¿Cómo protegernos de la obsesión y de los ataques espirituales?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 01/04/2016 07:48:08
Autor Brida Kether - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
459. ¿Influyen los espíritus en nuestros pensamientos y acciones?
- Bajo este aspecto su influencia es mayor de lo que creéis; porque a menudo son ellos quienes os dirigen”.
460. ¿Tenemos pensamientos propios y otros que nos son sugeridos?
- Vuestra alma es un espíritu que piensa, y ya sabéis que con frecuencia tenéis a la vez varios pensamientos sobre un mismo punto, y a menudo muy contradictorios entre sí. Pues bien, siempre los tenéis propios y nuestros, y esto es lo que os hace andar en la incertidumbre; porque tenéis en vosotros dos ideas que se contradicen.
(El Libro de los Espíritus, Allan Kardec)
En el mundo actual, quien más conoce es quien más domina. Espiritualmente también funciona así. En el caso de los antagonistas*, cuánto más conocen las estrategias de manipulación y los tipos de personalidad, más consiguen atacar, dominar o perturbar. Como contrapartida, cuánto más nos conocemos a nosotros mismos y las estrategias de los enemigos del bien, más posibilidades tenemos de sobrevivir o de vivir con calidad, alejando las influencias negativas.
Vamos a analizarlo:
¿Qué ventaja tienen sobre nosotros los espíritus tenebrosos?
- La invisibilidad ante nuestros ojos físicos y la fuerza mental.
¿Qué ventaja tenemos nosotros sobre los espíritus obsesores y tenebrosos?
- Un cuerpo físico y la fuerza mental.
Observad:
¡Que ellos sean invisibles es una desventaja para nosotros!
Pero pese a no verlos, ¡nosotros los percibimos! Tenemos sensaciones, sentimientos, impresiones, tristezas, depresiones… Todo esto son indicios de presencias infelices a nuestro lado. Y si tenemos esa capacidad de percibir, ella debe servir para orar en ese momento, y con ello crear una coraza que los aleje, aunque no podamos verlos.
Siendo así, no verlos sólo constituye desventaja si no mantenemos la fe y la oración en una postura de vibración elevada.
¡Pero que nosotros tengamos cuerpo es una desventaja para ellos!
Cuando estamos libres del cuerpo, por ejemplo durante el sueño, somos una presa más fácil que si estuviésemos conscientemente despiertos. En las pesadillas, cuando despertamos de forma brusca, estamos entrando de nuevo en la escafandra corporal que nos protege de “ellos”. Esa es la ventaja del cuerpo. Él nos protege. ¡Y los espíritus de las tinieblas, que inculcan ideas de suicidio en la cabeza de algunas personas, lo que quieren precisamente es que ellas pierdan el cuerpo! El cuerpo es una armadura contra el mal.
Ventajas y desventajas comunes a ambos lados (visible e invisible):
Tanto los encarnados como los desencarnados tienen un arma en común: la fuerza mental. En eso están de igual a igual. Si ellos tienen fuerza mental ¡también nosotros la tenemos! Lo que ocurre es que nosotros no nos preocupamos siquiera con eso, mientras que ellos pasan horas, días, semanas, meses, entrenando sus fuerzas mentales.
Pero ¿qué fuerza mental es esa?
Es aquella voluntad firme e inquebrantable de que nada ni nadie pueda más que nuestro propósito. ¡La energía mental para el ataque o para la defensa es la misma! ¡Si nos dedicásemos más a controlar nuestra energía mental, el hecho de que ellos sean invisibles o nosotros tengamos cuerpo pasaría a tener mucha menos importancia! Porque la mente es el ama de nuestras defensas.
“!Mirad, vigilad y orad, porque no sabéis cuándo será el tiempo!”
¿Qué quiso Jesús decirnos con eso?
Mirad = ¡Observa lo que está ocurriendo a tu alrededor, percibe, siente, presta atención!
