¡Ayer soñé que volitaba!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 22/03/2018 10:12:01
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
La actividad onírica es más compleja de lo que imaginamos. Los sueños, en verdad, son una mezcla de experiencias de lo cotidiano, principalmente, las situaciones no resueltas en el orden de los sentimientos, preocupaciones latentes y miedos, asociadas a percepciones sensoriales, supra sensoriales, de ámbito mediúmnico y de proyección del espíritu hacia fuera del cuerpo físico.
En el sentido de la interpretación de los sueños, tanto el Espiritismo, a través de Allan Kardec, codificador de las obras básicas, cuanto al Psicoanálisis, creado por Sigmund Freud, tienen sus parcelas de contribución en relación al significado de los sueños, pues éstos expresan, nada más nada menos, que la naturaleza interdimensional del ser humano.
A medida que el individuo profundiza en el auto-conocimiento a nivel interdimensional, se le hace más fácil distinguir cuando un sueño reúne experiencias asociadas (dimensiones física y espiritual) o solamente una dimensión (física o espiritual).
Las experiencias oníricas asociadas, al igual que las que representan una sola dimensión, son susceptibles de interpretación desde el punto de vista interdimensional, que ve en esas experiencias la proyección del inconsciente superficial y profundo, percepciones referentes a la memoria extra cerebral (vidas pasadas), desdoblamiento del espíritu y contactos espirituales durante el sueño.
Por tanto, soñar que el espíritu está volitando, o sea, desplazándose en el espacio después de la proyección (salida) del cuerpo físico durante el sueño, no significa un síntoma de baja autoestima, carencia afectiva o algo parecido, como pueden suponer "especialistas del área", sino que el individuo, realmente, estaba proyectado fuera del cuerpo físico y desplazándose en espíritu por la dimensión física o espiritual. Es obvio que cada caso es un caso a ser analizado desde el punto de vista interdimensional, lo cual no podría ser diferente cuando se trata de psicoterapia. Es lo que veremos seguidamente, en el abordaje de un caso clínico, según relato del sueño que un paciente tuvo recientemente.
EL SUEÑO DEL PACIENTE
Soñé que me desplazaba en el espacio y que para trasladarme era necesario mover los brazos como en un movimiento de inmersión en el agua.
Inicialmente inseguro, percibía que según ejercitaba el movimiento de brazos y piernas, más confianza adquiría en relación al propio desplazamiento y en el rodeo de obstáculos, como farolas, edificios, entre otros.
Desde arriba veía el bullicio de la ciudad. A veces bajaba y permanecía un poco más arriba de la red eléctrica de las calles. Otras veces, subía a los edificios más altos, a observar detalles de la correría humana. Recuerdo nítidamente haber pasado por encima de un parque arborizado.
Otras veces, me "posaba" en el paseo público y me sentía un hombre común. Pero cuando "alzaba" el vuelo nuevamente, llamaba la atención de algunas personas próximas, que me observaban admiradas sin comprender qué era lo que pasaba. Pero luego bajaban la cabeza y retornaban a la rutina de sus vidas. La gran mayoría, sin embargo, demostraba en lo que veía, indiferencia o incredulidad.
Y así, desplazándome de un punto a otro con una indescriptible sensación de libertad, me sentía como un pájaro joven, ejercitando sus alas en el primer vuelo de una vida independiente.
DESDOBLAMIENTO ESPIRITUAL
El sueño fisiológico, denominado "un estado de muerte", por propiciar el entorpecimiento de las facultades pensantes y hacer desaparecer la aparente realidad del mundo objetivo, faculta al espíritu un parcial desdoblamiento, en el cual se traslada más allá de los límites corporales.
Conforme a sus inclinaciones, deseos y hábitos, tan pronto siente aflojarse las ligaduras periespirituales, el espíritu se desplaza hacia lugares donde encuentra respuestas para las necesidades que cultiva. (Fuente: Joanna de Angelis).
VOLITACIÓN
Capacidad que tiene el espíritu, en cierto nivel de adelanto, de "volar" no solamente en el sentido literal, sino de manera más trascendental. El espíritu se transporta a donde quiera o le sea determinado, bajo la acción y el impulso de su propia inteligencia.
(Fuente: Portal Espírita link
COMENTARIO
Interpreto ese "sueño" como de característica asociada, o sea, reflejos de las dos dimensiones de la naturaleza humana (física y espiritual), toda vez que preocupaciones de la experiencia encarnada se hallan inseridas en la experiencia trascendental en forma de mensaje.
El hecho de sentirse en desplazamiento por el espacio físico era real, pues se había desdoblado del cuerpo físico durante el sueño que había comenzado sobre las 21 horas. Lo mismo que era real la preocupación - que estaba latente - en relación a la incredulidad e indiferencia de las otras personas, registrada en el relato.
El paciente, una persona espiritualizada, durante la psicoterapia vivió la experiencia de cierta angustia en relación a lo que él denominó "alienación de las personas respecto de las cosas del espíritu". Y esa preocupación latente se reveló en forma de recado o mensaje de la espiritualidad superior durante la experiencia onírica.
Y el mensaje, analizando el contenido de la experiencia, es que cada individuo tiene su ritmo y su momento de despertar para las verdades del espíritu. Dentro de su ritmo, cada ser humano vivencia su propia jornada evolutiva. En esa andadura, algunos se encuentran al frente, muchos atrás, y otros, parados por el camino, perdidos o a la espera del "despertar". Realidad que, como sabemos, comienza a cambiar a partir del milenio en curso.
La heterogeneidad de la naturaleza humana es el motivo de la existencia de diferentes niveles de consciencia entre nosotros. Lo cual hace lento el proceso de evolución del colectivo de espíritus que reencarnan en la Tierra.
Queda claro en la interpretación interdimensional del mensaje, que debemos aceptar el flujo de la evolución humana que es lento por naturaleza, y evitar un exceso de preocupaciones que no lleva a lugar alguno, pues todo tiene su tiempo, inclusive el tiempo de cambios que se anuncia para el planeta.
Queda claro asimismo que somos aún inexpertos en los vuelos más altos del espíritu, y que, al visualizar a nuestros hermanos desde lo alto, no somos diferentes de ellos, incluso en vuelo de principiante. Quizá menos indiferentes y más receptivos a los valores del espíritu aplicados a la filosofía de vida. En lo demás, somos todos eternos aprendices de la evolución.
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