Amor eterno
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 07/06/2014 17:12:24
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
"Me gusta el modo cariñoso de lo inacabado, de lo mal hecho, de aquello que desmañadamente intenta un pequeño vuelo y cae sin gracia al suelo".
Quizá la frase de Clarice Lispector sintetice la experiencia humana en relación al amor, o sea, la búsqueda de la completitud en las relaciones amorosas, que acaba tropezando en el inacabado, en el incompleto vuelo de un sentimiento incomprendido en su profundidad. Por ello mal usado y practicado.
En este sentido, la vida, que debería ser una oportunidad para que el hombre asimilase los significados del amor, se convierte para muchos individuos en un ciclo vicioso de búsqueda y frustración amorosa, es decir, una experiencia incompleta que termina potenciando sentimientos negativos que originan desequilibrios del cuerpo y del alma.
Proceso inconsciente que alimenta fantasías y crea expectativas en torno a un amor idealizado, pero sin raíces terrenas, donde el dolor, inherente al ser de naturaleza imperfecta, es canalizado por la vía de la relación que ya nace eterna y repleta de gozo y armonía.
En el ansia de aliviar su dolor psíquico, el ser pensante se lanza a la búsqueda de la pareja perfecta, del amor incondicional y eterno, pero cae en la trampa del amor imposible, difícil o no correspondido, llamado "amor platónico". Fijación que revela en sus bastidores el temor a hacerse daño o el miedo a verificar que sus fantasías y expectativas no corresponden a la realidad mundana.
La necesidad que tenemos de ser aceptados y amados a toda costa, desencadena lo que llamamos ilusión: un producto de la imaginación que tiene la capacidad de ofuscar la razón para que no pueda discernir la realidad de los hechos. Vivir una ilusión, por tanto, significa vivir un engaño, vivir una percepción falsa de la realidad de sí mismo, y traspasar a otro la realización de un deseo inconsciente, pero que revela ser, a la luz de la conciencia, una protección compensatoria y una maniobra defensiva contra lo inevitable de la dependencia y del desamparo, generadores del dolor original.
En busca de la realización de un deseo alimentado por la ilusión del alma gemela, de la media-naranja o del amor eterno, innumerables parejas se unen arrebatadas de amor, que pronto se acaba ante los roces y dificultades de la relación. Considerando que se han equivocado en la elección, continúan alimentando el secreto deseo de un nuevo encuentro, en la eterna búsqueda del alma afín. Pero encuentran nuevos grilletes, eternizando sus angustias y generando problemas que se suceden, indefinidamente.
En varios casos acompañados por la Psicoterapia Interdimensional, sentimientos de rechazo y abandono son potenciados porque se repiten a través de experiencias vivenciadas en el ciclo reencarnatorio del espíritu inmortal. Informaciones que emergen a la luz de la conciencia por la regresión de memoria, como es el caso de una joven mujer, que abordaremos seguidamente.
En la regresión, la mujer tuvo acceso a situaciones que reforzaron su sentimiento de desamparo generado por el trauma de la muerte de su abuela cuando tenía tres años, que recordaba con detalle. En una segunda vivencia se vio envuelta en una escena en la cual yacía una criatura enferma y un hombre gravemente herido. Se sentía impotente y desamparada como resultado de las condiciones de salud de su hijo y de su pareja. Y en una tercera vivencia, se veía perdida en un bosque y angustiada por la sensación de estar sola y desprotegida en un lugar inhóspito.
Lo cierto es que la joven ya trae en su patrón emocional-conductual los sentimientos de pérdida y desamparo, reforzados por la experiencia de relación con las figuras parentales de la vida actual, o sea, padres que se muestran distantes y poco afectivos.
La experiencia regresiva puso de manifiesto que ese es el paradigma contra el que tiene que luchar, en el sentido de alterarlo, pues la vida está hecha para que ella supere el reto de sus miedos, inseguridades, bloqueos y condicionamientos. Y que pueda invertir en el presente con amor propio, aceptación, confianza en sí misma, responsabilidad por sus actos y cortar la sintonía con el pasado, exorcizando sus "fantasmas" y providenciando su liberación.
El ser humano quiere siempre ser amado y aceptado por el otro, sin cuestionarse si interiormente está preparado para la relación. El amor es un sentimiento precioso que viene inevitablemente acompañado por el desapego y la aceptación. En una relación entre dos, ese sentimiento resulta en atención, cariño, amistad, presencia de ambos y crecimiento mutuo.
Presencia es desarrollar el hábito del auto-conocimiento, aceptarnos con todas las cualidades y defectos. Depender de alguien para ser feliz es la mayor encerrona ya inventada por el ego. El otro no tiene la obligación de completarte, ni va a hacerlo nunca. Eres tú quien debes colmarte completamente para, entonces, satisfacer al otro. Esta es la magia del amor: para amar a alguien de verdad, tenemos que amarnos mucho antes, lo cual significa aceptación y respeto. De esta forma, estarás listo para amar y ser amado, como dijo Paulo Coelho: "Es más fácil amar que ser amado. Acepta el amor, él no va a estar esperando para siempre".
En esta lógica, encontramos una publicación en un periódico digital de Colombia. Es un relato de una médica que nos hace reflexionar sobre la dimensión del amor en nuestras vidas: "Un hombre de cierta edad fue a la clínica donde trabajo para curarse una herida en la mano. Tenía prisa y mientras lo atendía le pregunté qué tenía que hacer tan urgente. Él me dijo que tenía que ir a un asilo de ancianos para desayunar con su esposa, ingresada allí.
Me dijo que ella llevaba allí cierto tiempo, porque padecía la enfermedad de Alzheimer, ya bastante avanzada.
Mientras terminaba de hacerle las curas, le pregunté si su esposa se enfadaría si él llegase con retraso aquella mañana. No, contestó él, ella ya no sabe quién soy. Hace casi cinco años que no me reconoce.
Entonces le pregunté con cierto asombro: pero si ella ya no sabe quién es usted, ¿qué necesidad tiene de estar con ella todas las mañanas? Él sonrió y con una mirada enternecida dijo: Sí. Ella ya no sabe quién soy yo, pero yo, sin embargo, sé muy bien quién es ella. Tuve que contener las lágrimas mientras él salía, y pensé: esta es la clase de amor que yo quiero para mi vida.
El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que fue, de lo que será y de lo que ya no es".