Vigilad = ¡Mantén la mente en alerta, como una centinela, firme, vigilante y preparada!
Orad = ¡Busca recursos del bien en lo invisible!
Existe un océano de energía positiva en lo invisible. ¡Sólo hay que acceder a él! ¿Cómo? ¡Con la oración!
¡No hay obsesor, mago negro, espíritu de posesión o entidad maligna ALGUNA que logre resistir frente a una mente firme y bien entrenada! Pueden pasarse incluso años y años intentándolo, pero no lo consiguen, no les sirve de nada. Llega entonces la hora en que abandonan. Se cansan.
¿Por qué las personas caen en las garras de espíritus de las tinieblas?
Porque sufren golpes morales, sentimentales o emocionales y bajan la guardia de la fuerza mental. Siendo así, es preciso fortalecer la mente. Entrenar la voluntad firme y la fe realizadora (oración + acción).
Y ¿cómo desarrollamos esa fuerza mental poderosa?
Entrenando. Si ellos se entrenan, nosotros también podemos hacerlo. Si ellos utilizan sugestiones magnéticas para derribarnos, nosotros podemos utilizar las mismas sugestiones magnéticas para mantenernos en pie.
¿Cómo utilizan ellos esas sugestiones magnéticas?
Colocando de forma magnética en nuestras mentes ideas infelices, tristes, miedos y todo lo mórbido y negativo que pueden, haciendo bajar nuestra autoestima.
Y ¿cómo podemos nosotros luchar contra esas sugestiones magnéticas nocivas?
Educando nuestro cerebro para que vibre de forma elevada, saliendo de esa vibración mundana de desastres y caos, para entrar en una vibración de paz y amor.
Si ellos nos “hipnotizan” magnéticamente para impregnarnos de pensamientos negativos, de la misma forma podemos nosotros auto-hipnotizarnos para impregnarnos de lo positivo.
¿De qué modo podemos hacerlo?
Leyendo libros de elevada vibración, mirando películas de elevada vibración, frecuentando lugares de elevada vibración, conviviendo con personas y ambientes de elevada vibración. Así, vamos “adoctrinando” nuestro cerebro. Pero no sólo. Tenemos que tomar todo eso que leemos, asistimos y frecuentamos, y ACTUAR. Sólo actuando vamos a poner en movimiento nuestras fuerzas mentales de protección y confianza, que crearán un poderoso campo de fuerza, descargando una especie de choque electromagnético terrible sobre quienes intenten tirar de nosotros hacia abajo.
¡Actuando en el bien, ganando confianza en el bien y ganando fuerza MORAL en el bien!
Una de las mayores dificultades de ese proceso es la culpa.
La culpa destruye todas nuestras protecciones. Albergar sentimientos de culpa es como abrir todas las puertas y ventanas de nuestra alma para que entre el mal. Por cierto, forma parte de la estrategia del mal incitarnos a hacer cosas que nos hagan sentir culpables, para pasar luego al ataque! Entonces, podemos decir que tener la conciencia tranquila de que tú no has hecho NADA que pueda ofender a otras personas o NADA que tenga que permanecer oculto, desarrolla una fuerza mental tan violentamente fuerte, que nada te sujeta, nadie te derriba.
¡Incluso en las sesiones de desobsesión los doctrinadores sólo consiguen desligar a los magos negros y a los espíritus tenebrosos porque les muestran escenas que los hacen sentir culpa!!! ¡Observad cuán grave es la cuestión de la culpa! La culpa nos vacía de nuestra fuerza mental, y pisotear a quien ya se siente culpable es una de las peores faltas de caridad que se pueden cometer.
Y sin embargo ¿cómo no sentir culpa si a lo largo de las encarnaciones hemos vivido cometiendo errores y cayendo en culpas que nos han aplastado? ¡Con la reencarnación y el olvido del pasado! ¡Bendito sea el olvido del pasado! ¡Principalmente de nuestras culpas! Pero lo que no sirve de nada es llegar aquí y empezar a cometer errores de nuevo. Esto nos debilita MORALMENTE. Y entonces nos convertimos en presa fácil de elementos que desean vengarse de nuestro proceder (de esta o de otra vida).
