Mantras
por Acid em STUM WORLDAtualizado em 25/06/2008 15:09:07
Traducción de Teresa - [email protected]
Introducción del autor: Dejo claro que lo que escribo es fruto de mis experiencias y estudios. No es la verdad absoluta. Es lo que juzgo comprender. Tomad lo que os parezca bien. Desechad lo que no sirva.
(Por Enki)
Puede que muchos conozcáis el mantra OM MANI PADME HUM. La mayoría de los occidentales asocia a este mantra con la compasión y lo traduce como “Salve la joya en el loto”.
Pero lo interesante es que esa traducción a medias literal no tiene mucho que ver con el contexto original del mantra. Para quien no lo sepa, el mantra es budista, más precisamente de la escuela tibetana, que es tántrica. Como la gran mayoría del conocimiento tántrico, el mantra es un aforismo, o sea, contiene en si una gran cantidad de información que se desdobla y se presenta a aquellos que conocen el concepto original. Esto no es ser técnico, complicado ni nada por el estilo. En el contexto budista original, todos los budistas conocían estos conceptos. Entonces, era algo natural…
De forma bastante simplista, sigue el modelo tradicional de lo que el mantra representa para los budistas tibetanos, según lo que ha sido transmitido por grandes sabios:
OM = es el principio de la Universalidad, de la inclusión.
MANI = es la mente, que debe transformarse de algo impuro en algo puro, translúcido y firme, a través de discernimiento y discriminación (viveka y vijnana).
PADME = es el fruto de la transformación de la mente en el “diamante” (vajra). Es la expansión de la percepción de la Conciencia.
HUM = es el fruto de esa expansión de percepción: la integración.
Ahora bien, cada uno de esos significados que he colocado surge de acuerdo a una disciplina específica. Cada uno de los Dhyanis Budas está asociado a ese mantra y sus respectivas “prajnas” (sabidurías) también.
Pregunto: OM MANI PADME HUM ¿significa “Salve la joya en el loto”? No. Esa es una traducción o sentido que ha sido dada al mantra por espiritualistas occidentales, basándose en el cuento de que aquél fue transmitido a la humanidad por un boddhisattwa (Cherenzing, Kanon, Kuawn Yin), en un acto de compasión. El mantra puede incluso generar en mí la compasión, si yo aprendo que es un mantra para la compasión. Es ciertamente un placebo. Pero si yo sé de qué está REALMENTE el mantra constituido, de qué “está hecho”, ciertamente el enfoque será otro. Hasta puede incluir la compasión, pero es algo mucho más profundo.
Los mantras son una de las maneras que los sabios han encontrado para intentar reproducir estados conscienciales que ellos alcanzaban y vivenciaban durante sus experiencias de Samadhi. (Samadhi es el aumento de la percepción que tenemos de la Conciencia, de lo UNO, del Todo. Muchas veces se le traduce como Expansión de la Conciencia. Pero si la Conciencia Es el Todo, el Absoluto ¿cómo puede ella expandirse? Así, lo que se expande es la percepción de ella, visto que ella es SIEMPRE la misma). Son como un “aglutinado” de informaciones. Pero esas informaciones no son mentales. Están más allá de la mente, pues lidian directamente con la Realidad Última, con Brahmán, El Todo, como se quiera llamar. Y hasta allí, (Brahmán), la mente no alcanza… Atribuir a mantras y yantras relaciones mentales (o estados de conciencia mentales) es un error, hasta donde he podido comprender. Así, los mantras nada tienen que ver con inconsciente, consciente o subconsciente, y sí con la CONCIENCIA MAYOR, o sea, Brahmán.
La palabra mantra es la junción de otras dos en sánscrito. Pese a que la traducción corriente es “instrumento de la mente”, donde MAN es “mente” y TRA es “instrumento”, os digo que esa es la traducción incorrecta…
MAN, de hecho es MENTE. TRA viene de Trayati, que significa LIBERACIÓN. Así, los mantras son herramientas que nos ayudan a “liberarnos/libertarnos de la mente” (y no a liberar la mente, como una traducción literal puede suponer). O sea, los mantras son herramientas para “disolver la mente”.
Los mantras, repetidos al buen tuntún, mecánicamente, tienen poca o ninguna influencia sobre la persona que los repite. Aquí algunos pueden estar pensando: ah, pero está la egrégora, etc. Digo: Según lo que he aprendido fuera (y dentro) del cuerpo con algunos Yoghis, el mantra en sí no tiene egrégora. Ahora bien, la intención y comprensión afines que se generan DESPUÉS de la práctica del mantra PUEDE generar una egrégora. E incluso así, esa egrégora es real para quien tiene relación con ella… Siendo así, cualquier persona puede tener acceso a aquello que le parece que el mantra o la egrégora representan, y no a lo que son de verdad.
Repetir algo por tradición solamente, no conduce a nada. Por cierto, la tradición, repetida sin lucidez, lleva a la manipulación de la propia tradición, haciendo que pierda su característica original. La tradición puede incluso renovarse. Siempre que se apoye y no se desvíe de sus conceptos originales. Tal como he aprendido con Ramakrishna, si estás enfermo, repetir la palabra “medicamento” no va a curarte. Tienes que ir y tomar el medicamento. O sea, es necesario que tengas la “experiencia” del mantra. Y esa experiencia no viene sólo con la práctica ni tampoco es sinónimo de tiempo de práctica… Esa experiencia de la que habla Ramakrishna es la de percibir LÚCIDAMENTE, con el apoyo del DISCERNIMIENTO y de la DISCRIMINACIÓN (viveka y vijnana), sus mecanismos de funcionamiento. Y eso requiere un conocimiento mínimo de los conceptos que se van a practicar (en ese caso, OM, NAMAH y SHIVA).
