Alienación Parental, una práctica milenaria - Parte 2 - Un planteamiento espiritual
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 26/08/2013 14:19:56
por Eliana Kruschewsky - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
En este acercamiento al tema vamos a explanar más a fondo la cuestión de las causas espirituales, aportando luz para una mejor comprensión de estas relaciones familiares.
Cuando somos espíritus en tránsito y nos preparamos para la reencarnación en la Tierra, elegimos a nuestros padres y éstos aceptan el compromiso; es muy serio este vínculo.
Es un vínculo en que el orden divino o las jerarquías superiores espirituales se esfuerzan por aprovechar al máximo esta oportunidad en la Tierra por ser esa una experiencia única.
A menudo ocurre que tenemos como padres a aquellos espíritus que fueron nuestros hijos, hermanos, cónyuges y otras muchas relaciones personales del pasado en las innumerables reencarnaciones.
Es corriente también que sean amigos e incluso enemigos del pasado, para que se preste el reajuste, pero podríamos preguntarnos: ¿por qué son tan fuertes estos reajustes en las familias?
Muy probablemente un reajuste familiar tiene un alcance muy específico, principalmente cuando padres, hijos y cónyuges se reencuentran en la Tierra para evolucionar.
Los cónyuges, muchas veces, tienen un tiempo cierto y determinado para convivir bajo el mismo techo y la relación se desbarata como pareja, pero ciertamente eso no sucede en el caso de los hijos.
El reajuste en la familia es un grillete del cual no te sueltas mientras no cumplas el objetivo, o sea, reajustar evolucionando, comprendiendo los fallos, los nuestros y los de estos nuestros contemporáneos.
La alienación parental, bajo el prisma espiritual, se explica como forma de desquite de vidas pasadas entre cónyuges, siendo así es inconsciente y afecta con fuerza al alienado.
Cuando principalmente el alienado tiene conciencia de este mecanismo, entonces se hace más fácil lidiar con el problema, pues con amor y tolerancia se puede suavizar la situación o la sensación.
El desquite entre espíritus encarnados suele apoyarse muy eficientemente en la familia, pues es ahí donde se corta, en la propia carne. Los lazos de consanguinidad son poderosos.
Aun así, hay un límite para el desquite. Cuando un cobrador exige más de la cuenta se ve aprisionado en su propia cobranza, no es capaz de ser feliz ni de que los suyos lo sean.
Nada escapa a la supervisión de las jerarquías espirituales superiores y nada se desperdicia para la evolución de un espíritu.
Si despertamos para esta realidad evolutiva espiritual, tendremos posibilidad de ser más felices.
Sabemos que aquel que aceptó recibir, cuidar y encaminar a uno o más espíritus en la Tierra, en la condición de hijos, está evolucionando también junto a nosotros. ¿Por qué, entonces, no ayudarnos unos a otros en esta misión?
De esta forma podremos, al final de esta jornada terrestre, decir sin miedos ni culpas, con la sinceridad de un espíritu misionero: "misión cumplida".
