¿CREES EN MILAGROS?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 07/10/2014 09:26:10
por Carmem FARAGE - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Es bastante frecuente que me pregunten qué pienso respecto de las promesas de curación por parte de curanderos de todo orden.
Constato que, normalmente, las gentes dan crédito a todo lo que viene del mundo espiritual, como si el simple hecho de ser un espíritu validase todas sus acciones.
¡Debemos tener en mente ciertas reglas que siempre nos ayudarán a distinguir lo que nos sirve de lo que puede ser sólo una tentativa de seducción por parte de un orden espiritual que no es totalmente de luz!
El mundo espiritual (la cuarta dimensión) sólo es otra capa cuántica más, con la vida exactamente como la nuestra, pero en otra vibración. Esto ¿qué significa? Me gusta comparar las diversas capas cuánticas con las sintonías de radio. A medida que giramos el dial encontramos toda clase de canales. En el mundo espiritual sucede lo mismo: ¡dependiendo de la vibración de cada ser, estaremos en sintonía con toda clase de espíritus! ¡Si estamos escuchando canales de radio AM, jamás traeremos canales de FM! De la misma forma, sintonizando frecuencias emocionales bajas o negativas, jamás atraeremos hacia nosotros las vibraciones sutiles de seres de luz. Así como aquí entre nosotros en la tercera dimensión encontramos todo tipo de gente, allí también.
La curación fácil es algo peligroso. Si un curandero promete curar tu cáncer, pregúntate en nombre de quién lo hace. Sí, porque debemos pensar que todo en este mundo tiene un por qué. Hemos de funcionar conforme a una lógica. ¿Crees en milagros? ¿Crees en que Dios lo puede todo? ¿Entonces por qué no cura a todos sus hijos amados y nos libra del mal de este mundo? Respuesta: porque lo que consideramos ser mal en este mundo es en verdad aquello que nuestro espíritu necesita para mejorar y progresar. ¡Las dificultades que pasamos en esta vida fueron formateadas por nosotros mismos! No fue Dios quien nos las dio de regalo. Esto sería muy injusto. A lo largo de los tiempos, las experiencias de sobrevivencia se acumularon, hemos cambiado considerablemente, pero han quedado las secuelas de lo que hemos sembrado. Tendremos que lidiar con ellas, y mientras lidiamos, adquirimos experiencias lo suficientemente grandes para dar verdaderos saltos evolutivos. Por tanto:
No existe curación sin reforma interior. Cuando vemos a alguien recibir la curación por parte de un espíritu, sin preguntarse por qué hubo dolencia, sin siquiera trabajar su universo emocional antes de recibir la sanación, sepamos que aquella curación será superficial, y la persona, en la mejor de las hipótesis, irá a la siguiente vida con la dolencia “incubada”. Únicamente ha aplazado el problema. Aplazar el problema es barrer la suciedad para debajo de la alfombra. Las consecuencias serán que mientras no se trabajen los porqués se adquirirán nuevos karmas en función de los errores que se cometen, puesto que no hubo cambio; y por si fuese poco, la persona está estupendamente, sintiéndose libre, leve y suelta para continuar haciendo las mismas cosas “equivocadas” de siempre, o sea, repitiendo sus patrones erróneos de conducta por más tiempo, mientras que ya podría estar abreviando todo eso. Tomemos como ejemplo a un hombre ya mayor, sobre los 65 años, diagnosticado de cáncer, muy rudo y agresivo con la familia durante toda su vida adulta. Recibe cirugía espiritual y sana del cáncer. Todos se sienten felices y la vida continúa. Aquel hombre sigue siendo agresivo, controlador y sometiendo a su familia a un maltrato que él considera normal, ¡sin la oportunidad de vivir, a través de la enfermedad, la reforma interior que le traería la transformación interna antes de desencarnar!
La muerte no es el final. Sólo cambiamos de estado físico. Del sólido pasamos al gaseoso. Nuestra mente es gaseosa, no sólida. Estaremos funcionando exactamente tal como somos, sólo que ya no en la tercera dimensión, sino en la cuarta. Después de la cuarta dimensión, debemos pasar adelante para alcanzar estados más sutiles de ser. Esto es luz y determina si estamos en paz y libres de la rueda de las encarnaciones. Pero si no hacemos la reforma interior ¿cómo quedamos? Respuesta: quedamos errantes entre cielo y tierra, sin rumbo y desesperados, sin saber a lo cierto qué nos está pasando, hasta que por ley reencarnamos. Reencarnamos para poder tener nueva oportunidad de reforma interior. Y ¿hasta cuándo vamos a querer estar en el bucle eterno del sufrimiento humano en la Tierra?
Yo me pregunto todos los días por qué no nos atenemos realmente a lo que importa. Yo soy humana, cuando digo esto, ¡hablo de mí misma también! Estamos mucho más ocupados en divertirnos y hacer que la vida sea agradable que en sufrir los cambios, o en romper la cabeza en busca de los porqués. Disfrazamos la vida. Fingimos para nosotros mismos que todo está bien. Adornamos el pavo real, como se decía antiguamente. O sea, no queremos saber. No queremos saber de manera alguna. Pero vamos sufriendo las consecuencias, aun así.
Vamos a sufrir sin saber por qué, ¡y sufrir en la oscuridad es mucho peor! Si abrimos nuestra mente y nuestro corazón en busca de respuestas, alcanzaremos otras frecuencias que nos traerán esperanzas y comprensión acerca de nosotros mismos.
Por eso yo digo: no debemos aceptar que venga alguien y nos diga: ¡tiéndete aquí que yo te voy a curar! ¡Porque esto es una falta de respeto! Va contra lo que debemos hacer para poder crear en nosotros nuestra curación. Tenemos en nosotros el poder de curarnos a nosotros mismos. Y para eso estamos aquí: ¡para aprender a ser dioses a través de la vida! Jesús dijo: sois dioses. ¡Cosas más grandes que yo podréis hacer! (Juan 10:34).
¡Nadie puede vivir la vida por ti! Acepta ayuda, sí, ¡pero con la visión de que no podrá ser de forma pasiva! Aprende a conocer tu interior y a crear tu cambio interno. ¡Cambia! Este es el milagro en que creo.