NADIE pierde por ser correcto, intachable, sincero, ni por seguir el camino recto, un camino claro y límpido donde no tenemos que ocultarnos. Obviamente no somos perfectos, estamos sujetos a equivocaciones, pero es preciso que seamos, lo más posible, HONORABLES para con los demás y para con nosotros mismos. La PROBIDAD es la forma más poderosa de librarnos de CULPAS y con eso obtendremos protección espiritual; lógicamente esa probidad estará cimentada en buenas obras, en la construcción moral positiva, en no hablar mal de nadie, en no juzgar, y en todas las recomendaciones que el propio Jesús nos enseñó cuando estuvo en la Tierra. Porque no sirve si es una probidad hipócrita, que hiere o hace daño, aparte de perjudicarnos a nosotros mismos. Sería el clásico “ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro”. De ese modo no habrá fuerza moral que se sostenga por mucho tiempo.
En la vida, nos deparamos con situaciones muy difíciles. Pero si sabemos emplear la fuerza mental para enfrentarnos a ellas, ¡lo tenemos todo para ser capaces de superarlas!
Sólo que para ello hemos de tener MORAL.
Y para tener MORAL, es preciso ser coherentes con el bien, predicar el bien, y hacer lo que predicamos.
En una guerra entre un espíritu desencarnado y uno encarnado, vence quien tenga la mayor fuerza mental. ¡Así de sencillo! Una mente firme y bien entrenada, moralmente bien educada, libre de culpas y acostumbrada a no hacer cosas de que tenga que avergonzarse o esconderse, es impenetrable a cualquier técnica de obsesión. No hay trabajo de magia, macumbas, amarración, vudu, NADA que consiga entrar en el campo de quien tiene una fuerza mental bien desarrollada en esas condiciones. Cuando una mente firme emite un pensamiento, origina una explosión cósmica de energía, que viaja en la fuerza del pensamiento hasta su objetivo.
El problema es que una poderosa fuerza mental no sólo es privilegio de las personas del bien. Aunque temporalmente, los malos sí pueden desarrollar una mente tan firme que sea capaz de perjudicar a una mente más débil.
La regla es: una mente más fuerte domina a una mente más débil.
En esa disputa entre mentes, ya representa una desventaja el tener cierta cosa: MIEDO. El miedo es un virus que contamina la mente firme y destruye su estructura de tal forma que mentes más fuertes pueden dominarla. Por eso es importante no tener miedo y, por lógica, no meternos en situaciones que nos causen miedo o que despierten en nosotros algún miedo reprimido. Esa es otra técnica de los obsesores: explotar nuestros miedos más profundos para debilitar nuestra fuerza mental.
Ahora, imaginad lo siguiente: Si UNA mente más fuerte puede dominar a UNA mente más débil, multiplicad eso e imaginad a 100 mentes fuertes sobreponiéndose a una mente débil. O entonces vamos a tomar una mente muy fuerte y situarla frente al embate de otras 100 mentes fuertes con propósitos contrarios. ¿Qué sucede con esa mente fuerte única? Por muy fuerte que sea, no va a soportar el “peso” de la fuerza mental de las demás. En esto se basa el principio de la posesión, o de la obsesión compleja.
Podemos incluso tener una mente firme, pero si una legión acampa contra nosotros, ¿qué haremos?
¡Recurrir a la ayuda de los amigos! ¡Físicos y espirituales! ¡Porque si varias mentes firmes EN EL BIEN se unen para anular los efectos de varias mentes firmes EN EL MAL, la fuerza del MAL disminuye!
