida. Y tiene un centro, se siente enraizado, integrado, no está más fragmentado...
Sabiduría es una revolución en su ser: el conocimiento es apenas basura. Uno puede recogerlo de los otros, pero Ud. no cambia, Ud. permanece igual. Es claro que se convierte en alguien muy decorado, gana muchas bellas máscaras, pero su propio rostro continúa siendo el mismo.
Ud. va acumulando conocimiento, su memoria se torna más y más rica, pero su ser permanece tan pobre como siempre. Porque el conocimiento puede simular ser sabiduría, ambos usan el mismo lenguaje..
Si Ud. está simplemente repitiendo las experiencias de otras personas, esto es perspicacia, es conocimiento - muerto, sin sentido, nada más que apariencia. Ud. puede decorarse con éste, puede fortalecer su ego a través de él, pero no va a conocer la verdad
OSHO - Filosofía perenne