A quién has dejado atrás
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 26/09/2015 12:37:09
por Nathalie Favaron - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Considero que todo terapeuta debe siempre reciclar conocimientos participando en cursos y seminarios más allá de su terapia personal.
Esto es necesario para su bienestar interior y para evitar proyecciones en clientes y sus cuestiones.
Sin embargo, no es raro asistir a inmersiones profundas sucediendo concomitantemente entre algún paciente en especial y el propio terapeuta.
En la certeza de que Somos Todos Uno, compartimos dolores, anhelos y procesos.
Hace bastante tiempo que vengo participando en historias lindas sobre la integración de lo femenino en diversas clientes en mi consultorio.
Mujeres maduras, mujeres jóvenes, mujeres casadas, mujeres separadas, madres, hijas, esposas.
Cada una de ellas buscando una solución para sanar dolores en el alma.
Y en cada uno de los encuentros rescatamos una parte olvidada en la vida de esas mujeres.
En el abordaje sistémico de las Constelaciones, decimos mucho que el sistema familiar no acepta exclusiones de miembros del clan. Cuando alguien queda excluido en una generación, otra persona será representante de aquel que falta, asumiendo su destino o síntoma.
Lo mismo sucede cuando excluimos parte de nuestra historia.
No sólo los acontecimientos en sí, como en una separación dolorosa, al “olvidar” y por tanto excluir al ex como tentativa de reducir el dolor y el trauma, sino además las partes internas.
Lo explicaré mejor proponiendo un ejercicio.
Te invito ahora a recordar, imaginar, visualizar, oír o sentir un momento en tu vida que tenga como principal característica la alegría.
Puede ser un recuerdo reciente o antiguo, de aquel día o noche en que te sentiste alegre, contento, sonriente.
Aunque haya sido un momento breve, corto. Pero, en aquel instante, tú estabas bien, leve, feliz.
Recuerda vívidamente ese evento.
Sonidos, olores, lugares, personas implicadas, pero principalmente quién fuiste tú en aquel momento.
¿Cómo te sentías y experimentabas el estar alegre, contento, feliz, leve?
Deja que esa memoria te invada.
Ahora pregúntate a ti misma:
- ¿Cuándo fue la última vez que me sentí así?
- ¿Dónde en mi cuerpo todavía existe ese recuerdo?
- ¿Qué necesito hacer para crear una nueva ocasión de vivir lo mismo?
- ¿Dónde está esa “parte” mía que sabe aprovechar un momento?
Permítete explorar esas preguntas sin juzgamientos.
Abre tu corazón a esa parte interna tuya que ya se ha sentido bien, feliz, alegre, contenta, llena de vida, y hazle una invitación.
Abre espacio dentro de ti para ella.
Dale la bienvenida.
Llámala de vuelta.
Recibe con amor esa parte tuya, que también eres tú, y que quizá ya hace un tiempo que ha quedado olvidada en algún lugar en tu historia.
Invita a ese Yo Interno tuyo a que forme parte de tu vida nuevamente.
¡Integra en el aquí y ahora a esa parte tuya que se había quedado atrás!
¡Celebra! ¡Conmemora! ¡Vive!
Y así, quizá asistas a ese espectáculo sucediendo con tus clientes con una fluidez mucho mayor.
¡Somos Todos Uno!