Pero ¿y si no estamos seguros de tener la mente lo suficientemente firme? ¿Cómo vamos a meternos por la vereda de ayudar a alguien de manera imprevisora? Sencillamente: no vamos. Porque no hay equivocación mayor que tratar de ayudar sin estar en condiciones de ayudar. ¡Entonces, tenemos que desarrollar las condiciones!
¿Y si no logramos desarrollar esas condiciones nosotros solos?
Aquí viene la mejor parte:
Sólo UN hombre en la Tierra logró tener fuerza mental suficiente para enfrentarse a una LEGIÓN: Jesús de Nazaret.
Y se enfrentó a ella con el amor y la firmeza mental que ningún habitante de este planeta jamás tuvo hasta ahora. ÉL ordenó que aquella legión dejase al “endemoniado” y fuese a una piara de cerdos, y ellos obedecieron, tan grande era la fuerza mental y MORAL del Maestro.
Entonces, por lógica, si no estamos seguros de que nuestra mente sea lo bastante fuerte como para unirse a otras mentes, que tampoco sabemos si son lo suficientemente fuertes para ayudar a alguien que está en apuros, y si ya sabemos que no vamos a ser capaces de hacerlo solos, ¿qué es lo que parece más obvio?
¡Pedir ayuda a JESÚS, que TIENE FUERZA MENTAL PARA ENFRENTARSE A LEGIONES!
A veces nos preguntamos: ¿qué puedo yo hacer para ayudar a Fulano? ¿Qué podría yo hacer para minimizar la situación triste de Mengano?
Podemos concluir que no tenemos dominio sobre las fuerzas de lo invisible, sobre los secretos de la magia, los misterios de la espiritualidad, o incluso el dominio de nuestra fuerza mental. ¿Cómo ayudar, entonces?
PIDIENDO A JESÚS por aquella situación, cosa, persona o contexto que necesita su amparo. ¡ÉL ESCUCHA! Hay gente que puede creer que no, que ÉL está demasiado ocupado para nuestros problemas tan pequeños, pero creedlo: ¡ÉL ESCUCHA!
No hay una única plegaria a ÉL dirigida que quede sin respuesta. NINGUNA queda sin respuesta. Entonces, si aquella persona que necesita ayuda no está logrando levantarse y nosotros no tenemos conocimientos profundos sobre los dominios de lo invisible, INCLUSO ASÍ podemos ayudar, pidiendo a JESÚS, gobernador espiritual del Planeta, que nos ampare, a nosotros y a los que amamos.
Si la ley de acción y reacción existe, si la ley de causa y efecto está ahí, si recogemos lo que hemos sembrado, la MISERICORDIA pasa por encima de cualquier ley.
Misericordia es una compasión intensa, una consideración piadosa, un perdón extra que nace del corazón de DIOS cada vez que con sinceridad, emoción y AMOR, le rogamos su auxilio. Jesús JAMÁS ha dejado de socorrer a quienes piden de corazón. Y ello con independencia de nuestra religión o del camino espiritual que hayamos elegido, no lo olvidemos nunca.
¡Más que como en Aquel que fue crucificado y murió por nosotros, pensemos en Jesús como Aquel que ha resucitado por nosotros, ha vencido a la muerte, al mundo, y ha vuelto a encender en nuestros corazones la fe y la esperanza en días mejores!
¡Bendito sea Jesús! ¡Bendito sea Dios! ¡Y que un día toda maldad sea transmutada en amor y toda ignorancia sea transformada en la luz del esclarecimiento que salvará muchos corazones!
Texto adaptado del mensaje de un amigo espiritual “descollado” y gran profesor del espacio, recibida por una Maestra muy amada, con la cual tuve el honor de convivir en su corto pero intenso paso por la Tierra.
* Antagonistas, a efectos de este texto, son aquellos que se oponen a la Política del Cordero, a la filosofía de vida y convivencia que Jesús vino a enseñarnos… al Reino de Paz, Amor y Justicia que tarde o temprano (depende de todos nosotros) será implantado en la Tierra.