Bagaje
por Saul Brandalise Jr. em STUM WORLDAtualizado em 29/03/2008 10:20:20
Traducción de Teresa - [email protected]
Una de las personas a las que asisto, realineando sus chakras para que se modifique su forma de ver la vida, un día me dijo:
“Tú sabes que es muy difícil el bagaje que tenemos que arrastrar en nuestras vidas”, refiriéndose a los problemas pasados y sus notables consecuencias en nuestras relaciones y cosechas.
Respondí:
No estoy de acuerdo contigo cuando dejas evidente que en la vida necesitamos llevar un bagaje que no añade más valor... que duele, que lastima... no, no hay bagaje pesado que llevar. La vida y las experiencias no tienen peso... somos nosotros los que insistimos en dárselo.
Toda la emoción que colocamos en cada uno de los episodios de nuestra vida es elegida por nuestro Libre Albedrío. Dar mayor o menor importancia a un hecho, a un acontecimiento pasado... corresponde exclusivamente a nosotros decidir qué hacer con él. Mantener la emoción del momento, buena o mala, insisto, compete a nosotros la decisión de preservarla o abandonarla.
Algunos dicen:
“Dios lo ha querido así...”
No es correcto. Dios no quiere nada. Nosotros somos quienes hablamos o decidimos, por tanto, afirmar eso es tan sólo una fuga para nuestra incapacidad y/o incompetencia para cambiar nuestras actitudes. Es siempre más fácil permanecer en nuestra zona de confort. De esa forma no hay peso en nuestros “bagajes” de la vida. Hay emociones y éstas no tienen peso. Nuestra necesidad de continuar como “pobrecitos” es lo que les atribuye volumen. Es nuestra falta de amor propio lo que nos pone así.
Es nuestro cuarto chakra desequilibrado lo que nos lleva a la situación de querer mimos, regazo, y así sentirnos protegidos.
Es la incapacidad de desafiarnos a nosotros mismos lo que nos convierte en rehenes de nuestros problemas. Es el miedo, instalado por los padres, los educadores y las religiones, lo que nos hace estacionar y nos impide seguir adelante.
La vida es un proceso eterno de evolución, libre de cualquier tipo de bagaje que tenga peso específico. Nosotros, desgraciadamente, en algunos momentos, damos valor a lo que nada vale.
Somos, por tanto, los creadores de nuestros problemas y también de las soluciones. ¿Quién puede afirmar que las emociones que nutrimos han sido colocadas por otras personas? Nadie, pues compete a nosotros aceptar aquella emoción o no.
Es más cómodo, confortable incluso, considerar que el otro me ha forzado a ser así. En realidad, nuestro confort y nuestra cobardía nos han colocado en esta posición.
La cobardía no es más que la corrupción de la prudencia. Por cierto, en nuestro país la corrupción ya está convirtiéndose en motivación de gente “espabilada”... Sólo falta considerarlo bonito y convertirnos en un cobarde corrupto con nuestros valores internos.
Finalizando, en mi opinión, no hay modo de que transformemos problemas en fardos pesados o decir “Sea lo que Dios quiera...”
El fardo de nuestras memorias no tiene peso y Dios no quiere nada. Nosotros somos quienes lo volvemos todo complicado. Nosotros somos quienes decidimos quedarnos con la emoción de nuestro aprendizaje. El dolor es necesario, pero el sufrimiento es optativo, por tanto, sin peso, sin bagaje. Hemos de quedarnos sólo con el aprendizaje. Éste es ligero, bonito y también es un gran maestro.
Sé que nos veremos
Beso en el alma