Cuando despiertas en mitad de la noche...
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 03/04/2012 12:46:44
por Maria Silvia Orlovas - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Puede que ya te haya ocurrido. A mí ya me ha pasado muchas veces despertarme notando una presencia en la habitación. Cuando era pequeña me moría de miedo y me escondía debajo de las mantas, sudando, angustiada, queriendo gritar llamando a mi madre. En la adolescencia el fenómeno fue a peor, veía siluetas, oía ruidos extraños y el miedo me dominaba. Permanecía un tiempo enorme sin poder relajarme y volver a dormir. Me di cuenta de que cuánto más miedo tenía, más se adueñaba de mí la perturbación. Afortunadamente mi familia comprendía los fenómenos mediúmnicos, porque de lo contrario hubiera tenido un camino bastante más difícil. No obstante, aun así sufría, porque con el amanecer todo continuaba. Las perturbaciones no terminaban y el miedo se hacía dueño.
Desgraciadamente, una noche de sueño no tiene el poder de resolverlo todo; es preciso limpiar la energía y la emoción. Recordando que cada caso es particular, con matices y problemas diferentes e impactos también diversos. También he comprendido que cuando el niño o adolescente encuentra amparo y comprensión para sus conflictos, mucho puede arreglarse y tranquilizarse. Si el adulto encuentra comprensión, también puede mejorar su calidad de vida e incluso su salud. Pero antes de esperar que los demás nos comprendan, es preciso que nosotros mismos nos comprendamos, y busquemos respuestas, que estudiemos más, que nos preocupemos por evolucionar y abrir la percepción para los matices de la mediumnidad y de la comprensión de la vida en general. También me di cuenta de que muchas perturbaciones vienen de sentimientos de enfado, dolor, conflicto y falta de perdón y aceptación.
Normalmente, cuando estamos en desalineación emocional, disgustados con otras personas, o con miedo a resultados, como el desenlace de un negocio o incluso ser aprobado en una oposición, las emociones se vuelven caóticas. Y ese tipo de situaciones puede a menudo perturbar el sueño y el equilibrio de la persona. Y todo empeora cuando intentamos despertar, sabemos que tenemos que despertar y no lo conseguimos. ¡Noches mal dormidas, días mal vividos!
Mi vida mejoró cuando descubrí el poder de los mantras y de las oraciones repetidas, y empecé a emplear la fuerza mental y la energía del corazón para conectarme con vibraciones elevadas escuchando música, haciendo meditación. Pero como dice el viejo refrán, “cuanto más rezo, más fantasmas aparecen”, cuando empecé a hacer así, venían muchas perturbaciones, incluso pensamientos contrarios que me hacían poner en cuestión la validez de las plegarias y de los mantras. Noté que la perturbación se producía cuando el polvo astral estaba en suspensión, justamente porque estaba sorbiendo las energías del lugar. Pese a ello, con la insistencia de rezar todavía más, las cosas empezaban a mejorar. Por aquella época también cuidaba más la alimentación, las conversaciones, las películas que veía, porque me di cuenta de que el mundo a mi alrededor impregnaba mis sueños con impresiones negativas.
Cuando queremos mejorar no podemos desistir. Hay que tener determinación y enfocar la mente en ese objetivo, tener valor para modificar lo que haga falta.
Hoy, pasados los años, no puedo decir que alguna que otra vez no se me pega una energía ruin, o que no me perturban o fastidian las fuerzas negativas del astral, pero comprendo mucho mejor lo que ocurre, y tengo algunos buenos instrumentos para servirme de ellos.
Forma tú también parte de ese grupo de personas que emplea el autoconocimiento para vivir y dormir mejor. ¡Ven a formar parte del grupo que medita, hace relajación y valientemente invierte en cambiar para ser feliz!
