¡Actúa! Sin rabias ni toses
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 27/01/2017 08:51:41
Autor Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa
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El escenario es una iglesia, con su magnitud. Me gustan esos templos, de cuando en cuando entro en uno, de cualquier religión, para meditar. Anselmo estaba allí, con el grupo de amigos. Asisten a misa y después tocan y cantan para alegrar a la comunidad. A todos les gusta, hasta el Obispo elogió su trabajo.
El sacerdote hablaba y, en determinado momento, desvió su mirada para lo que comentó un colega. Al volver la atención para la misa, encontró la mirada severa, dura, del Cura. Notó un escalofrío en el espinazo. Se sintió molesto. Bajó la mirada y se quedó escuchando, la mente en desaliño. Él fue católico, y aún siente cierta afinidad. Hoy estudia y practica la doctrina de Seicho-no-ie.
Terminada la misa, el sacerdote lo condujo a una sala. Prontamente se disculpó, pidió perdón, confesando su desatención. Todo fue en vano. El sacerdote fue implacable. Le mandó callarse y le hizo una severa y áspera advertencia.
A la semana siguiente, Anselmo fue acometido por una tos intensa, que incluso le causaba dolores abdominales. Fue tres veces a urgencias, pero la medicación sólo lo alivió un poco.
Concertó una cita cuando narró el hecho que acabo de mencionar. Le informé de que la “tos” puede ser rabia, él tenía motivos de sobra, tanto por la actitud del sacerdote, como por el “estado de culpa” interior, que le hacía sentir rabia de sí mismo, por el comportamiento inconveniente en la misa. Y le sugerí hacer un proceso.
Él se tendió en la hamaca, fue haciendo respiraciones para absorber oxígeno y luz divina y yo, con las manos sobre su abdomen, ponía en movimiento la energía congestionada, llevándola hacia la garganta, mientras él soplaba fuertemente.
El proceso y la sensación física y emocional fueron intensos. Repetimos el proceso varias veces, hasta sentir que la limpieza era completa.
Al terminar, dijo: Wilson, es increíble, ¡salía de mi boca una energía densa! - Hollín, dije yo, y nos reímos.
Si Anselmo fuese a pasar la inspección técnica de vehículos, que mide en un coche la intensidad del gas carbónico que libera a la atmósfera, con toda seguridad sería reprobado.
Bromas aparte, lo importante es que él se marchó sintiéndose bien. Le recomendé que reflexionase sobre todo lo ocurrido. A decir verdad, en aquel escenario se produjo un encuentro de almas, cada cual realizando su papel, atraídos por la ley de la afinidad y de la afectividad.
Así se desarrolla aquí la vida. Y lo importante es hacer la lectura y la interpretación correcta de lo que sucede, de las personas que surgen en nuestra vida. Dolencias, personas, acontecimientos, todo está en la Ley de Dios.
El otro día, él escribió: mi tos ha pasado y yo quiero compartir contigo algunas cosas que me sucedieron desde que nos vimos. Me he quedado con aquella cuestión del cura en mi cabeza y empecé a hacer la oración de perdón que la Seicho-no-ie indica.
Esa oración tiene el propósito de hacernos sentir que somos unos con el otro y consiste en mentalizar las siguientes palabras: yo te perdoné y tú me perdonaste. Tú y Yo somos uno ante Dios; hice esa apelación durante algunos días.
Por la noche, de ayer a hoy, tuve un sueño. Soñé que estaba en una Iglesia Católica en una Misa. La iglesia estaba bien vacía, yo estaba sentado en un banco próximo al cura. A mi lado izquierdo, estaba mi madre, y al lado derecho, una señora negra que no reconozco, baja de estatura, cabellos oscuros y un semblante feliz.
Durante las palabras del cura, entraron en la iglesia algunos músicos y empezaron a disponerse en el altar mientras el cura hablaba. En medio de la homilía del cura, ellos empezaron a tocar una música y, ya cantaban ellos trozos de la música, ya el cura cantaba las palabras que estaba diciendo.
En un determinado momento, el cura pidió que cerrásemos los ojos y bajásemos la cabeza. En ese instante, me acuerdo de sentirme tomado por unos deseos muy fuertes de llorar. Me resistí un poco a entregarme a lo que estaba sucediendo, pensando ser contrario a los principios de la Seicho-no-ie, pero aún así, me entregué y lloré bastante.
Abrí los ojos y miré para aquella chica a mi derecha. Ella sonrió, extendió una de las manos sobre mi cabeza, como en una intercesión, y con la otra mano sujetó la mía.
El sueño surge de nuevo. Estoy en un vestuario. Conmigo está una chica joven, parece que es alguien con quien yo tengo cierta intimidad y que me hace sentir bien tener cerca, pero no recuerdo quién era y, de repente, entran los músicos de la Misa, todos muy felices. Charlan sobre una Misión que harían en Angola y uno de ellos me invitó a ir con ellos. En ese momento desperté.
La experiencia vivida por Anselmo lo impresionó, llevándolo a reflexiones importantes y de transformación. Está decidido a hacer un viaje; le sugerí observar bien la cuestión de la música y de la magia transformadora de los sonidos, en ese viaje, sería un buen camino. Me dijo que en este 2017 va a aplicar en su vida esta palabra de orden: ¡yo me voy a inaugurar!
Muy bueno, muy bueno, como dice Serginho Groisman, en el programa Altas Horas.
Crea también tú una orden interna, esa es una actitud relevante y facilitadora. He venido indicando ese procedimiento a todos los que atiendo.
Obsérvate y averigua cuál es tu objetivo principal en este año y elabora tu comando. Una cliente eligió este: Autosugestión, o sea, ella está orientando sus células y sus egrégoras espirituales para que, en 2017, ella pueda hacer todo para generar en sí misma lo que hay de mejor.
Y, por último, ¡haz tu vida sin rabias, juzgamientos ni toses! Con alegría, paz, salud y prosperidad.