Pero ¿qué es OM? ¿Y Shiva?
El Mantra OM NAMAH SHIVAYA es un mantra de evocación a Shiva. La traducción literal del mantra sería “Yo Saludo al Señor Shiva”. Shiva es, según la tradición hindú, el segundo aspecto de la trinidad. Posee varios epítetos (atributos), siendo los más conocidos “transformador, el de dulce fulgor, el de los tres ojos” (tryambake)… Sin embargo, la palabra Shiva es literalmente “El Benevolente”. Shiva es la Conciencia Pura, el fundamento original del Ser. En yoga y en las corrientes védicas se le llama Brahmán. Brahmán y Shiva representan el mismo principio: El Todo, el Absoluto, el Fundamento Original del Ser. Siendo así, Shiva es normalmente retratado en postura yoghi, con rostro sereno, plácido y siempre en paz. Siendo EL TODO, nada está fuera de él y, por lo tanto, él es siempre el mismo, igual en todas las circunstancias.Pero la mayoría de la gente relaciona a Shiva con el movimiento, pues está asociado a la transformación, al cambio. Y tal como acabamos de ver, él es pura quietud, visto que SIEMPRE ES EL MISMO. Si es así, ¿por qué asociarle con la transformación, o incluso con la destrucción? Parece que hay aquí una paradoja, ¿no es cierto?
Pero esto es sólo aparente.
Siendo Shiva la Conciencia Pura, el Fundamento del Ser, cuando es evocado o “sintonizado”, tiende a iniciar el “movimiento de ajuste de foco” en nosotros mismos. Así, la “energía” de Shiva tiene la propiedad de mostrarnos la Realidad Última, o sea, nuestra propia naturaleza esencial. Shiva es el destructor… ¡de las ilusiones!
Cuando esto ocurre, las dualidades de la realidad aparente en que vivimos tienden a “chocar entre sí”, causando una sensación aparente de desorden o cambio.
En verdad, los cambios o “virajes de cabeza” que la energía de Shiva provoca no son más que un “tirón hacia la Realidad”. Y cuando digo realidad, no hablo de la realidad ordinaria, del día-a-día. Hablo de la Realidad de la Conciencia como siendo una y todo. Hablo de un tirón o flujo de energía que se crea en el sentido de “poner en movimiento las dualidades en nuestra cara” y hacer que surja la posibilidad de percibir lo REAL, lo esencial de todo y en todo.
Como nuestra realidad aparente está fundamentada en el ego y en la mente y sus mecanismos, en las carencias emocionales, cuando “llamamos” a la Conciencia/Realidad (Shiva), todo parece “temblar”, desestabilizarse. Pero, en verdad, lo que ocurre es que iniciamos la búsqueda de la quietud o, como dice Patanjali en su Yoga Sutra, “percibirnos en nuestra real naturaleza”. Obviamente, nuestra real naturaleza entra en conflicto con esa realidad aparente. Por todo cuanto se ha explicado, es fácil comprender el porqué de asociar a Shiva con la transformación.
Pero siempre es válido recordar: ¡Shiva no hace nada! Él es siempre el mismo, quieto, perenne y siempre benevolente. Quien se mueve, quien “tiembla”, es lo que llamamos MENTE que, en las tradiciones del yoga, de la vedanta y del tantra, está compuesta por el Ego, Buddhi (mente sutil), Chitta (memorias) y Manas (mente densa). Pero eso es otra historia… :)
Para concluir: El mantra Om namah Shivaya es algo así como un llamamiento a la realidad:
OM es el principio de la universalidad, del venir a ser, o sea, es un gatillo.
NAMAH es saludo, felicito.
SHIVAYA es Conciencia, Fundamento del Ser.
OM NAMAH SHIVAYA es como un grito de “¡YO QUIERO VER/VIVIR LA REALIDAD!!!”
Sin embargo, esa Realidad la mente no la alcanza. OM NAMAH SHIVAYA es, se puede decir, la bija, o semilla del Mahamrityunjaya Mantra:
Om Tryambakam Yajamahe
Sugandhim Pushtivardhanam
Urvarukamiva Bandhanan
Mrityor Mukshiya Maamritat
Yo medito en el Señor de los Tres Ojos
El poseedor del dulce fulgor que nutre todo el universo
Que él pueda arrancar mi ego
Tal como un agricultor (O sea, quiebra todo resquicio de cualquier ligadura) arranca el pepino(*) de su árbol.
VISHNU x SHIVA
Vishsnu sin embargo está lleno de opulencia, de joyas, ligado a los sentidos, al placer… Es el mantenedor, conservador, como se quiera llamar. Ahora pregunto: Para conservar tu cuerpo ¿te quedas quieto? No… Comes, y para tener comida, trabajas.
¡Vishnu es puro movimiento, es energía! Y por eso se le asocia con el Prana…
Mientras que la quietud de Shiva nos incita a la visión del TODO de una forma más directa, “dolorosa” y rápida, el movimiento de Vishnu nos incita a la visión del TODO de una manera más “leve”, lenta… y no menos dolorosa… (Risas)
Pero lo que importa es que AMBOS nos conducen al TODO, a Brahmán…
Guru Brahma
Gurur Vishnu
Guru Devo
Maheshwaraha
Guru Saakshat
Para Brahma
Tasmai Sree Gurave Namaha
El verdadero gurú es Brahmán.
El verdadero gurú es Vishnu.
El verdadero gurú es Shiva.
De todos estos,
El Real y Verdadero gurú
Es el Supremo Brahmán, que habita tu corazón.
Ese es el gurú a quien debes adorar.