Confiar en la Vida...
por Rubia A. Dantés em STUM WORLDAtualizado em 23/10/2010 14:47:39
Traducción de Teresa - [email protected]
Mucho de nuestro aprendizaje se produce en el día a día… en las cosas que observamos… en los movimientos externos e internos… y, si estamos dispuestos a crecer, nuestro día a día nos aporta todo el material que necesitamos para ello… en sincronismos… en sentimientos… encuentros inesperados, y en muchas otras maneras que tiene el Universo para facilitarnos ese camino del auto-conocimiento.
Gran parte de ese aprendizaje gira en torno al desapego a cosas que llenan nuestros armarios, internos y externos… En los armarios externos guardamos cosas y cosas… y más cosas… dentro de nosotros guardamos memorias… que originan muchas cosas…
Un gran banco de memorias de las cuales, en su mayor parte, ni siquiera tenemos conciencia, pero que ocupan espacios y dictan nuestra reacción frente a la vida día tras día.
Guardamos tantas cosas... dentro y fuera, porque no confiamos en el presente…
Claro que en nuestros armarios externos buscamos guardar cosas que “consideramos” buenas y útiles… pero esa buena intención nos hace acumular muchas cosas…
Aunque no tengan utilidad hoy, ciertamente harán algún servicio en el futuro… pensamos… O entonces, son tan bonitas que no logramos deshacernos de ellas… Otras, asimismo, nos recuerdan situaciones o personas… en fin, guardamos muchas cosas por apego a lo que ya pasó o apego al futuro en que podrán ser útiles… Sin embargo, cuántas de esas cosas que guardamos son realmente útiles en nuestro presente y cuántas solo hacen ocupar espacio…
En las memorias, entonces… guardamos experiencias buenas para intentar repetirlas en el futuro… experiencias malas para intentar evitarlas en el futuro… guardamos el pasado para que sirva de modelo, y lo que ocurre es que esos modelos viejos y caducados siguen determinando nuestra reacción frente al presente… siguen impidiéndonos vivir el “aquí y ahora” en sintonía con nuestra Alma…
Limpiar las memorias… y ordenar los armarios puede ser un gran ejercicio de desapego… y es increíble que… cuando limpiamos dentro, se hace mucho más fácil desapegarnos de muchas cosas que solo hacían ocupar espacio en nuestras vidas…
Guardamos cosas para el futuro porque no confiamos en el presente… no confiamos en que todo cuanto necesitamos nos llega, sin esfuerzo, cuando estamos en el “aquí y ahora”.
Olvidamos que no es preciso acumular cosas… ni memorias… para garantizar el futuro, porque nuestras necesidades futuras no serán colmadas por el pasado.
El apego al pasado… a lo conocido… no nos deja recibir el flujo abundante, de todas las cosas buenas, que está siempre disponible en el eterno “presente”. Cosas que pueden ser muy diferentes de esas que guardamos… y a las cuales estamos apegados… pero ciertamente es lo que necesitamos a cada momento…
Si estamos apegados al pasado, ya sea en objetos o en soluciones, nunca sabremos que hay cosas que pueden sorprendernos por ser perfectas para nuestro momento.
A veces, cosas sencillas… donde buscábamos lo complicado, son las que van a hacernos felices…
Otras veces, de lo inesperado es de donde llegan las soluciones, que nos sorprenden por los caminos que han recorrido para llegar hasta nosotros… Caminos que si intentásemos crearlos con nuestro conocimiento acumulado y guardado… jamás lo lograríamos.
Pero la vida está llamando a nuestra puerta, lista para entrar… cada día… y siempre es hora de ordenar los armarios… y las memorias, y abrir la puerta al flujo abundante de la felicidad… que es nuestro derecho divino…