Cómo podemos colaborar para la obtención de mejores resultados en el tratamiento
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 06/06/2018 08:30:27
por Roberto Debski
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Traducción de Teresa
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Cuando alguien sale en busca de un tratamiento, sea con la Homeopatía, la Acupuntura, en fin, cualquier especialidad terapéutica que tenga por finalidad la salud del ser humano como un todo, debe observar ciertos cuidados para que el resultado sea el esperado: la recuperación de la salud y la vuelta a un estado de armonía y bienestar, perfeccionando la calidad de vida.
Lo ideal sería mantener la salud mientras ésta se halla en equilibrio, evitando la enfermedad. La prevención ciertamente es el mejor remedio. Como en la realidad no es eso lo que observamos en la mayoría de nuestros pacientes, que acuden a nosotros cuando ya tienen algún síntoma para tratar, cuidamos entonces de tomar ciertas precauciones, para poder potenciar nuestro tratamiento al máximo, lo cual se traducirá en una mejoría del paciente, en sus planos físico, mental, emocional y también espiritual.
La frecuencia de las consultas es un tema de enorme importancia, que no siempre es observado adecuadamente por los pacientes. Lo que constatamos más frecuentemente es que cuando un paciente mejora, algunas veces ya no vuelve a la consulta, o bien vuelve tras un intervalo muy prolongado, no habiendo así oportunidad para que se dé el necesario refuerzo terapéutico que promueva un equilibrio más estable y evite recaídas.
Por lo regular, se preconiza un determinado intervalo entre las consultas, que se va espaciando a medida que el paciente mejora y su tratamiento evoluciona favorablemente.
Normalmente, entre la primera y la segunda consulta recomendamos un plazo máximo de dos meses, plazo este que se prolongará hasta los tres meses entre la segunda y la tercera consulta, hasta los cuatro meses entre la tercera y la cuarta, y a partir de ahí, entre cuatro y seis meses en las siguientes consultas, con el fin de poder mantener el equilibrio obtenido, y así evitar el retorno al cuadro de la enfermedad. Cuando se siguen estas pautas, es raro que el paciente vuelva a enfermar como antes, y pasa entonces a beneficiarse del tratamiento como en realidad debe ser, de manera preventiva, promoviendo la salud.
La toma adecuada de los medicamentos, en las dosis y horas prescritas según la orientación de nuestro médico, también debe ser observada.
El cuidado con los propios medicamentos homeopáticos es fundamental. Debemos evitar dejarlos en lugares muy calientes, expuestos a la luz solar, lugares húmedos o con olores muy intensos, cerca de aparatos eléctricos y teléfonos móviles. El paciente debe evitar ingerir el medicamento al acabar de alimentarse, o si le ha quedado en la boca un sabor fuerte de los alimentos (intervalo de al menos 20 minutos); no debe utilizar productos a base de alcanfor (reflex, vick vaporub, etc.) durante el tratamiento. No se deben tocar los glóbulos con las manos ni tocar la lengua con el cuentagotas, evitando así la contaminación del medicamento, y cuando éste haya de ser diluido, se debe utilizar agua destilada o filtrada. Los medicamentos deben embalarse en vidrio ámbar, que proporciona una mayor protección, y deben ser manipulados en farmacias confiables, para no ver comprometido el resultado de todo el tratamiento. Si se observan estos pocos cuidados, ciertamente tendremos un medicamento de calidad y un óptimo efecto terapéutico.
Personalmente, creemos que un tratamiento cuya finalidad es promover la salud y la calidad de vida debe componerse de una serie de actitudes, que ciertamente van más allá de la ingesta de medicamentos. Si no, veamos:
Alimentación equilibrada, lo más natural y adecuada posible (en cantidad y calidad) a las necesidades individuales, armonizando y fortaleciendo el organismo.
Actividades físicas, cuyo efecto en los sistemas cardiovascular, respiratorio y osteoarticular, aparte del consiguiente acondicionamiento y relajación física y mental, nos posibilitan prevenir y tratar diversas enfermedades resultantes del sedentarismo;
Aprender con las experiencias de la vida, sin apegarse ni sufrir por el pasado, utilizándolo como aprendizaje para continuar moviéndonos hacia delante, con objetivos y metas para el futuro, y viviendo intensamente el presente;
Tiempo para el relax, para la diversión y para el placer, que recomponen al individuo de la vida cotidiana y estresante;
Buen humor y levedad en la vida cotidiana, manteniéndose siempre en actividad y movimiento físico y mental;
Seguir fielmente las propias creencias y valores personales, con flexibilidad para hacer cambios siempre que éstos se muestren necesarios;
Mantenerse conectado con el propio proyecto de vida, el camino y la misión, sintiéndose útil y parte de algo más grande, trabajando y vivenciando plenamente el propio potencial de creación;
Mantener una vida afectiva hecha de relaciones donde impera la sintonía, la donación y el amor, objetivando el crecimiento del ser amado sin esperar nada a cambio;
Vivir en conexión continua con el Plano Espiritual, sea cual fuere la religión o fe que se profese.
Tener como meta el autoconocimiento, que posibilita una vida auténtica y verdadera.
Si conseguimos vivir de acuerdo con estos ideales, ciertamente seremos beneficiados con más salud y armonía, utilizando mejor nuestro cuerpo y mente, con el fin de vivir una vida plena, según expone Hahnemann (padre de la Homeopatía) en el párrafo 9 del Organon de la Medicina: ". de este modo (en salud) el espíritu dotado de razón que reside en nosotros, puede servirse de estos instrumentos vivos y sanos para cumplir los más altos fines de nuestra existencia".
Hago votos para que todos podamos siempre proceder de esta manera, a fin de que nuestras vidas puedan estar más llenas de armonía, sentido, realizaciones y paz.
Dr. Roberto Debski
Médico especialista en Homeopatía y Acupuntura por la A.M.B. Psicólogo.