Autoestima: la diferencia entre culpa y responsabilidad
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 25/03/2012 07:28:35
por Andre Lima - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El sentimiento de culpa trae varias consecuencias negativas para la autoestima. Vamos a analizar estas consecuencias y la diferencia que hay entre sentirse culpable, y tener conciencia de los errores cometidos y asumir la responsabilidad por ellos. Todo el mundo comete errores. No hay en esta vida quien no hiciese que un camino fuese más difícil, o no hubiese perjudicado a alguien o a sí mismo, con actitudes que solo después pudo la persona reconocer que eran equivocadas. Pasado el error, el problema reside en la forma en cómo lidiamos con ese sentimiento de habernos equivocado y causado daños.
Cuando detectamos nuestros errores es muy frecuente sentirnos culpables. Lo que pasa es que hay un problema con ese sentimiento. Y es que no deshace la situación del pasado, no corrige los errores, únicamente trae sufrimiento. Racionalmente, creo que esto lo sabe todo el mundo.
Hay cierta diferencia entre reconocer que uno se ha equivocado asumiendo la responsabilidad, y asumir un error sintiéndose culpable. Reconocer el error es saludable; asumir la responsabilidad también. Cuando esto ocurre es muy probable que hayamos aprendido con la experiencia para no cometer el mismo error nuevamente.
Si tú, al recordar un error, asumes la responsabilidad, pero sientes una carga pesada, es bastante probable que arrastres también culpa. Es posible, estando en paz con uno mismo, asumir los errores y la responsabilidad de forma integral, y comprometerse a cambiar y a mejorar. Esa sería la mejor forma de lidiar con los errores cometidos.
El sentimiento de culpa conlleva un fardo emocional, un mal estar. Normalmente, unido a ese sentimiento, hay un auto-castigo. La propia culpa ya es una forma de castigarse. Cuando hago trabajos terapéuticos, ocurre mucho que el cliente exprese que no puede, no debe o considera que no es justo dejar de sentirse culpable, puesto que ha cometido un error. Es como si le fuese necesario pagar el error con sufrimiento.
Como la *EFT (técnica para auto-limpieza emocional, véase al final del artículo cómo recibir un manual gratuito) suele liberar y disolver sentimientos negativos de una forma rápida, el cliente desarrolla cierta resistencia en aplicar el proceso, pues le parece que no es justo quedarse en paz. Ya he visto ocurrir eso varias veces.
Otro temor común es considerar que, si no siente culpa, va a cometer el error nuevamente. Como si la persona fuese a volverse una irresponsable. Para quien se siente así, la culpa es como si fuese una brida emocional que le impide cometer ciertos errores. Esto también le traerá resistencias en librarse del sentimiento.
El que se siente culpable va a buscar, inconscientemente, otras formas de castigarse. Esto puede ocurrir por medio del auto-sabotaje en varios aspectos: económico, relaciones, salud física, pérdida de oportunidades. Es imposible engañar a nuestro inconsciente. Cada sentimiento negativo guardado interfiere en nuestra forma de pensar y de proceder. Cuanta más negatividad, peores serán las consecuencias para nosotros mismos.
La culpa engendra el sentimiento de no merecer: no merecer ser feliz, prosperar, tener un matrimonio bueno, salud física, hacer un curso, viajar, ponerse más guapo/a, tener una vida buena… Sintiéndose no merecedora, la persona empieza a trabajar contra sí misma y no consigue siquiera comprender la razón de las actitudes negativas que adopta.
Atendí cierta vez a un cliente que relataba haber cometido un gran error en el pasado. Había dejado un empleo excelente financieramente, y se fue a vivir una experiencia religiosa. Pasó cierto tiempo en ese nuevo camino, pero vio que en verdad no era aquello lo que quería para su vida. Se arrepintió y se sintió terriblemente culpable por haber decepcionado a familiares, amigos y a sí mismo al haber abandonado una oportunidad profesional tan buena.
El resultado de tanta culpa (acompañada también de otros sentimientos), es que pasaron más de veinte años y él nunca se recuperó profesionalmente. Parece difícil imaginar un cuadro como ese, pero era exactamente lo que le estaba sucediendo al cliente. La culpa empezó a originar lamentación, tortura mental: ¿Por qué hice eso? Qué tonto, qué estúpido fui, si el tiempo volviese… mis compañeros de trabajo de entonces están todos bien, y yo aquí, en esta vida difícil…
Eso hizo bajar de tal forma su autoestima que pasó toda la vida martirizándose, rumiando el error del pasado. Estaba tan ciego emocionalmente que atribuía todo el fracaso de su vida a este único error. Fijaos bien, ¡veinte años más tarde! Era tiempo suficiente para haber encontrado diez empleos mucho mejores, o para abrir su propio negocio y hacerse millonario.
Ese es únicamente un ejemplo de cuán destructivo puede ser un sentimiento de culpa. No resuelve el pasado y perjudica el presente, minando la autoestima.
Podemos emplear la EFT para disolver, para liberar esos sentimientos guardados. Pero cómo es eso ¿disolver? Es así, voy a explicar los efectos del trabajo. Tú te sientes culpable por algo que has hecho o dejado de hacer. Aplicas la EFT y ese sentimiento pesado queda disuelto. Podrás acordarte de todo lo ocurrido, pero el malestar se habrá ido. Restará únicamente el aprendizaje de la experiencia, que es lo que más interesa. Tendrás la comprensión de tu responsabilidad en lo sucedido, pero ya no sentirás la culpa.
Aplicando la técnica de forma adecuada es posible llegar a ese resultado anteriormente descrito, y a menudo de forma rápida. Esto ocurre porque conseguimos limpiar con la EFT, de forma simple y eficaz, la energía estancada en los meridianos. La energía estancada es el propio sentimiento negativo. Esa técnica va más allá de un abordaje lógico, racional. Ella afecta profundamente a la energía del cuerpo, creando un atajo poderoso en la eliminación de sentimientos negativos. Esto proporciona muchas percepciones y una maduración rápida.
Asume tus errores, sin drama, sin culpa, sin punición. Reconoce que has sido el responsable, aprende con la experiencia y comprométete a cambiar. Está claro que no es fácil simplemente sentirse así. Para ayudar en esa difícil tarea, menos mal que tenemos una técnica como la EFT.
Hasta ahora he hablado de la culpa que se crea por la acción de la propia persona que se siente culpable. Pero hay también otras formas de culpa, como por ejemplo, la culpa originada por las cobranzas excesivas por parte de terceros. Ese juego es muy común entre padres e hijos. Pero voy a dejar para hablar sobre ese tipo de culpa en el próximo texto.André Lima - EFT Practitioner. *EFT - Emotional Freedom Techniques
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