Represión
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 05/02/2008 13:41:17
Traducción de Teresa - [email protected]
Reprimir significa, entre otras cosas, no dejar que algo suceda o prosiga, se manifieste, se ponga en movimiento, se desarrolle.
Si reflexionamos con calma acerca de estos significados, podemos percibir cuánto estamos perdiendo o dejando de crecer cuando reprimimos nuestra verdadera naturaleza, nuestros reales sentimientos y nuestros potenciales no expresados.
La represión, desgraciadamente, es parte inherente de nuestra formación, de nuestro condicionamiento social.
Se nos adiestra desde muy temprano para reprimir las sensaciones más auténticas que experimentamos acerca de la vida.
El mundo exterior ejerce una presión poderosa sobre nosotros y, de modo general, reacciona de manera bastante negativa frente a una persona auténtica, que expresa todo lo que siente y piensa sin censura alguna.
Debido a esto, aprendemos a reprimir nuestra autenticidad hasta que nos tornamos tan automatizados, que siquiera tenemos conciencia de ese hecho.
Sin embargo, como todo lo que es reprimido continúa actuando, aunque a un nivel inconsciente, no admira que la humanidad se encuentre en tal grado de insania y desequilibrio.
Recuperar la conciencia sobre lo que de hecho sentimos, deseamos o queremos expresar, es esencial para que nos liberemos del condicionamiento que a lo largo de la vida nos viene manteniendo reprimidos e incapaces de expresar libremente nuestro verdadero ser.
... “Y una vez que reprimas cualquier cosa, la energía que está siendo reprimida empieza a avinagrarse dentro de ti. La misma energía que podría haberse convertido en una flor, se vuelve espina. La misma energía que te ayudaría a crecer, al quedar estancada empieza a oler mal. La energía necesita permanecer en un estado fluido; la represión torna tu vida estancada. Soy contrario a la represión y todo por la expresión.
Exprésate. La existencia es la expresión de Dios – en esto consiste la creatividad. Exprésate y no condenes a ninguna cosa. No hay nada equivocado en ti; todo lo que es, es bello. Algo puede tener necesidad de transformación, pero no está equivocado. Eso no tiene que ser abandonado, tiene que ser transformado. Y la transformación tiene lugar a través de la disciplina; la disciplina viene a través de la meditación. Permanece más alerta, observador. Pero no te cargues de conclusiones, conclusiones previas.
... Si te diriges con tu mujer o tu marido a un paseo matinal y tu marido dice: “Mira aquella mujer. ¡Qué guapa es!” Inmediatamente el problema surge – ¡él no puede decir eso! Pero nada hay de malo en esto... Deberías ponerte contenta porque él está animado, joven, porque sus ojos aún pueden ver belleza, porque él todavía consigue ser sensible a todo lo que es bello. No hay necesidad alguna de sentir celos.
Pero si el marido no puede decirlo, de hecho va a fingir que no ha mirado a la otra mujer. Él ha mirado, él está mirando, y ¡puede que se haya puesto las gafas oscuras solamente con ese objeto! Él habrá de encontrar disculpas para mirar a la mujer: él puede sacar conversación sobre el árbol hermoso. ¡No le interesa el árbol, sino la mujer sentada bajo el árbol! Y la mujer sabe perfectamente bien por qué de repente le interesa el árbol, al fin y al cabo, él nunca había demostrado interés por los árboles.
La mujer no puede decir al marido: “¡Qué guapo es ese hombre!” El marido se sentirá ofendido – su ego queda lastimado. Todos llevan en si la idea de que “nadie es más guapo que yo”. Ahora bien, todos saben que esto es puro absurdo. Todo el mundo es único, esto es verdad, y todo el mundo tiene unas pocas cosas que nadie más tiene. Puede que ese hombre tenga los ojos más bonitos que los tuyos, puede que tú tengas una bella nariz y que la de él sea fea, pero ¿y en cuanto a los ojos? Puede que tú tengas un bello rostro, pero ¿y en cuanto al cuerpo proporcionado de él?
Las personas deberían ser más inteligentes y deberían apreciar, deberían ayudarse unos a otros a apreciarse. Ellas deberían decirse unas a otras: Estás en lo cierto. Esa mujer es bonita, ese hombre es bonito. Y no hay nada malo en esto. Y esto no va a destruir tu amor, esto va verdaderamente a intensificarlo, a fortalecerlo. Comunicarse el uno con el otro auténticamente es siempre un alimento para el amor. Cada vez que empiezas a fingir o te ves obligado a eso, cada vez que te ves obligado a decir alguna cosa que no quieres decir y que no se te permite decir algo que quieras decir, entonces el amor empieza a desaparecer y la distancia queda creada.
OSHO, del libro, Tao - el portal dorado.
