¡AMIGOS que permanecen - AMISTADES que desaparecen!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 28/11/2015 13:58:07
Autor: Cássia Marina Moreira - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Cuántos años tienen que durar las amistades. Ellas tienen fecha de caducidad. Ocurre que ciertas amistades se esfuman, pero otras son como chicles de globo, aquellos de la marca “ping-pong”, que realmente tardaban en perder el sabor y se pegaban por toda nuestra cara cuando el gigantesco globo estallaba. Nos daba un enorme trabajo sacar de la cara todo aquel chicle pegadísimo… era un horror. Por Dios, a veces lastimaba la piel y ¡caramba, cómo dolía!
Entonces es eso… algunas amistades son así de pegajosas y llegan a lastimar si debemos alejarnos de ellas por cualquier motivo, de esos que la vida por sí sola nos impone. Ya sabes como es, uno crece, primero se cambia de colegio, después de un tiempo aprobamos la Selectividad y allá nos vamos – maleta en mano y un corazón ardiente de esperanzas ¡y la cabeza repleta de sueños que un día cambiarán el mundo! Sólo que para entonces las amistades se han quedado atrás, en la ciudad de la niñez.
Con el tiempo hasta deshaces la maleta, no queda otra, has salido de casa para hacer realidad tu sueño, entonces, manos a la obra. ¡Pero una de las cosas buenas que se aprende desde El Jardín de infancia es a socializarse!
¡Una de las mejores lecciones es que, una vez aprendida, podemos mejorar y ensanchar cada vez más la red de amigos por doquiera que vayamos en la vida!
Siendo así, nuevos amigos en la parada durante los años de la facultad, y entonces nos parece que éstos se quedarán con nosotros. Que no se perderán al final del curso. ¡Craso error! A la vuelta de algunos años, la libertad de elegir la línea de trabajo de cada cual, y los que estaban juntos se separan. Y en una ciudad que no cesa de crecer y de estirarse como São Paulo, todo se hace más complicado.
Lo cierto es que algunas amistades siempre resisten, al tráfico, a las distancias, a veces mucha sequía, otros días inundaciones monstruosas y así sucesivamente.
Después de años, cuando ya hemos andado buen trozo del camino, otros horizontes nos llaman la atención y allá vamos nosotros. Entonces durante años hacemos algo o trabajamos en algún lugar y nos socializamos con nuevas personas que pasan a nuestra convivencia. Nos aproximamos, y tal como allá atrás en la niñez y adolescencia, estaremos nuevamente cercanos a un grupo, a veces menor en número de participantes por las ocupaciones que tenemos en la vida adulta, pero un grupo.
Así la vida anda, y el mundo en sí no ha cambiado mucho; tú sí has cambiado y con eso has hecho tu parte. Lo bueno es que ciertas cosas no cambian. Lo constaté esta semana dos veces. Una fue al telefonear a una amiga del jardín de infancia para felicitarla; iba para cinco años que no nos comunicábamos, pero no lo pareció. Qué interesante, ¿verdad? Como ella no tiene Facebook, no sabíamos la una de la otra, fue una sorpresa total. Lo bueno es eso, saber que las amistades permanecen, no importa el tiempo; el cariño con que se ha construido y el respeto que las ha mantenido hicieron una base sólida.
Unas cuantas, también de la infancia y de la adolescencia y facultad, nos vemos o estamos en contacto por el Facebook que nos aproxima, o a media mañana un amigo de mucho tiempo telefonea y dice ¿qué tal un almuerzo? ¡También después de estar mucho tiempo desaparecido… para quienes se veían dos veces a la semana en prácticas de Yoga durante muchos años seguidos, como mínimo!
¿No es lo Máximo?
Entonces… los amigos no desaparecen, van y vuelven a su tiempo, en el momento oportuno, cada cual en el suyo y con su razón de ser, en la vida de cada uno.