A la hora de decidir, a quién consultas?
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 09/04/2017 09:52:34
Traducción de Teresa
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Cada vez que la vida te exige una decisión, la elección entre dos caminos, ¿a quién escuchas? ¿A la cabeza o al corazón?
O sería más eficiente definir la cuestión del siguiente modo: ¿escuchas al miedo o a la esperanza? Estos son los dos polos opuestos que debaten dentro de nosotros todo el tiempo.
La cabeza siempre nos lleva a dudar, a cuestionar nuestras decisiones y a colocar como posibilidad única el error. El corazón siempre insiste para que seamos fieles a sus anhelos, no importa el precio que tengamos que pagar por ello.
Y mientras ese dilema no se resuelve… nada sucede. Es decir, la vida permanece paralizada y no se hace elección alguna.
Obviamente, no es fácil tomar decisiones importantes, que pueden cambiar el rumbo de la existencia de modo significativo.
Sin embargo, en tales momentos una actitud esencial es definir cuál sería la decisión que, sin duda alguna, nos haría más felices.
El ítem felicidad es, según mi modo de ver, el divisor de aguas, ya que es a partir de este criterio como debemos empezar a preparar nuestra elección. Y aquí reside el desafío mayor, porque esta felicidad debe tener como única definición algo que hará vibrar nuestro corazón intensamente.
Otra cuestión imprescindible es acordarnos de que la vida es cambio permanente y que, por tanto, la elección hecha en determinado momento puede ser sustituida por otra, en caso de que no presente el resultado apetecido.
El problema es que, al ser colocados ante una elección, actuamos como si ésta fuese una cuestión de vida o muerte, y que no nos será dada ninguna otra oportunidad de corregirla, si se hiciese necesario.
Abandonar la idea de que tenemos que ser perfectos y acertar todo el tiempo es de gran ayuda. Sólo así será posible que realicemos la imprescindible revolución que es tener al corazón como único guía.