¿Cuál es el valor de tu trabajo?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 03/10/2014 08:08:12
por Patrícia Donban Machado - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Atiendo a varias clientas ejecutivas de multinacionales, y observo varias diferencias de actitud entre ellas. Una de las principales es la valoración de su trabajo.
Mientras que algunas no se intimidan en pedir aumento siempre que lo consideran necesario, otras pasan grandes apuros al pensar en dirigirse a su superior para solicitar un aumento. ¿Por qué ocurre esto?
Hay innumerables factores que impiden a alguien cobrar según su talento y capacidad productiva. El principal motivo es, sin duda, la baja autoestima. Si tú no te estimas a ti mismo, nadie te estimará, al menos no como realmente mereces. Pero esto sería asunto para sesiones de TFT/EFT o Constelación Familiar. Lo que quiero dar aquí es una clave rápida que, según creo, ayudará a todas las personas que no logran mensurar el valor del propio trabajo debido a una cuestión de foco.
¿Cuestión de foco?
Sí, foco.
Cuando deseas pedir un aumento, por lo regular lo haces porque tu salario ya no cubre tus gastos (a fin de cuentas, la inflación está de vuelta); porque tu carga de trabajo se ha hecho demasiado grande; porque te gustaría hacer realidad aquel sueño de comprar un coche 0km, o porque tu trabajo es tan pesado y las personas que trabajan contigo tan malhumoradas, que te consideras merecedor de un aumento solamente por tener que soportar todo eso.
¡Hasta aquí, todo bien, cada uno pide aumento de salario por los motivos que le apetezcan! La cuestión de foco está en la valoración de lo que tú haces. Una de mis clientas quería pedir aumento, pero me decía: “Yo trabajo tan pocas horas, a pesar de ser muy elogiada no me siento bien en pedir aumento”.
Observa cómo el foco en el lado equivocado de la cuestión lleva a una persona a desvalorizar su trabajo:
Esta clienta mía trabaja 4 horas al día, es elogiada y considerada la mejor profesional de su área en la empresa, pero en lugar de computar esos datos a su favor, ¡ella los computaba en contra! Entonces le pregunté: “¿Quieres decir que tus compañeros de trabajo tardan 10 – 12 horas en entregar lo que tú entregas en 4 horas y, por tanto, como trabajan más horas, merecen aumento de salario y tú no?”
Ella se dio cuenta de que nunca lo había pensado desde este ángulo, únicamente se sentía culpable por trabajar tan poco. Nunca enfocó el resultado, el valor de lo que ella entregaba a los clientes de la empresa, y en tiempo récord.
Si no consigues establecer el valor real de tu trabajo es porque estás enfocando el proceso y no el resultado. Pero quien te paga quiere saber de los resultados, esto es lo único que importa al final de todo.
¿Cuánto vale para tu cliente, tu patrón, la empresa, lo que tú produces, lo que tú les entregas? A partir de este enfoque es como lograrás definir si ha llegado o no la hora de pedir un aumento de salario. Lo mismo vale para los profesionales autónomos. ¿Cuánto vale para mi cliente lo que yo le entrego? ¿Cuánto yo mismo estaría dispuesto a pagar por ello?
El valor de alguna cosa ha de ser definido siempre por el beneficio que proporciona a quien está adquiriendo aquello. Haz ese test, cambia tu foco y revisa tu pensamiento acerca del valor de tu trabajo.