¡Ah! Si yo lo hubiese sabido...
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 23/05/2009 13:18:33
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Hombre moderno, la época de incertidumbres en que vives, cuando muchas cosas ocurren al mismo tiempo, aportando inseguridad y temor en relación al futuro de tu especie, es indicio de que si no frenas las causas del calentamiento global, grandes transformaciones se producirán en tu planeta. Las crecidas donde antes llovía poco o la prolongada sequía donde antes llovía regularmente, además del aumento de la intensidad de los vientos en huracanes y tempestades, y de la amenaza de epidemias y deshielo de los polos, son tan solo algunos signos de que el mundo en que vives necesita, urgentemente, un reciclaje de energía, en el cual la vibración de la energía del bien prevalezca sobre el mal.
Hombre contemporáneo, has cambiado la energía del amor que lo abarca todo, por el amor del ego, narcisista, que privilegia intereses personales, mezquinos y menosprecia valores éticos y humanos que podrían convertirte en un ser verdaderamente rico…
Hombre público, al dejarte corromper, has sustituido el ejercicio del altruismo por la práctica de la política deshonesta, donde se ha enturbiado tu mirada dirigida hacia el bien común, tal como confusa se ha quedado tu mente…
Hombre de ciencia, has olvidado soñar con establecer, algún día, el eslabón interdimensional que conecta a la humanidad con el UNO. Y, de esta forma, te has dejado seducir por el pragmatismo materialista que limita y ciega…
Hombre sabio, has perdido tiempo en no socializar tu sabiduría, pues cautivo de la vanidad y del egoísmo, no sabes lo elemental, o sea, que el saber no te pertenece y que es una dádiva que hay que repartir en beneficio del bien común y de la evolución de la conciencia humana…
Hombre religioso, te has dejado llevar por el apego y disimulado orgullo en ostentar cargos y funciones que satisfacen el ego, pero que en nada contribuyen en el sentido de liberar del cautiverio de la miseria, material y espiritual, a un sin número de seres humanos…
Hombre ambicioso, has alcanzado la meta de acumular riquezas y poder. En cambio, has dejado de repartir las migajas, las sobras con tus hermanos más necesitados…
Hombre civilizado, con el paso de los siglos has pasado por alto la necesidad de preservar los bosques, los océanos y mares, la calidad del aire y de los manantiales de agua dulce. Hoy, acorralado por los efectos de la indiferencia, empiezas a sentir la necesidad de correr contra reloj…
Hombre de la paz, has intentado y sigues intentando pacificar corazones y mentes. Con todo, la misión es ardua, pues lidia con el proceso de cambio de paradigma, lo cual da más valor a tus méritos en la “lucha” por un mundo mejor…
Padre, has venido ignorando que tu presencia y participación en la vida del pequeño ser que vive a tu lado, es fundamental para que él crezca más seguro de sí y feliz…
Madre, has venido olvidando que la maternidad es sagrada, y que aquel ser que ha venido naturalmente a través de ti, es un antiguo conocido que necesita de tu atención y afecto para desarrollarse en armonía…
Hombre, todavía es tiempo de recuperar lo que ha quedado atrás, aceptando en tu corazón la contagiosa energía del amor que liberta y transforma realidades, alejando de ti la energía del mal generada durante milenios a través del ejercicio del egoísmo, del orgullo, de la prepotencia, de la infamia, de la crueldad y demás inferioridades del espíritu que han venido retrasando la evolución humana en el planeta Tierra…
Humano, no permitas que la ignorancia en relación a ti mismo, venza tu capacidad de reaccionar frente a un estado de cosas que ha llegado a un límite crítico para tu especie. No esperes que se produzcan catástrofes… para después, ante el caos reinante, murmurar atónito ante el Nuevo Orden: “¡Ah! La bondad, si yo lo hubiese sabido…”
Psicoanalista Clínico e Interdimensional.
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Dirigente mediúmnico de casa espírita.
