¡Creer es expandir!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 19/12/2009 11:44:16
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
“Llévame de vuelta a los ríos de la convicción, amigo mío. Yo miro dentro de mi corazón. Yo miro dentro de mi alma” (The rivers of belief).
Creer, dar crédito... es tener convicción íntima de algo que nos inspire profundamente. Y ese “algo”, generalmente, nos lleva a un credo, o sea, a una fe religiosa, a un partido político, etc.
Dogmatismo es la adhesión irrestricta y no crítica a principios o ideas tenidas como indiscutibles. Dogma es el principio indiscutible de una doctrina religiosa o de cualquier doctrina o sistema. Dogmatismo, por tanto, es una imposición autoritaria de ideas...
Los indios de las Américas, considerados individuos salvajes y sin alma por los colonizadores europeos, percibían que la vida era sinónimo de expansión, por eso consideraban a la educación – fundamentada en la transmisión de valores éticos y espirituales – como plataforma para vuelos más altos del espíritu.
En el choque entre las culturas europea y americana se perdió la sabiduría natural del indio y quedó el conocimiento dogmático del blanco, que pese a una cierta fusión de elementos culturales (sincretismo), ha impuesto sus ideas en los ámbitos religioso y político.
Lo cierto es que hemos pasado a creer en dogmas, principalmente tras la “fusión” en la edad media, entre la Iglesia y el poder político, cuando la imposición autoritaria de ideas dejó su trágica marca con la Inquisición.
Mensajes atribuidos a Jesucristo, a Buda y a otros espíritus iluminados que por aquí han pasado, están repletos de significados que trascienden conceptos textualizados y adaptados según intereses de dogmas religiosos creados por el hombre. Sin embargo, el objetivo de tales mensajes no fue encerrar al individuo en una creencia religiosa, sino abrir su mente en busca de respuestas de que necesita para la elaboración de su propia convicción íntima.
Creer, por tanto, aún sigue la orientación natural de los indios americanos que percibían la vida como una oportunidad de crecimiento o expansión de la conciencia... y solamente creemos cuando esa creencia parte de una convicción íntima elaborada por un imprescindible instrumento: la libertad de expresión. Sin el libre pensar en busca de respuestas que refuercen nuestra fe, seremos un rebaño de corderos conducidos por alguien que se autodenomina el portador de la verdad absoluta...
Aunque interdependientes en el sentido de la supervivencia, somos seres libres para procesar la propia evolución consciencial, que pasa por la creencia de que vivir es expandir más allá de los límites de dogmas políticos o religiosos.
V“Sois Dioses”, dijo Jesucristo ante una multitud. Verdad que sintetiza el potencial – aún adormecido – que traemos en nosotros. Verdad que pasa por los “ojos de ver y oídos de oír” más allá de la percepción de los cinco sentidos ligados a la dimensión física. Verdad que abre la mente para la búsqueda de respuestas que necesitamos...
No comprenderemos los significados del amor si no lo practicamos entre nuestros semejantes, así como tampoco comprenderemos los mensajes de los espíritus de Luz, si no inserimos la caridad y la pasión en la práctica de ese amor abarcador.
Por tanto, de nada sirven los credos, si no estimulan en sus creyentes la expansión consciencial a través de la libre expresión del alma. De nada sirven los dogmas o doctrinas, si continúan reproduciendo ideas o teorías trasnochadas.
No olvidemos que vivimos en el comienzo de una Era de importantes transformaciones en la energía del planeta Tierra. Época en que la fe, la creencia individual, pasa por un proceso de elaboración – o reciclaje – de sus propias convicciones. Convicciones que serán responsables por la aparición de una nueva conciencia que orientará al hombre en el amanecer del tercer milenio.
Psicoterapeuta Interdimensional.
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