Mi Historia Con Jesús
por Wagner Borges em STUM WORLDAtualizado em 19/05/2008 11:19:39
Traducción de Teresa - [email protected]
(Cuando el Sol de Amor me Encontró)
Amigo, ¿cómo hablar de Él?
¿Cómo describir la paz celeste en la inmensidad de una mirada?
¿Cómo hablar de la dulzura de un amor incondicional, que se revistió de hombre, para vivir entre los hombres?
No, amigo mío. Tan sólo me callo e inclino mi cabeza y viajo para dentro del corazón, que siente y comprende mejor aquello que la mente no sabe.
Con todo, puedo hablar de cómo Él me encontró, en mi momento más difícil.
Siempre había oído hablar de Él por boca de los predicadores religiosos, a quienes yo no soportaba, por no sentir en ellos la flama espiritual que abrasa el corazón y arrebata el espíritu.
Pero siempre Lo he respetado y he procurado aplicar Sus enseñanzas en mi vida, por mi propia cuenta. He interpretado sus palabras por lo que mi corazón sentía y he procurado proceder de conformidad con ellas.
No siempre lo he logrado, pero me he esforzado en ser justo y digno y he hecho lo mejor posible dentro de las condiciones que se presentaban en mi vida.
He vivido muchas dificultades e injusticias, pero siempre he apreciado la integridad de carácter y jamás he traicionado mi espíritu. Y precisamente por eso ha sido que cierto grupo ha conspirado contra mi vida, pues yo no estaba de acuerdo con ciertos intereses furtivos.
Amigo mío, la historia de los hombres está llena de tramoyas e intereses mezquinos.
Por medio de una estratagema sórdida he sido atraído a una encerrona y acuchillado en un callejón oscuro y lleno de basura. Después, mis agresores arrojaron mi cuerpo a las aguas embarradas de un río.
No sentí dolor en aquel momento, pero fui tomado de gran decepción conmigo mismo, por haber caído en sus garras.
En el momento de la estocada fatal, perdí la conciencia y permanecí en un estado de perturbación mental, como si estuviese suspendido entre la mente y el mundo.
He visto como toda mi vida pasaba mentalmente en segundos, ante mi sorpresa y confusión.
Sabía lo que había ocurrido, pero quedé en un estado de entorpecimiento mental. Sólo recobré mi lucidez cuando arrojaron mi cuerpo al agua.
Me sumergí detrás de él, enloquecido y decepcionado, pero no logré alcanzarlo, pues había sido fuertemente arrastrado a las profundidades de aquellas aguas heladas y embarradas de un río de la vieja Europa.
Cuando subí a la superficie, vi una mano extendida hacia mí.
La sujeté y tomé impulso para salir del agua. Fue cuando me di cuenta de que era Él el dueño de aquella mano firme y generosa.
Me miró a los ojos y quedé colmado de luz. Me volví lúcido, más de lo que nunca había sido antes y sentía oleadas de amor viajando dentro de mi ser.
Amigo, renací en aquel momento.
En una fracción de segundo, comprendí todo y acepté lo ocurrido.
Entonces, Él me dijo: “Ven conmigo, amigo mío. Es hora de volver a casa. ¡No temas!”
Y Él me abrazó, como se abraza al ser más querido. Y yo me sumergí en la luz con Él, de vuelta a casa. Pues fue así, amigo mío, como conocí a Jesús.
Desde entonces, Él es mi inspiración para todo.
¡Él me encontró, y yo me encontré!
Y así es como quiero dejarlo registrado entre los hombres.
Él es el grande amigo que abraza a todos, sin que los hombres lo vean.
Él es el dulce Jesús, mi amigo.
Sujeta Su mano y síguele...”
(Recibido espiritualmente por Wagner Borges).
- Nota: Recogí el testimonio de ese espíritu durante una experiencia fuera del cuerpo. Después, cuando regresé al físico, anoté rápidamente todo cuanto él me había dicho.
