AURA, PENSENE O PSICOSFERA - Parte IV
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 17/09/2015 11:38:47
por Maísa Intelisano - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Aura y mediumnidad
Siendo el aura el campo energético que el médium produce e irradia, y que lo envuelve, es natural que sea ella el primer elemento de contacto entre el médium y las entidades en las comunicaciones mediúmnicas. Es, por lo tanto, en el campo áurico del médium donde las entidades comunicantes buscan informaciones para establecer la sintonía con él, por la resonancia vibratoria con su propia aura, para más tarde pasar a la comunicación propiamente dicha.
Transformaciones del aura
El aura humana presenta, básicamente, dos patrones de color y luminosidad. Uno es muy inestable y dinámico y refleja las emociones y el estado físico de la persona, pudiendo cambiar de minuto a minuto. El otro, que llamamos color de fondo, es más duradero y más estable, si bien no estático, y refleja las características psíquicas y espirituales de la persona, y asimismo su personalidad.
Pese a todo, también este color de fondo de un aura puede cambiar con el paso de los años, reflejando no sólo la propia maduración psicológica de la persona a lo largo de la vida, sino las adaptaciones energéticas por las cuales ha pasado o está pasando para mejor desempeñar sus funciones sociales, profesionales y también espirituales.
Así, alguien que tiene el aura amarilla en la adolescencia por ser un estupendo alumno, por ejemplo, puede llegar a tener el aura verde al cabo de cierto tiempo de estar en la facultad de Medicina o Enfermería. Esto no significa que el amarillo haya desaparecido o que la persona ha dejado de ser buen alumno, sino que su aura ha sufrido un cambio para adaptarse a las nuevas exigencias energéticas de sus actividades profesionales. En ese caso específico, puede ocurrir que tengamos verde y amarillo en su “aura de fondo”, reflejando tanto su actividad en el área de la salud como su gusto por el estudio.
Aura y efecto Kirlian
Según el psicólogo Márcio Pontes, el descubrimiento del efecto Kirlian se produjo por casualidad, en el año 1939.
Cierta noche, en la ciudad de Krasnodar (Rusia), la pareja Semyon y Valentina Kirlian trabajaba en su casa en la manipulación de placas fotográficas, cerca de una instalación de radio que estaba abierta para reparaciones, cuando, por descuido, una placa fotográfica cayó entre dos electrodos de la radio. Al retirar aquella placa, Semyon Kirlian, en la oscuridad, cerró el cortocircuito con sus dedos entre la placa y los electrodos. Notó él, en esta ocasión, que algo diferente había sucedido. Bañó las placas y, con asombro, notó que sus dedos aparecían y no sólo ellos, sino una extraña luz que, normalmente, no presentaban. Repitió la operación, ahora sin ayuda de la “casualidad”, y el fenómeno volvió a producirse. Repitió la operación con Valentina, y más tarde con diversos conocidos, y volvió a suceder lo mismo.
En estas observaciones, o mejor, en estos experimentos, notó que las luminiscencias emitidas por los dedos de las personas no eran iguales, variando de persona a persona. Y no sólo eso, sino que las personas en estado de salud precario presentaban una emisión de luz en menor potencial que las personas sanas, sucediendo también casos de personas sanas, presentando una débil emisión de luz, que a los pocos días se pusieron enfermas.
Estas cosas sucedieron en Rusia, a finales de los años 30, pero sólo en la década de los 60 este proceso se hizo mundialmente conocido, teniendo sus estudiosos también en el Brasil, como Hernani Guimarães Andrade, científico de renombre internacional en el área de estudios psicobiofísicos, que fue el primer investigador fuera de Rusia en poseer una máquina Kirlian, cuyo proceso de construcción elaboró él mismo. Tenemos también el gran investigador Henrique Rodrigues, que juntamente con Hernani realizó y realiza estudios internacionalmente reconocidos.
En cambio, para Walter Lange Jr., en su libro Paranormalidade e Energia Mediúnica – Uma pesquisa kirliangráfica, el ruso Kirlian “trabajaba en los hospitales con equipamientos electromagnéticos y tuvo la oportunidad de observar el fenómeno mientras aplicaba – en paciente en tratamiento – los electrodos de un aparato de diatermia: vio pequeñas chispas fulgurantes y coloridas en la piel del enfermo. En su apartamento montó un aparato semejante y reprodujo lo observado, logrando registrarlo en una placa fotográfica con la ayuda de su esposa Valentina, que trabajaba como fotógrafa en un periódico.”
Sea como fuere, muchos nombres se han dado a esta extraña luz emitida por los cuerpos. Los rusos la llamaron cuerpo bioplásmico, diversos místicos ya la calificaron como aura, algunos espíritas más precipitados, en aquella época, llegaron a hablar de foto del periespíritu, y los más escépticos afirmaban que todo no era más que un efecto corona, convirtiendo la cuestión en una gran polémica.
En medio de las dudas causadas por el descubrimiento, la foto Kirlian acabó haciéndose popularmente conocida como la foto del aura, lo cual no es verdad, puesto que el complejo total del aura es mucho más amplio, colorido, dinámico y brillante que el halo que aparece en esas fotos.
Lo que la foto Kirlian capta, en realidad, y se conoce como efecto Kirlian, es tan sólo la primera “franja” del aura, la parte más densa y más próxima al cuerpo físico, que no es más que el doble etérico, donde también se reflejan los movimientos mentales y emocionales del espíritu encarnado.
Para esclarecerlo mejor, veamos lo que dice Edgard Armond en el libro Psiquismo e Cromoterapia:
“El doble etéreo, también conocido como cuerpo energético, no forma parte del periespíritu, sino que es un vehículo intermediario entre el cuerpo físico y el periespíritu, que posee chakras o centros de fuerza etéreos. El doble se proyecta más allá del cuerpo físico y forma un aura, el aura etérica, una emanación lechosa y de aspecto ovalado.
“El aura espiritual o astral, o simplemente aura, es la proyección del periespíritu más allá de los límites físicos y se revela como una especie de emanación bastante más brillante y diáfana que el aura etérica.”
Conocida desde 2000 con el nombre de bioelectrografía, la foto Kirlian es hoy mundialmente reconocida, inclusive por la Organización Mundial de la Salud, y viene siendo utilizada por médicos y científicos de todo el mundo como auxiliar en el diagnóstico de dolencias físicas y emocionales, por tratarse de una técnica que, mediante el registro de gases y vapores emanados por las células, permite tener una perspectiva al mismo tiempo científica y filosófica del proceso metabólico del ser humano, que se ve afectado en la misma medida por factores físicos, mentales y emocionales. La bioelectrografía ha venido empleándose también en estudios hechos en trabajos mediúmnicos y de pase, como instrumento de medición de los efectos de la aplicación y del trance en el físico del médium.