Cuando falta el amor original
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 10/07/2012 13:23:33
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
En la infancia saludable, vivimos de los cuidados dispensados por las figuras parentales o sus sustitutos, en forma de atención, participación y amor proporcionado en “dosis homeopáticas”, o sea, sin demasía y con equilibrio.
Si se produce ausencia parental en los primeros años de vida del individuo, o si la presencia se hace acentuada en el sentido negativo, el futuro adulto estará privado del amor original como insustituible experiencia en sus relaciones afectivas.
Cuando falta el amor original, iremos inconscientemente a buscarlo en las referencias afectivas de importancia secundaria en nuestra vida, que son las compañías que elegimos para las relaciones en el ámbito del amor.
En ciertos casos, de forma desesperada y sufrida, vamos en busca del suplemento afectivo que compense la carencia del amor parental. En otros casos, buscamos el suplemento de forma más equilibrada a través de una relación afectiva menos dependiente.
Por tanto, cuando el individuo experimenta en secuencia relaciones tumultuadas, envueltas en conflictos que dejan sus marcas cuando terminan, significa que el suplemento de amor no ha sido suficiente para colmar el vacío que ha quedado de amor original.
Por otra parte, cuando las relaciones son más estables y duraderas, significa que la persona consigue, en la interacción con el otro, compensar el amor que ha faltado en la relación parental.
En los casos más graves, o sea, en la dependencia psico-afectiva que trae consigo los ingredientes de la ira y de la agresividad, el suplemento afectivo se encuentra asociado a una conducta de rasgo obsesivo-compulsivo que no tolera la pérdida del objeto amado, que en el ámbito de la inconsciencia representa una transferencia del objeto original (padre, madre) que le negaron amor. Relaciones que están influidas por la experiencia negativa que tuvimos con las figuras más importantes de la infancia.
Cuando falta en la referencia parental la principal energía que es el amor, la laguna es la responsable por los desequilibrios psíquicos y por la resultante desarmonía entre las parejas. Esta situación es engendrada, principalmente, por la inmadurez emocional de uno o de ambos, que mantiene la sintonía del desamor ligada a la infancia, en que los sentimientos negativos se proyectan a la fase adulta en forma de carencia y dependencia.
Siendo el amor el alimento psíquico-espiritual del equilibrio y del bienestar en las relaciones afectivas, cuando éste falta se hace necesaria la ayuda psicoterapéutica que busca en el histórico del individuo los motivos de su conflicto interior que se expresa en forma de crisis relacional.
En tal sentido, la psicoterapia podrá ayudar por medio de la terapia individual o de pareja, con el objetivo de sacar a la luz de la conciencia el material psíquico que se hallaba “oculto” por las sombras de la inconsciencia.
Muchos individuos deambulan por los caminos de la existencia, en inconsciente búsqueda del amor original que ha quedado perdido en el laberinto del pasado. Con todo, esta búsqueda será parcialmente resuelta al mejorar el nivel de auto-conocimiento en relación a la propia experiencia original, cuando podrá gratificarla e incluso compensarla mediante nuevas relaciones, aunque nunca será igual – en importancia – al alimento que ha faltado en la relación parental.
El amor gratificante de las relaciones afectivas secundarias al amor original, exige equilibrio relacional para que los implicados aprendan y crezcan con la convivencia saludable. En esa dirección, el aprendizaje del amor proporciona bienestar, estabiliza y hace madurar emocionalmente a la pareja, y crea un ambiente favorable para que los hijos crezcan alimentados por el amor original de los padres.
La energía del amor es la vertiente que alimenta las grandes realizaciones humanas enfocadas al bien común. Es la vertiente que suple el vacío a medida que el individuo pacifica su interior y encuentra la referencia afectiva secundaria de su vida.
En la situación de carencia de amor original, tendremos siempre una nueva oportunidad de compensarla en nuestras relaciones amorosas. Si no se consigue se debe a que falta el foco que orienta la calidad de la experiencia afectiva: el conocimiento de sí mismo.
