Cuando te decides a cambiar
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 16/02/2016 09:17:54
Traducción de Teresa - [email protected]
El modo en cómo se capta, se percibe y se procesa la realidad es lo que define la existencia. Tu cerebro, y de manera más precisa, tu mente, es el lugar donde se produce todo ese torbellino. Desde los deseos más profundos y secretos, a las fantasías más descabelladas, a las aventuras más imposibles, exactamente allí es donde reside la fábrica capaz de crear todo cuanto existe. En nuestra mente, algo mucho mayor que una galaxia continua e instantáneamente genera, exterioriza y materializa todas nuestras posibilidades elegidas.
En fin, si estás de acuerdo en que somos nosotros quienes creamos y diseñamos nuestra propia realidad, sería interesante tener más autonomía en ese proceso. Y para poder sumergirnos activamente en esas creaciones, un buen ejercicio es prepararnos como si estuviésemos entrenándonos para atravesar una suerte de portal, donde una dosis extra de desprendimiento se hace necesaria.
Siempre sugiero a las personas para esta clase de apertura de consciencia, que pasen por las sorprendentes terapias de reprocesamiento cerebral, tales como EMDR, Brainspotting y otras, precisamente porque éstas facilitan sobremanera el reprocesado de puntos, a menudo oscuros, que frecuentemente impiden la plena realización de las realidades saludables y placenteras que tanto anhelamos. Con esas terapias, el cerebro (en el sentido físico) y la mente (en el sentido que puede observarse como trascendente) se alinean en un movimiento único a fin de desobstruir impedimentos y abrir espacio para que el flujo creativo camine abundante y enfocado. Se consigue equilibrar ciertas zonas cerebrales con acontecimientos congelados y con percepciones reducidas acerca de la realidad, juntamente con las creencias y sentimientos que a lo largo de la vida quedaron mal posicionados. La transformación de ese montante se revela como fuente inagotable de nuevos conocimientos, asociaciones y, por consiguiente, nuevas, inusitadas y mucho más divertidas creaciones de realidad. Todo tiende a hacerse más leve y mejor.
La clave, por tanto, es pasar por esas terapias concediéndose permiso para ello, aliado a una fuerte dosis de valor y osadía para entrar en contacto consciente con miedos profundos, que a menudo acaban funcionando como trabas evolutivas. Liberando espacio para crear ilimitadamente todo cuanto se pueda imaginar, sin restricciones fundadas en esas creencias que tanto nos sabotean.
Encarar nuestros villanos es la ocasión fundamental que tenemos para sacarlos a la superficie, mirándolos de frente; y de reprocesar al fin lo que nos aflige, percibiendo que aquéllos fueron y siguen siendo los únicos y verdaderos obstáculos para no alcanzar nuestros más nobles objetivos de alma.
En cuanto se entra en contacto con todo esto, la apertura mental se produce de inmediato, y se pueden experimentar, a potencia máxima y en una fracción de segundo, innumerables cuestiones que siempre fueron de difícil solución. Esa vivencia suele llevar algunos instantes y a continuación, se pasa por la oportunidad única de percibir todo lo ocurrido, como si fuese una película que ya pasó. Lo que restará de esta experiencia, aún antes de entrar en el portal de la máxima creatividad y realización, es una sensación de fuerza y de energía lista para ser dinamizada. En este precioso y súper sagrado momento se tiene la oportunidad de dar un paso más allá, o como se suele decir, es la hora de dar el salto cuántico. Tiempo inmediato para que todo empiece a suceder de modo diferente, impulsado por una potencia antes inimaginable.
Los miedos son meras ilusiones pasajeras, que poseían tu alma mientras tú te perdías de ti mismo al evitar mirarlos de frente, cuando te engañabas creyendo que sólo sentir el miedo –deseando a todo momento que él se marchase – iba a resolver tus cuestiones. Aquello era lo mismo que negarlos, y, de hecho, nada solucionaba.
Solamente cuando entras en contacto contigo mismo, como observador, totalmente desapasionado, se produce de verdad tu sanación emocional-espiritual. Y sólo a partir de una experiencia como esa la vida puede transformarse para mejor.
Tú puedes y debes pasar por el ojo del huracán, que en esta circunstancia se considera saludable.
Si necesitas ayuda para emprender esa tarea, no pierdas tu precioso tiempo negándote esa posibilidad. Todo cambio viene cargado de anhelos y miedos, pero son necesarios para que puedas abrirte a nuevas posibilidades mucho mejores que las de antes. Sigue adelante y confía. ¡Vale la pena!