¡Cuanto más despiertos, mejor!
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 21/05/2016 09:29:43
Cómo salir de nuestras burbujas psicológicas
Traducción de Teresa - [email protected]
A veces me veo andando por la orilla del mar, percibiendo la arena en mis pies y notando mi cuerpo abrazado por los rayos del sol a mis espaldas. En esos momentos de alegría y de paz absoluta, mirando hacia el medio del océano, me cuesta creer que en varios momentos de mi vida yo estuve allá, literalmente ahogándome y sin al menos vislumbrar que pudiese existir un lugar tan bueno y tan saludable como este en que estoy ahora.
Pero en un instante, en un lapso de momento, entre un pensamiento y otro, me veo acometido por los recuerdos de las antiguas sensaciones de amor y de sufrimiento que he pasado en mi relación afectiva. Incluso sabiendo que este es un terreno arenoso y que aún es difícil no contaminarme, poco a poco voy entrando en las historias, engañándome y creyendo que ya no puedo transitar por estos supuestos escenarios cuando lo desee y aun salir ileso. Y me engaño drásticamente convenciéndome de que puedo adentrarme un poco más en esas historias, aunque no sea más que para recordar cómo ha sucedido todo.
En un abrir y cerrar de ojos, como siguiendo el canto hipnótico de alguna sirena, como en sonambulismo acabo siguiendo las imágenes y sensaciones hasta que por un segundo me veo nuevamente con mis pies mojados, tocando la orilla del mar, casi creyendo todavía que sólo los estoy mojando. En un lapso de secuencia, no obstante, desesperado despierto en medio del mar, ahogándome, sofocado.
Aún no me siento totalmente curado de la decisión de romper con aquella a quien tanto he amado y que tanto me ha hecho sufrir. He aprendido que si yo volviese con ella, sería literalmente volver atrás, o sea, retrocedería en todo el proceso evolutivo de despertamiento ya conquistado. Pero veo que en ese momento, fallé nuevamente, volví con mi ex y ahora me estoy rescatando en busca de mi identidad que es independiente de esta relación y de cualquier otra que pueda llegar a tener.
Soy libre y deseo volver a sentirme en lo mejor de mí, con la sensación de la vida pulsando en mí, sintiendo visceralmente que vale la pena existir. Ya no quiero estar inventando intelectualmente historias para mí mismo, intentando convencerme sobre lo que es bueno y sobre lo que no lo es. Decreto que ya no quiero más migajas afectivas condicionadas a los cambios repentinos de humor de mi pareja y a mandatos que me tiranizan. Absolutamente nadie ha de tener ese tipo de poder sobre el otro y nadie debería sucumbir a esas pautas de encarcelamiento de alma.
La vida urge y nuestro paso por este planeta es bastante breve. Que podamos ser personas mejores en cada ahora que estemos presentemente viviendo.
*¡Relato de un paciente en pleno desarrollo de su despertar!
Nota: Todos nosotros impepinablemente transitamos entre esas burbujas que literalmente nos engullen. Ora estamos fuera de ellas, en nuestra versión mejor, ora estamos hundiéndonos de modo ciego en determinadas cuestiones mal resueltas. El riesgo transita en la amenaza de olvidar que también existimos en innumerables aspectos alegres y ya despiertos. ¡Si no nos mantenemos en alerta para iluminar lo que tenemos de mejor, puede que pasemos la vida como zombis, desperdiciando nuestra sagrada experiencia de vivir disfrutando de la libertad de ser lo que somos!
¡Cuanto más despiertos, mejor!
