Ananda
por Acid em STUM WORLDAtualizado em 14/07/2008 15:14:10
Traducción de Monica Aliss - [email protected]
Hace algún tiempo vi el documental sobre el Libro Tibetano de los Muertos y toda esa información permaneció en mi cabeza, un poco sin saber como concatenarla por falta de puntos de contacto con la cultura local. Mi visión espirita sobre este tema estaba todavía muy solidificada, lo que es malo para cualquier buscador interesado en aprender la Verdad tal cual ella se presenta (o sea, de muchas maneras). Ese tema consolador de pensar que la persona que muere es recibida por la familia, amigos, cosa que no pasa ni en el final de Titanic, es una creencia muy linda, que puede hasta suceder, pero en la práctica pienso: siendo así, con tanto acogimiento entre las encarnaciones (para aquellos que no fueron hacia el umbral), ¿la evolución del espíritu no debería ser más rápida y efectiva? Si la mayoría puede reencontrarse con sus afectos y desafectos, ciertamente existirá más perdón, aprendizaje, CONSCIENCIA, que va a ser retenida, en algún grado, en la mente (y en el espíritu) al reencarnar.
A menos que no sea así…
El ser humano es una entidad más separada de que unida. Vive su vida individualista más de lo que vive su vida en familia, o sociedad ¿No seria natural que, sin las amarras del cuerpo físico, continúe buscando sus propios intereses o deseos?
Entonces leí un e-mail de Enki, publicado en “Voadores”, que me hizo juntar las piezas y empezar a comprender esta nueva perspectiva de la reencarnación, más budista/hinduista, menos colorida y optimista.
Cuando un ser está por reencarnar, el tema de “amigo o enemigos” según parece, no es tenido en cuenta. Ya ayudé varias veces en el astral en el proceso de reencarnación y desencarnación, y lo que pude percibir es que lo que orienta a la conciencia en esas situaciones son las carencias emocionales que ella posee.
El proceso de construcción de la mente es muy interesante. La esencia, o el Fundamento Original del Ser, como me gusta llamarlo, parece estar siempre emanando SENTIMIENTO. Eso es inherente a ese Fundamento. El Sentimiento emanado es siempre el mismo, pero nosotros le damos algunos nombres por separado para algunas percepciones: amor, felicidad, contentamiento…Pero existe una palabra en sánscrito que es la suma de esos sentimientos, la experiencia de todos al mismo tiempo y de forma indiferenciada: Ananda.
Existe una definición aún más completa para ese Fundamento Original de Ser, o Atman: SAT – CHIT ANANDA.
SAT es el sentido de Existencia, de Realidad Suprema, inquebrantable, sin segundo, no dual y siempre la misma.
CHIT es el sentido de Conciencia, de lucidez plena, omnisciencia y sabiduría.
ANANDA es el principio que es al mismo tiempo el Amor, la felicidad y el contentamiento, vivenciados al mismo tiempo.
Siendo esas tres cosas que constituyen el Fundamento del Ser, nada le falta, nada le es deseado. Sin embargo, vaya uno a saber cuando, uno de esos tres parece sufrir algún cambio, alterando el equilibrio. Cuando eso pasa, surge el proceso que llamo de “densificación de la Conciencia”. Ese proceso es una búsqueda incesante para que las tres “partes” vuelvan a percibirse como una sola.
Es un sentido muy simplista, el proceso comienza a desequilibrarse cuando el sentido de omnisciencia es perturbado. En ese momento comienza a germinar la dualidadad. No es que ella ya no exista, pero el proceso de “distanciamiento” de la unidad comienza a efectivizarse. Es como si la Conciencia observara, en una hora u otra, el “bulto” de un objeto, para enseguida tener el foco de la Unidad nuevamente. Es complicado intentar explicar esto… (Rizadas).
Con el paso del tiempo, existe un aumento en el tiempo de retorno al foco de la Unidad, pero este todavía sucede. En ese punto, el sentido de Ananda está casi perdido. Como analogía, podemos usar la imagen de quien está sin aliento, desesperada, pero que en el último instante consigue respirar. Es así que el Fundamento Original se comporta en esta fase. En un determinado momento, ese “tiempo de distanciamiento” parece ser más real, y las diferencias comienzan a volverse más reales también, visto que la Conciencia se va distanciando también del principio de Existencia. Así, SAT – CHIT – ANANDA aparecen apenas como una caricatura de lo que realmente son. Es aquí que el “reino de Maya” comienza. Maya es el factor limitante. Está compuesta por 5 “capas” o velos: el tiempo, la necesidad, el apego, el conocimiento relativo y la “parte”, o forma (espacio).
