AURA, PENSENE O PSICOSFERA - Parte I
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 14/09/2015 11:46:43
por Maísa Intelisano - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Definición
La palabra AURA viene del latín y significa soplo de aire. Aura es el halo luminoso, dinámico y multicolor que envuelve y entrevera el cuerpo físico, reflejando energéticamente el mundo interior de la consciencia encarnada, sus pensamientos, sentimientos y experiencias.
El término PENSENE fue creado para la Conscienciología por Waldo Vieira, por la aglutinación de las sílabas iniciales de las palabras pensamiento, sentimiento y energía (pen + sen + e = PENSENE), y se emplea para designar el campo energético formado, alrededor de la consciencia encarnada, por sus pensamientos, sentimientos y energías características.
El término PSICOSFERA fue creado por André Luiz para designar el halo energético de que se revisten todos los seres vivos, donde se reflejan sus pensamientos y deseos.
AURA, PENSENE y PSICOSFERA son, por tanto, sinónimos y pueden ser definidos como el campo de emanaciones de naturaleza electromagnética que envuelve a todo ser humano, encarnado o desencarnado, reflejando, no sólo su realidad evolutiva y su patrón psíquico, sino además su situación física y emocional del momento, constituyendo un espejo de sus pensamientos, sentimientos, deseos, ideas, opiniones, etc.
Características
Veamos lo que dice André Luiz en su libro Evolución en Dos Mundos, por psicografía de Francisco Cándido Xavier:
"AURA HUMANA - Considerándose toda célula en acción como unidad viva, cual motor microscópico, en conexión con la usina mental, es claramente comprensible que todas las agregaciones celulares emitan radiaciones y que esas radiaciones se articulen a través de sinergias funcionales, constituyéndose de recursos que podemos llamar "tejidos de fuerza", en torno a los cuerpos que las exteriorizan.
Todos los seres vivos, por eso, desde los más rudimentarios hasta los más complejos, se revisten de un "halo energético" que se corresponde con su naturaleza.
En el hombre, sin embargo, semejante proyección surge profundamente enriquecida y modificada por los factores del pensamiento continuo que, en ajustándose a las emanaciones del campo celular, le modelan, en derredor de su personalidad, el conocido cuerpo vital o doble etéreo de algunas escuelas espiritualistas, duplicado más o menos radiante de la criatura.
En las ranuras y conexiones sutiles de esa túnica electromagnética con que el hombre se trajea, circula el pensamiento, coloreándola con las vibraciones e imágenes de que se constituye, y ahíse exhiben, de primera mano, las solicitaciones y los cuadros que improvisa, antes de irradiarlos hacia los objetos y las metas que demanda.
Ahí tenemos, en esa conjugación de fuerzas físico-químicas y mentales, el aura humana peculiar a cada individuo, entreverándolo al mismo tiempo en que parece emerger de él a la manera de campo ovoide, no obstante la facción irregular en que se configura, valiendo por espejo sensible en que todos los estados del alma se estampan con señales características y en que todas las ideas se evidencian, plasmando pantallas vivas, cuando perduran en vigor y semejanza, como en el cinematógrafo común.
Fotosfera psíquica, entretejida en elementos dinámicos, atiende a cromática variada, según la onda mental que emitimos, retratando todos nuestros pensamientos en colores e imágenes que responden a nuestros objetivos y elecciones, ennoblecedoras o deprimentes."
En cambio Barbara Brennan, en su libro Mãos de Luz, dice que "el Campo de la Energía Humana es la manifestación de la energía universal íntimamente implicada en la vida humana. Puede describirse como un cuerpo luminoso que rodea el cuerpo físico y lo penetra, emite su radiación característica propia y es habitualmente denominado "aura". El aura es parte del CEU (Campo de Energía Universal) asociada a objetos. El aura humana, o Campo de la Energía Humana (CEH) es la parte del CEU asociada al cuerpo humano. Estribados en sus observaciones, los investigadores crearon modelos teóricos que dividen el aura en diversas franjas. Esas franjas, a veces llamadas cuerpos, se penetran entre sí y rodean unas a otras en capas sucesivas. Cada cuerpo se compone de sustancias más finas y de "vibraciones" más altas a medida que se aleja del cuerpo físico."
Veamos también lo que dice Wagner Borges en el portal del IPPB:
"Aura (del latín AURA, soplo de aire): Es el campo energético que se presenta en torno al cuerpo denso. Aparece a la percepción parapsíquica del clarividente como un campo luminoso mezclado por varios colores. Esos colores reflejan la calidad de los pensamientos y sentimientos manifestados por la consciencia. Presenta varias capas vibratorias correspondientes a los diversos cuerpos (vehículos de manifestación de la consciencia), por donde la consciencia se manifiesta en los varios planos.
Para facilitar, vamos a dividirla en tres frecuencias básicas:
- el aura del cuerpo físico, también denominada doble etérico. Esa aura refleja solamente las condiciones del cuerpo físico en el momento y sus predisposiciones energéticas. Pese a todo, es bueno recordar que el soma (del griego SOMA que significa cuerpo) se ve afectado directamente por el clima psíquico de los cuerpos sutiles.
- el aura del cuerpo extra-físico, también llamada alma.
Es el aura del cuerpo espiritual y refleja las condiciones psíquicas y parapsíquicas de la consciencia. Refleja directamente las emociones del ser humano.
- el aura del cuerpo mental, también llamada aura mental o aura de los pensamientos. Es el aura que refleja directamente el clima interno de nuestros pensamientos e ideas. El cuerpo mental (Teosofía) también se denomina mentalsoma. En esta aura es posible percibir las formas-pensamiento y sus colores."
El aura y los colores
Como hemos visto, el aura presenta colores que varían mucho en tono, luminosidad, intensidad y brillo, según el estado mental, emocional, psicológico, espiritual y físico del individuo. Funciona, por tanto, como una verdadera tarjeta de visita energética, por medio de la cual el clarividente experimentado puede trazar un perfil bastante preciso del individuo, siempre que sepa interpretar correctamente lo que ve.
En cada color, cada movimiento, cada brillo, cada textura, cada forma, encontrada en el aura de alguien, está también un poco de su personalidad, de su historia - presente y pasada -, de sus anhelos y creencias, de sus cualidades, sin que para ello sea necesaria cualquier interferencia directa del espíritu, ya que esta emanación es independiente de su voluntad y se produce de forma espontánea.