Enseñanzas Ramakrishna
por Adília Belotti em STUM WORLDAtualizado em 23/01/2008 14:39:27
Traducción de Teresa - [email protected]
Una amiga me manda este mensaje, decidido y asertivo. Bueno para levantar la moral, inspirador en aquellos lunes desanimados que a veces nos susurran tristezas. Me puse a averiguar y he descubierto que el autor era un gran líder espiritual, de la “The Ramakrishna Foundation” de Calcuta, en la India, Swami Lokeswarananda.
En el sitio web de la Ramakrishna Vedanta de Brasil encontré otro mensaje, estimulante como un café fresco y fuerte... ahí van los dos para ti:
“Cualquier sistema que debilite la mente y nos vuelva supersticiosos, desanimados, y que nos haga desear toda suerte de insensatas imposibilidades, misterios y consejas, no es de mi agrado, porque sus efectos son peligrosos. Tales sistemas nunca aportan bien alguno; crean una mente mórbida, enflaqueciéndola y debilitándola hasta tal punto que con el paso del tiempo, se hace casi imposible aceptar la Verdad o vivir conforme a ella. La fuerza, por tanto, es el requisito más necesario. La fuerza es el remedio para la enfermedad del mundo.”
Swami Vivekananda
Levántate y comienza de nuevo
“Nadie puede decir que nunca ha experimentado fracasos en la vida. La vida significa altibajos: a veces estás en lo alto y a veces estás abajo – nunca en lo mismo. Lo esencial es que se debe luchar todo el tiempo, cualesquiera que sean los resultados. Tienes que continuar tu lucha incluso después de un triunfo, pues siempre es posible perfeccionar el éxito obtenido. Intenta siempre hacer algo mejor todavía y nunca digas que ya has hecho lo suficiente. No hay nada mejor que el triunfo.
Lo que realizas externamente a través de tu lucha puede ser importante, pero lo que realizas internamente, es decir, en relación a tu carácter y personalidad, es aún más relevante. Por ello es esencial que continúes luchando incluso cuando has alcanzado aquello que deseabas. Un eventual fracaso no es motivo para el desistimiento.
Aunque falles repetidamente, debes continuar luchando hasta el último aliento. El Gita enseña que debemos trabajar sin preocuparnos por la recompensa: el propio trabajo es tu recompensa y no hay ninguna otra que buscar. Cualquier eventual recompensa será meramente incidental. La recompensa es un aliciente, pero puede revelarse ilusoria e incluso puede desalentar esfuerzos posteriores. Por eso el trabajo es más importante que la recompensa.
“Cuida de los medios, que el fin cuidará de sí mismo.” O sea, da lo mejor de ti: eso es lo único que puedes hacer y es también el único secreto para el triunfo. El hecho de esforzarte al máximo no es garantía de éxito. También aprendemos en el Gita que no debemos trabajar llevados por ninguna ilusión en cuanto a los resultados de nuestros esfuerzos. Puede ocurrir que el éxito no llegue, a pesar de todo cuanto hayas hecho; aún así, debes continuar luchando, pues así es como se desarrolla tu fuerza interna, y esto es mucho más relevante que aquello que anhelabas ganar externamente. Lo que cuenta es la experiencia que se adquiere por el esfuerzo continuado. Puedes fracasar aquí y allá, pero esto es un precio muy pequeño comparado con lo que ganas en términos de personalidad: tu discernimiento se desarrolla, tu perspectiva se hace más clara, te haces más fuerte y animoso, una persona infinitamente mejor en todos los aspectos. Visto de ese modo, el refrán “El fracaso es el pilar del éxito” tiene sentido. Nunca desistir ante los fracasos: esa es una de las lecciones del Gita.
La verdadera prueba para una persona tiene lugar cuando se enfrenta con la adversidad.
Cuando todo se pone favorable es fácil seguir adelante; pero persistir cuando hay dificultades, cuando se es vencido por la falta de suerte, requiere mucho coraje. Los hindúes consideran que es posible desarrollar una gran fuerza interior capaz de desafiar a todas las fuerzas hostiles internas y externas, de modo a perseverar rumbo al objetivo con incansable dedicación. Un modo de construir tal fuerza es pensar que la vida es un deporte y la regla del juego es que, pase lo que pase, debemos siempre seguir adelante, aceptando en la carrera tanto el triunfo como el fracaso. No dejes nada al azar, cuenta apenas con tu propio esfuerzo. El cobarde se detiene frente a las dificultades; el animoso las recibe con placer porque desea medir fuerzas con ellas. Atreverse siempre y nunca temer las dificultades es la lección más importante a recordar.”
Swami Lokeswarananda, Pratical Spirituality