Es a partir de aquí que la Conciencia se vuelve independiente. Obviamente, depende de si misma. Pero ella eso ya no lo sabe.
Como mencioné al principio, la Conciencia emana, invariablemente y por naturaleza, sentimiento (Satchitananda). Cuando ese sentimiento pasa por el “prisma de densificación”, lo que es comprendido vuelve a transformarse en sabiduría (o ajuste de foco). Esa comprensión se va volviendo cada vez más lenta, ya que el “prisma” va haciendo con que más y más objetos aparezcan. Cuando esos objetos llegan a un “punto de saturación” (cuando la Conciencia ya no se reconoce como tal), ella pasa a crear un mundo propio (Maya), con instrumentos propios. Es ahí que surge el Espíritu (Purusha) y la Materia (Prakriti). Acá comienza la individualidad.
El espíritu seria como la propia presencia de SAT, un recuerdo recurrente de nuestro Fundamento Original. En este sentido Ramakrishna decía siempre a sus discípulos: “! Recuerde Siempre!”. Muchas veces ella decía eso “del nada”, en el medio de cualquier charla…o después de un silencio interminable…El espíritu es el sujeto conciente que vive la realidad objetiva.
Por su parte, la Materia seria un conjunto de herramientas o mecanismos que tienen como propósito servir de base para la experiencia de la Iluminación, o, como antiguos textos hindúes dicen, “volver a casa”. Prakriti es la realidad objetiva exclusiva de cada sujeto conciente. Para simplificar, no voy a hablar de todas las herramientas que constituyen a Prakriti, sino únicamente citarlas. Son ellas: Buddhi, el intelecto; Ahamkara, el ego; Manas, el que procesa (que por ahora lo llamaremos de “mente” para facilitar) y Chitta, la memoria. Estos cuatro elementos componen lo que llamamos de “instrumento interior”. Infelizmente cada uno de ellos reservaría una explicación detallada que en este momento no puedo dar.
Junto con esos instrumentos interiores, los instrumentos exteriores (Chacras y sentidos corporales) forman aquello que llamamos de realidad relativa o ilusoria. Como ya fue dicho, el propósito de toda esa manifestación es servir de campo de experiencia al Espíritu (Purusha) para que vuelva a sentirse como Unidad (Satchitananda). Sin embargo, como nuestro sentido de omnisciencia está “nublado”, no conseguiremos identificar con claridad la presencia esencial del SER en el mundo que vivimos. Dentro de ese proceso de experimentación (llamado vida), la Conciencia busca aquí y allá sensaciones que, para ella, son recuerdos remotos, pero reales, de su naturaleza original.
Cada sentimiento emanado por la Conciencia se va densificando hasta el punto de ser identificado por el Purusha como emociones, y crean los instrumentos internos para que el Purusha pueda experimentar la realidad objetiva, individualizada. Así, son las emociones que generan aquello que llamamos de mente, y no al revés.
Esos impulsos emocionales son emanados por el Espíritu (Purusha) y codificados por los Chacras para ser realizados como realidad aparente, ilusoria. Los Chacras son, de hecho, portales de la Conciencia. Así, cada Chacra presenta la propiedad de mostrarnos una Realidad Única, como realidad aparente y específica a un tipo de vertiente emocional. Como los Chacras funcionan todos al mismo tiempo, esas vibraciones emocionales son procesadas todas al mismo tiempo.
Quien procesa esas informaciones es lo que llamamos de Chacra Frontal, el punto entre los entrecejos. En realidad, el mismo es la causa principal de nuestra ilusión. Pero, al mismo tiempo, pude ayudarnos a liberarnos de ella. Siendo el Chacra que procesa las informaciones está ligado al principio Manas del instrumento interior.
