¡Buenos pensamientos generan buenas energías!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 20/02/2012 16:27:11
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
La existencia del aura o campo energético que envuelve nuestro cuerpo físico es una confirmación científica constatada por medio de la bioelectrografía, que ayuda a detectar la aparición de enfermedades en el organismo humano.
Hace muchos años, religiones y filosofías orientales asociadas a la aparición del Espiritismo en occidente, orientan la práctica de la meditación y del pensamiento elevado como forma de higienizar la mente y depurar el espíritu.
Cuando tenemos un aura sana, contamos con una protección natural que atrae energías afines a nuestro estado de ser ante el universo. Pero cuando este campo energético sufre una interferencia desarmonizadora, que puede ser de origen emocional, psíquico o espiritual, el aura queda expuesta a la acción de energías deletéreas.
Por eso, somos el resultado de aquello que sintonizamos. Y nuestros pensamientos y actos en el cotidiano de la vida son responsables por esta sintonía, que puede ser de alta o de baja frecuencia vibratoria.
Cuando enfocamos la vida hacia el bien, poco a poco interiorizamos un modelo conductual fundamentado en la práctica del amor. El ejercicio sistemático y desinteresado de esta filosofía de vida depura nuestra aura y elimina energías negativas que traemos del pasado.
El campo áurico es nuestra verdadera identidad universal. Es la forma en cómo los desencarnados y algunos encarnados portadores de percepción supra sensorial nos ven, sin los tapujos que encubren la verdad de cada uno.
Una mente contaminada por pensamientos y actos negativos cometidos contra el otro refleja un psiquismo enfermo y un aura desarmonizada por la relación con energías afines. Es del pacificador Mahatma Gandhi el célebre mensaje: “Comienza por ti mismo la transformación que deseas para el mundo”. Y esta frase, del escritor Aldous Huxley, registra la importancia del amor en las relaciones interpersonales: “Convenientemente aplicado a cualquier situación, el amor vence siempre. Es un hecho que se verifica empíricamente. El amor es la mejor política. La mejor, no solo para los que son amados, sino también para quien ama, pues el amor es un potencial de energía.” Mensajes y gestos que parecen aislados e irracionales, pero cuando asociados a miles de mensajes del mismo género diseminados por el planeta, adquieren fuerza a medida en que el hombre toma conciencia de los cambios previstos para el tercer milenio, la Era de la Sensibilidad.
La fórmula para el cambio interior reflejado en el aura es simple, objetiva y natural: “buenos pensamientos generan buenas energías…”. Y el instrumento de uso de esta reforma es el libre-albedrío, condición inherente a los seres dotados de inteligencia y capacidad de discernimiento.
El egocentrismo, el pesimismo y la agresividad, son polos generadores de energías negativas que interfieren en el campo áurico del individuo adulto.
Desprotegida, el aura se hace susceptible a la invasión de energías deletéreas que representan el origen de muchas enfermedades en las esferas psíquica y física del ser humano.
En tal sentido, la Psicoterapia Interdimensional ha venido atendiendo a muchos casos en que la energía del pasado sigue actuando en el presente, envolviendo al individuo en verdaderos “síndromes” de culpa o victimización, disimuladas en crisis depresivas, fóbicas o de pánico.
El desprendimiento de energías negativas del pretérito se produce cuando el individuo, a partir de tener claros sus orígenes, procesa, conscientemente, el cambio conductual en relación a sus efectos, traducidos como dolor o sufrimiento psíquico.
Aunque procesados o emitidos a nivel inconsciente o semi-consciente, los pensamientos negativos varían de intensidad o intencionalidad. Sin embargo son todos de característica autodestructiva, o sea, perjudican solo al agente emisor de la energía. En esta dirección, la maledicencia, observada en sus diversas formas y practicada sistemáticamente, refleja un vicio conductual – y de carácter – que compromete la salud del individuo en su sentido más amplio: el de la trascendencia del espíritu.
Con todo, independientemente de su grado de intensidad o intencionalidad, la energía negativa puede ser sustituida por energías restauradoras de la salud humana. Si tienes dudas acerca de esta afirmación, haz un test de autocontrol que consiste en practicar durante siete días seguidos pensamientos elevados en el bien y encaminados hacia ti mismo, hacia los demás y hacia el planeta Tierra. Terminado el test, haz una evaluación y verifica el saldo de la experiencia en ti mismo.