Resistencia
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 13/07/2008 10:32:16
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
Resistirse a la vida es el camino mas seguro hacia la angustia y la infelicidad. La mente nos impone la ilusión de que resistirse a los acontecimientos, sea a través de la rabia, de la rebeldía o del sufrimiento, apresurará nuestra liberación.
Esta es la ilusión mas dañina en la cual embarcamos mientras vivimos en estado de inconciencia. La actitud opuesta, el no resistirse a la vida, significa estar en estado de gracia, de aceptación, de paz.
Por mas difícil que sea creer en esta premisa, la verdad es que cuando rompemos la resistencia a lo que sucede, las circunstancias de nuestra vida tienden a mejorar considerablemente.
Los acontecimientos, personas, circunstancias que deseamos para nuestra felicidad, comienzan a venir en nuestra dirección sin ningún esfuerzo de nuestra parte, y quedamos libres para apreciarlos mientras duran, sin el miedo de que ellos desaparezcan.
Pero esta confianza solo viene cuando pasamos a no depender más de los acontecimientos externos para mantener nuestro equilibrio y serenidad. Cuando este se vuelve nuestro estado natural, la relajación y la paz que siguen acaban por atraer hacia nosotros muchas cosas positivas.
La vida fluye con más facilidad una vez que el abandono de toda y cualquier forma de resistencia nos torna flexibles y abiertos para nuevas experiencias.
Ésta apertura solo puede suceder en el estado de no-resistencia, pues él es reflejo de una conexión profunda con el Ser.
El Ser nos transporta más allá de la dualidad, de los opuestos de la mente y nos libera de la dependencia de los hechos relacionados con el mundo exterior. Aunque todo a nuestro alrededor se derrumbe, si estamos firmemente conectados a esta dimensión de nosotros mismos, que es la de la plena conciencia, hasta podremos experimentar un poco de tristeza, pero mismo así una profunda paz interior estará presente.
“Deja suceder
El tantra dice: las cosas suceden cuando tú no las esperas, las cosas suceden cuando no las fuerzas, las cosas suceden cuanto tú no estás ansiando por ellas.
Pero eso es una consecuencia, no un resultado. Y mantente claramente conciente de la diferencia entre “consecuencia” y “resultado”. Un resultado es concientemente deseado; una consecuencia es un subproducto. Por ejemplo: si te digo que si juegas la felicidad será la consecuencia, tú intentarás un resultado. Vas y juegas y te quedas esperando por el resultado de la felicidad. Pero yo te dije que ella será la consecuencia, no el resultado.
La consecuencia significa que si tú estás realmente en el juego, la felicidad sucederá. Si piensas constantemente en la felicidad, entonces, ella tiene que ser un resultado; ella nunca sucederá. Un resultado viene de un esfuerzo conciente; una consecuencia es apenas un subproducto. Si estás jugando intensamente, estarás feliz. Pero la propia expectativa, el anhelo conciente por la felicidad, no te permitirá jugar intensamente. El ansia por el resultado se volverá una barrera y tú no serás feliz.
La felicidad no es un resultado, es una consecuencia. Si te digo que si amas, serás feliz, la felicidad será una consecuencia no un resultado. Si tú piensas que, porque quieres ser feliz, debes amar, nada resultará de eso. Toda la cosa será falsificada, porque alguien no puede amar por algún resultado. El amor sucede! No hay motivación por tras de él.
Si hay motivación, no hay amor. Puede ser cualquier otra cosa. Si estoy motivado y pienso que , porque deseo la felicidad, voy a amarte, este amor será falso. Y como el será falso, la felicidad no resultará de él. Ella no vendrá, es imposible. Pero si yo te amo sin cualquier motivación, la felicidad sigue como una sombra.
El tantra dice: aceptación será seguida por transformación, pero no hagas de la aceptación una técnica para la transformación. Ella no lo es. No anheles por la transformación – solamente entonces la transformación sucede. Si tú la deseas, tu propio deseo es un obstáculo”.
OSHO, Vigyan Bhairav Tantra