Nuestros aspectos creativos son de origen trascendente
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 04/09/2007 11:51:29
Traducción de Teresa - [email protected]
Vivir, todos vivimos, pero existir es para pocos.
Somos parte de un todo mayor, de una consciencia mayor (mónada cuántica) que evoluciona a medida que es experimentada.
Cada uno de nosotros existe en otras realidades y en otras dimensiones; lo que denominamos “yo” es tan sólo una pequeña porción de una identidad total, que a su vez forma parte de “Todo cuanto existe”, en una consciencia expandida al infinito.
La consciencia, en este sentido, no es un “algo”, sino una dimensión de acción que se torna posible por una serie de dilemas creativos.
La identidad observada de modo cuántico no está relacionada con lo que aquí denominamos personalidad individual. Es tan sólo un aspecto, no menos importante, de la estructura de la consciencia. La personalidad, no obstante, presenta apenas aquellos aspectos de la identidad que son capaces de actualizarse en el plano tridimensional; es, por tanto, física.
Siempre estamos en contacto con otras partes de nuestro Yo total, pero nuestro ego-personalidad apenas existe para el enfoque de esta realidad física y también para preservar nuestra supervivencia en este plano; por tanto, durante la mayor parte del tiempo no recibe de modo consciente los mensajes del Yo total/mónada. Estos mensajes, sin embargo, permanecen ininterrumpidamente activos en las dinámicas de nuestra consciencia, la mayor parte de las veces controlando, mucho más de lo que podemos imaginar, nuestras actitudes, sentimientos y deseos.
Nuestro ego-personalidad es un aspecto de nuestra totalidad, que pertenece al plano físico. Tenemos, por tanto, aspectos de nuestra consciencia total manifestados en la dirección en que el “yo” enfoca su atención. Una porción de nuestro Yo total experimenta los eventos de una forma enteramente diferente de la del ego, y es conocedor de todos los demás acontecimientos probables que podrían haber sido experimentados por el ego, o por otras manifestaciones de vida que coexisten.
En las proyecciones extra-físicas de la consciencia, cantidad de lances son experimentados en realidades tan físicas como esta. Podemos entonces comprender por qué razón el foco de nuestra consciencia se desprende y se va...
En estos otros sistemas de realidades, cada uno de nosotros tiene otros aspectos actuantes; este otro “yo” no funciona como un ‘doble’ nuestro, sino que representa otras partes de nuestra “Entidad Total” desarrollando habilidades diferentes. El motivo de que algunos consideren que este tipo de proyección extra-física de la consciencia es un sueño, se debe a la falta de conocimiento dentro de este paradigma. Lo interesante es saber que siempre que nos acordamos de lo ocurrido en estas realidades, es por el hecho de que nuestro foco, por algún motivo importante, busca recibir determinada información de otros aspectos nuestros, y, aunque sea de modo no consciente, esto ocurre para que haya movimiento y transformación creativa en nuestro Todo y, por tanto, también en Todo cuanto existe.
Acordarse en medio de una experiencia de este tipo, cuando se está proyectado en el astral, requiere entrenamiento en estados de consciencia no comunes, e igualmente concederse el derecho de “jump out of the Box”, o sea, abrirse efectivamente para la posibilidad de vivenciar de modo lúcido experiencias de la consciencia, distintas de las que aprendemos en el mundo materialista. Cuando entramos en contacto con otros aspectos, que a fin de cuentas somos nosotros mismos, la mayoría de las veces acabamos por acoplarnos a nosotros mismos en esas otras dimensiones y realidades y si no tenemos esto en mente, difícilmente, en un estado proyectivo, podremos recurrir a la autonomía de nuestro Yo de aquí de la Tierra... o sea, auto-percibirnos conscientemente en otra lámina de realidad y, pensando mejor, aquí mismo.
La gran cuestión es la de que dejemos efectivamente de estar condicionados por creencias que nos llevan a actuar por nuestro “piloto automático”, robotizándonos en un único modo de ser. Como si eso fuese todo.
Existe un constante intercambio – no consciente – de informaciones entre todas esas capas del Yo total, pero debido al motivo antes expuesto, determinados tipos de ego formateados aquí en la Tierra quedan impedidos de recibir informaciones que pueden generar movimiento trascendente. El ego intenta cristalizarse a toda costa, pero no es estático – nada es estático – y entonces es cuando sobrevienen las disfunciones de la creación, del placer y de las formas de poder. Es muy complicada la tentativa de “taponarnos” a nosotros mismos, bloqueándonos en nuestra manifestación que es creativa por excelencia. Estamos aquí para experimentarnos y reconocernos a través de la creación deliberada y a partir de ahí asumir total responsabilidad por el movimiento de Todo lo que hay. Funcionamos individualmente, al mismo tiempo que estamos ligados a Todo cuanto existe.