Cambio y tolerancia
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 04/09/2014 20:57:53
por Tom Coelho
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Traducción de Teresa
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"Nada es permanente, excepto el cambio."
(Heráclito de Éfeso)
Las personas no se resisten a los cambios, se resisten a ser cambiadas. Es un mecanismo legítimo y natural de defensa. Insistimos en intentar imponer cambios, cuando lo que necesitamos es cultivar cambios. Pero cambiar y cambiar a mejor son cosas diferentes.
El dinero, por ejemplo, cambia a las personas con la misma frecuencia con que cambia de manos. Pero lo cierto es que él no cambia al hombre: tan sólo lo desenmascara. Esta es una de las más importantes constataciones ya realizadas, pues nos ayuda a identificar a quien nos rodea: si un amigo, un colega o un adversario. Esta observación suele producirse tardíamente, cuando ya se han causado daños, contabilizado frustraciones, resquebrajado amistades. Pero antes tarde que más tarde.
Los hombres son siempre sinceros. Cambian de sinceridad, nada más. Somos lo que hacemos y lo que hacemos para cambiar lo que somos. Los días en que hacemos, existimos de hecho; los otros, sólo duramos.
Según William James, el mayor descubrimiento de la humanidad es que cualquier persona puede cambiar de vida, cambiando de actitud. Quizá por eso la famosa "Plegaria de la serenidad" sea tan dogmática: cambiar las cosas que pueden ser cambiadas, aceptar las que no pueden, y tener la sabiduría para reconocer la diferencia entre ambas.
TOLERANCIA
Cada vida son muchos días, días tras días. Caminamos por la vida cruzándonos con ladrones, fantasmas, gigantes, viejos y jóvenes, maestros y aprendices. Pero siempre encontrando a nosotros mismos. A medida en que los años pasan he venido aprendiendo a hacerme un poco pluma: ofrezco menos resistencia a los sacrificios que la vida impone y soporto mejor las dificultades. He aprendido a descansar en lugares tranquilos y a dejar atrás las cosas con que no necesito cargar, tales como resentimientos, amarguras y decepciones. He aprendido a valorar no el mirar, sino la cosa mirada; no el pensar, sino el sentir. He aprendido que las personas, por lo regular, no están contra mí, sino a su favor.
Por eso he dejado de albergar expectativas de cualquier orden respecto de las otras personas, y de sorprenderme con actitudes insensatas. Sería deseable que todos obrasen con buen sentido, viendo las cosas tal como son y haciéndolas como se deben hacer. Pero en el mundo real, el buen sentido es la única cosa bien distribuida: todos aseguran poseer suficiente.
Somos responsables por aquello que hacemos, por lo que no hacemos y por lo que hemos impedido hacer. Poco aprendemos con nuestra experiencia; mucho aprendemos reflexionando sobre nuestra experiencia. Tenemos nuestras flaquezas y necesidades, impuestas o autoimpuestas. "Conozco a muchos que no han podido cuando debían, porque no han querido cuando podían", dijo François Rabelais.
Por todo eso, hace falta tolerancia. También hace falta flexibilidad. Pero hay que vigilarse. En un mundo dinámico, es plausible revisar valores, adecuar comportamientos, ajustar actitudes. Manteniendo la integridad.
PS: El texto utiliza frases de Albert Camus, Descartes, James Joyce, Melody Arnett, Padre Antônio Vieira, Peter Senge, Robert Sinclair y Tristan Bernard.