A veces necesitamos vivir nuestro Desierto
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 14/08/2018 08:49:25
Autor ROBERTO DANTAS
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Traducción de Teresa
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Cuando vivimos situaciones en que la desesperación nos abate, las tribulaciones son tantas que no conseguimos siquiera pensar, los problemas nos parecen insolubles, entonces somos impulsados a retirarnos, a buscar nuestro Desierto. Alejarnos de todo y refugiarnos en nuestro Desierto no es una huida, sino una forma de "apearnos del tren" de la vida y contemplarlo "desde fuera", de una forma en perspectiva, más realista.
Desierto es escasez de agua, de comida, en él no hay más que soledad; todo ello nos impulsa a alejarnos de lo superfluo, a despojarnos de fardos pesados, pero también de nuestras vanidades; así nos sentimos más ligeros pues, al hacerlo, abrimos espacio para la sencillez y conseguimos una mirada más natural hacia la vida, una atención a nuestra propia naturaleza y al universo del cual formamos parte, en fin, nos enfocamos en nuestra vida espiritual. El Desierto nos lleva a entrar en contacto con la realidad espiritual que dirige y sostiene la vida humana.
Las situaciones difíciles en la vida son, a menudo, una llamada de Dios a sumergirnos en la soledad para vivir una experiencia espiritual auténtica.
"Procurar entender racionalmente esta experiencia es inútil, ya que es preciso vivirla."
El Desierto no es un castigo divino, sino que tiene por objetivo despertarnos del orgullo, arrancarnos de las garras del pecado. Percibimos cuán necios somos al alejarnos de nuestro camino espiritual y vivir enfocados de manera miope en el mundo físico, no siendo capaces de vislumbrar lo que está más cerca aún de nosotros, ya que está dentro.
Durante la rutina de nuestra vida mundana o incluso en los momentos difíciles, a menudo no oímos la llamada a nuestro Desierto y no nos damos cuenta de que estamos dejando pasar una oportunidad especial y única de vivir nuestra espiritualidad, a partir de la cual podremos ser realmente felices, viviendo nuestra realidad, cumpliendo nuestra misión en esta vida.
En el Desierto entendemos que, para mantenernos seguros, hemos de depositar nuestra confianza no en nuestra inteligencia, carrera, dinero o conquista de bienes materiales, ya que eso no es nada ante la belleza de la vida.
Estamos puestos frente a frente con la verdad de que somos responsables por todo lo que nos sucede. En el Desierto no hay dónde esconderse, somos obligados a reconocer nuestras debilidades, nuestra pequeñez; y cuando esto ocurre, nos transformamos y conseguimos percibir que aquellos problemas que nos preocupaban tanto, en realidad no eran tan grandes.