Pero, ¿qué es lo que procesa? ¿Pensamientos? No. Solamente procesa fluctuaciones, percepciones. En Yoga llamamos a eso de Vritti. El pensar (acto de crear, manifestar) está ligado al Chacra Bindu, responsable por el aspecto de Buddhi del instrumento interior. Buddhi es la Luz de la Conciencia. El inicio de toda la manifestación relativa. Infelizmente no puedo explicar en este texto las diferencias entre pensar y sobreponer percepción ya que el texto seria aún más grande de lo que ya es. Lo hago en el curso de meditación.
Quien vio la película Donnie Darko va a entender más fácilmente este post…o vise-versa. En la foto, un Vasana en acción.
Pero el punto principal está situado en el Chacra sexual. Es ahí donde las impresiones emocionales advenidas del Espíritu son grabadas. En este local está lo que los yoguis llaman de Karmashaya – o repositorio de karmas. El Chacra sexual está relacionado al aspecto de Chitta del instrumento interior. Cuando las impresiones emocionales son fuertes, crean un deseo más duradero. Esas emociones que se vuelven deseos son llamados en yoga de Vasanas (deseos sutiles, tendencias. Esas emociones almacenadas en el Chacra sexual emana en todo momento tendencias y esas son captadas y procesadas por el Chacra frontal (os Vrittis).
Por falta de coordinación entre las 4 funciones del instrumento interior, lo que es procesado por el Chacra frontal acaba no siendo discernido (y muchas veces percibido concientemente) por el Chacra bindu. O sea, la Luz de la Conciencia no trae claridad al objeto ya que el foco de visión interior (Chacra frontal) está sucio por causa de los deseos y tendencias (Chacra sexual).
Así, como la experiencia no es comprendida, los impulsos contenidos en Chitta buscan otras formas de ser vivenciadas y discernidas, llevando o no a la comprensión. Si la comprensión y sabiduría son fruto de la experiencia, disminuye la distancia aparente que se creó entre SAT, CHIT y ANANDA.
Caso contrario, la experiencia es repetida. Esa experiencia puede ser repetida de diversas maneras, con ropas diferentes, pero con la misma esencia emocional. Ella puede ser vivenciada en un cuerpo material o fuera del mismo siempre y cuando la Conciencia esté individualizada, o sea, inmersa en el juego de Purusha y Prakriti (espíritu y materia). Por encima de eso no hay Karma ni, por lo tanto, individualidad.
La Conciencia, hasta donde pude percibir, no se acuerda en si de personas o hechos, pero sí de sentimientos emanados y no comprendidos, densificados bajo la forma de emociones. Así mismo porque la Conciencia es única, sin segundo. ¿Cómo podría acordarse de algo fuera de si misma? Lo que hace que eso parezca que sucede, que parezca real, es el principio del ego presente en todos los Chacras, ejecutando el coronario. El acto de encarnar, por si sólo, es ilusorio. Pero dejemos eso por ahora...(Risadas)
Son carencias emocionales que orientan el proceso reencarnatorio. Fue en ese sentido, hasta donde pude comprender, que Cabral utilizó el modelo de “arquetipos” para explicar la reencarnación.
Así, si una Conciencia necesita pasar por una experiencia específica, ELLA crea las condiciones para eso. Eso es inherente a ella. Es natural a su estado. Lo que llevamos de una encarnación para otra son nuestras comprensiones en forma de sabiduría y justamente, su opuesto: las carencias emocionales. El conocimiento ordinario muere con el cerebro. La sabiduría (y la falta de ella) está gravada en el espíritu.
Sé que este es un tema que da mucho para hablar. Vale la pena recordar que esta es mi visión, fruto de mi entendimiento y experiencias personales. Vale para mi, no necesariamente para otros…
Mucha paz,
Escrito por Enki
El cuerpo (Rupa), oh monjes, no es el Yo.
Si el cuerpo, oh monjes, fuera el Yo, entonces el cuerpo no estaría sujeto a enfermedades, y nosotros podríamos decir: “Que mi cuerpo sea así, que mi cuerpo no sea así”.
Sensación (Vedana), oh monjes, no es el Yo. (por el mismo motivo)
Percepción (Sanna) no es el Yo. (por el mismo motivo)
Los Sankharas no es el Yo. (por el mismo motivo)
La Conciencia (Vinnana) no es el Yo. (por el mismo motivo)
(Buda - Mahavagga, I, 6, 38)