En lo infinito de dentro, la sabiduría de lo eterno
por Wagner Borges em STUM WORLDAtualizado em 11/01/2008 15:23:52
Traducción de Teresa - [email protected]
Nada sé acerca de lo que me preguntas. No conozco el futuro ni los misterios universales. También, cómo lo podría: soy apenas un espíritu, al igual que tú mismo. Quien tiene las grandes respuestas es el Gran Espíritu. Pero dudo que tú o yo pudiésemos entenderlas. Para comprender grandes cosas, solamente siendo grande también.
Sin embargo, podemos comprender los pequeños misterios, aquellos dentro de nosotros mismos. Y, ¿quién sabe, no encontramos dentro de lo pequeño la esencia de lo grande?
Dios es listo. Tal vez haya escondido la grandeza universal dentro de la pequeña semilla. ¡O, tal vez, dentro de nuestros corazones! De todas formas, se hace raro intentar conocer lo infinito de fuera sin conocerse a sí mismo. Sí, existe también un infinito de dentro, desconocido e intangible, hasta el momento.
Muchas veces, el vacuo consciencial que sentimos es debido a ese desconocimiento sobre nosotros mismos. En verdad, somos mucho más que lo que aparentamos y mucho menos que aquello que suponemos ser.
Por tanto, ante lo infinito, ¡sólo sé que poco sé! Y hasta eso es relativo... ¡yo sé!
Has escrito al tipo equivocado: no soy gurú, maestro o cosa por el estilo.
¡No tengo respuestas cósmicas para nada! No disuelvo el karma de nadie (¡y aún pago alquiler!). Soy un espíritu, tal como tú, intentando crecer y aprender mucho en este gran mundo de Dios.
No soy avatar ni salvador, o incluso emisario virtuoso de la Nueva Era. He reencarnado porque lo necesitaba, tal como casi toda la humanidad. Esto lo sé: he reencarnado en la Tierra por el mismo motivo que tú y que casi todos:
Aprender lo que se dé y hacerlo lo mejor posible.
Por eso, pienso que debes escribirle a algún gran ser de luz; ¿quién sabe Buda o Jesús no te respondan? Ellos conocen grandes cosas, en la práctica; son fieras en el asunto y llenos de paciencia y compasión. Y, si te responden, por favor, ven a contármelo y a compartir todo. Ahora bien, si ellos te dicen que te conozcas por dentro primero, cuéntamelo también, ¿quién sabe si en medio de la risa sana y sin compromiso de preguntar y responder, no pinta la iluminación real?
De cualquier forma, mientras no descubrimos los grandes misterios, de dentro y de fuera, ¿qué tal si intentamos ser felices en el aquí y ahora de la vida? Mientras lo grande no viene, hagamos lo mejor posible, aun que sea en lo pequeño.
Perdona no haber contestado lo que deseabas, pero es que de veras no tengo grandes respuestas. Solamente sé que necesito vivir, amar, sonreír, aprender y seguir... ¡y tú también!
P.D.: El hecho de que yo escriba sobre temas espirituales no me convierte en espiritualizado. En verdad soy un tipo con suerte, pues hago auto-stop en las vibraciones de los amigos espirituales. Aparte de aguantarme, aun me transmiten toques de conciencia pertinentes y abren rendijas entre los planos, para que yo pueda viajar más allá y aprender cosas fetenes. Desde allí traspaso lo que aprendo extra-físicamente mediante los escritos que hago circular en lo intra-físico.
Cada texto es como una semilla espiritual plantada en el corazón de los lectores.
Si el terreno es fértil, ella hará germinar la sintonía espiritual adecuada, y alguna cosa buena brotará.
Luego, no soy gurú o sabio. Me inclino más hacia “espíritu-semillero”, intentando hacer lo mejor posible: ¡proyectar los textos-semilla en el corazón de los lectores sensibles a los valores espirituales sanos!
A trancas y barrancas, voy haciendo ese servicio. No sé de los misterios universales, pero sé de la calidad espiritual de las semillas lanzadas por ahí...
Como sé, también, que el Gran Arquitecto del Universo es el verdadero dueño de las semillas, de los terrenos, de los amigos espirituales, de los lectores, del escritor y de todo lo demás en la vida infinita. Sólo Él sabe el real valor de las cosas, de dentro y de fuera.
(Respuesta a un e-mail recibido).
