Tu crisis es la crisis de la falta de percepción de ti mismo
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 04/08/2008 15:32:08
Traducción de Teresa - [email protected]
La gran mayoría de las personas que vienen por su propia cuenta en busca de un tratamiento psicológico tienen la seguridad de que están pasando por algún tipo de crisis.
Pero ¿qué tipo de crisis podría ser esta?
En la historia y en la creciente formatación de la conciencia humana, podemos notar que el individuo permanece incesantemente entrando y saliendo de espacios cerrados, todos configurados en medio de diversas leyes y sistemas. Si la persona no está dentro de un contexto familiar, está dentro de un contexto de trabajo o en cualquier otra situación socio-cultural que lo retenga en un estado estandarizado de manifestación que interactúa con su biografía personal y la modifica. Así podemos observar el movimiento que da lugar al encerramiento de nuestro ser en una trama que, al atar, ciega.
Lo más triste de este estado es que el cegar vale tanto para una visión más afinada sobre la realidad externa, como también para la visión interior. La crisis, por tanto, tiene lugar cuando el individuo pasa a darse cuenta de que no se entiende con los diversos sentimientos y sensaciones que le acometen. Siente una ruptura en el sentido de la vida.
Muchos se quejan de tener dificultades para decir un ‘no’, a la vez que otros se observan extremadamente impacientes y hasta violentos en determinadas situaciones. Lo que están diciendo todos es que algo ocurre dentro de ellos mismos que tiene como resultado algún tipo de manifestación no satisfactoria y sin control del propio yo.
Otra queja común de aquellos que se perciben en estados más depresivos es la falta de acción, pero incluso en este estado de aparente no acción, se exacerba otra muestra de un tipo de manifestación igualmente sin control.
Nótese que cuando abordamos la palabra control, no nos referimos al control que estamos acostumbrados a vivir o a escuchar por ahí, sino que hablamos de la presencia del Yo lúcido en cualquier situación que estamos creando o que nos viene de encuentro.
Sabemos que procesos vivenciados dentro de una psicoterapia ayudan al individuo a entrar en contacto con los aspectos que lo han estructurado y que dentro de este proceso la persona tiene la oportunidad de observarse y de transformarse.
Esto genera la posibilidad de un reconocimiento perceptivo respecto de nosotros mismos y de los posibles motivos que nos han inducido a distanciarnos de aquel que realmente somos.
Ocurre que, en un proceso gradual, nuestra percepción poco a poco acaba siendo minada. Pasa a parecernos normal una vida mediocre sin grandes comprensiones sobre nosotros mismos. Nos parece normal correr en pos de una ganancia desenfrenada, alimentada por una competición atroz.
Poco a poco perdemos la referencia de quién somos y lo peor es que pasamos a considerar que la baja calidad de placer que tenemos en la vida es normal.
No nos apropiamos de nosotros mismos y como consecuencia dejamos de existir como conciencias cuánticas que somos, pasando a funcionar en un umbral bajísimo.
De repente, empero, este nuestro Sí Mismo pasa a desconfiar de que algo no va bien o tal vez podría estar mejor. Este es el precioso momento en que el individuo tiene la posibilidad de rescatarse, de recobrarse. En esta hora percibimos que todo podría ser distinto de como está, empezamos a entrar en contacto con varias de nuestras cuestiones que son de emergencia para que nos actualicemos como existencias completas. Nos percibimos en crisis.
El diagrama chino de crisis está compuesto por dos caracteres,
uno que representa el peligro y el otro, la oportunidad.
Notamos que falta la percepción de por qué estamos funcionando de modo tan insatisfactorio desde hace tanto tiempo...
Es lógico que detrás de nosotros existe toda una historia, que ha construido y todavía construye, tanto nuestros pensamientos como la manera de comprendernos como entidades dentro de toda esta trama. Eso incluye todas nuestras posibilidades de acción hasta el presente momento.
Haciendo un recorte histórico, podemos observar algo sobre parte de esa construcción de nosotros mismos pasada entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, qué hubo en el antes y en el después, solamente para poner un pequeño ejemplo que evidencia cómo se han ido construyendo nuestras “pseudo-verdades”:
- Desde el final de la Segunda guerra mundial la sociedad viene “evolucionando” en ordenación de servicios, en ordenaciones “psico-lógicas”. Ordenaciones absolutamente necesarias para la tentativa de organizarse en el caos instalado en aquella época de pos-guerra.
En nombre de detener varios tipos de enfermedades, resultado de dolencias contagiosas, advenidas de constelaciones familiares atípicas dentro de los patrones actuales, el proceso de higienización enunciado al comienzo del siglo pasado, ha podido tener un desarrollo más efectivo. Así, la estructura familiar tal como la concebimos en los días de hoy, recibió un mayor respaldo para configurarse en el mundo como una verdad importante y absoluta a ser vivida.
Individuos buscando seguridad en diversos niveles han pasado a pactar con los varios tipos de creencias oriundos de esta matriz, considerando ser la estructura familiar, tal como la conocemos, la forma ideal para vivir. Entonces, en nombre de detener las dolencias transmisibles y también de proteger el tipo de patrimonio instaurado con el capitalismo, las familias han pasado a funcionar de modo monogámico.
Nótese que nada tenemos en contra de las estructuraciones familiares monogámicas, al igual que tampoco tenemos nada en contra de las estructuras poligámicas, etc., etc., apenas estamos como observadores de estas organizaciones, resaltando también el desarrollo del psiquismo y de la creencia humana de conformidad con los diversos tipos de sistemas vigentes.
La formatación, el vivir dentro de determinados conceptos, conduce ilusoriamente al individuo a sentir que puede controlarlo todo... lo cual, como sabemos, es una paradoja. No es posible controlar nada mientras seamos frutos inconscientes de un control.
Tenemos, en el trabajo, determinados patrones de control también; esto vale para el campo de la ciencia y así en adelante.
A fin de cuentas todos viven como si fuesen empleados de una gran industria, donde el pensamiento global de una recaudación cada vez mayor genera pensamientos locales de recaudaciones individuales, todo de manera inconsciente, lejos de lo que es de hecho la esencia del Ser. En otras palabras, cada cual piensa en sí, pero está encadenado a un pensamiento mayor.
El propio pensamiento no adviene de las necesidades básicas y personales, sino de la construcción generada por el ‘cuerpo mayor’, que da la ilusión de una base que siempre parecerá estar en falta, dando lugar a una perpetua búsqueda frenética del tener. Pero todo esto es también una construcción que no tiene nada que ver con la realidad interna del individuo.Somos actores de nosotros mismos, por ello necesitamos conocer con claridad el guión en el cual estamos actuando y siendo a cada instante; pudiendo así desarrollar nuestras habilidades, con vistas a convertirnos en señores creadores de nuestras realidades, más conscientes, dejando de ser conciencias automatizadas, es decir, sin la percepción lúcida de nosotros mismos.
A lo largo de nuestros estudios, hemos venido notando el importante auxilio, soporte y complementación que la Psicología ha venido ofreciendo. La meditación también pasa a tener importancia definitiva en el movimiento de conocimiento y transformación personal. Por medio de la meditación la persona puede pasar por algunas fases en que su complejo bioenergético queda totalmente activado por la energía vital generada y según nuestros estudios, ya sabemos que esta persona obtendrá un nuevo impulso que facilitará sobremanera su transformación personal a varios niveles. Estando mucho más dinamizada y fortalecida para conseguir ahondar en el sí mismo, pudiendo transformarse de modo más auto-consciente y centrado.