¿De qué forma lidias con los desafíos?
por Graziella Marraccini em STUM WORLDAtualizado em 18/05/2013 07:26:27
Traducción de Teresa - [email protected]
No se puede negar que la vida está llena de desafíos. Desde el momento de nuestro nacimiento hasta el de nuestra muerte, el simple acto de sobrevivir ya es en sí un desafío constante. Sin embargo, además del desafío por la propia sobrevivencia, que se inicia en el mismo instante en que el cordón umbilical es cortado, cada uno de nosotros tendrá algunas tareas especiales que superar, siendo esos particularmente los desafíos inherentes al propio desarrollo espiritual de cada uno en la actual encarnación. Para la subsistencia tenemos a disposición algunas herramientas básicas, la mayor parte heredadas, que van a constituir nuestra resistencia física y nuestra energía vital. ¡Diariamente veo personas correr y ejercitarse en gimnasios con un vigor envidiable! Ese es un vigor que yo no tengo, pues el Sol del signo de Piscis que yo tengo no me ofrece una gran energía física, por ejemplo. Por ello necesito un esfuerzo extra para poder ejercitarme diariamente en actividades físicas. Debido a mi temperamento, sufro fluctuaciones de humor, altibajos energéticos que me obligan a constantes superaciones en busca del elemento natural que me falta. No es que no tenga Fuego en mi mapa, pero mi Fuego va encaminado principalmente al campo intelectual, el mundo de las ideas y del saber, gracias a la mezcla con el elemento Aire.
Podemos concluir fácilmente, por tanto, que será nuestro temperamento el que ha de determinar la forma en cómo lidiamos con los desafíos. Como la antigua medicina, la astrología también nos enseña que pertenecemos a cuatro temperamentos básicos que dependen de los cuatro elementos: Fuego, Tierra, Agua y Aire. Pero no será únicamente nuestro signo solar el que determine nuestro temperamento, sino además el signo ascendente, el signo lunar y también la suma de los elementos de los signos donde encontramos los planetas en nuestro Mapa Natal. El astrólogo, al examinar tu mapa, verá cuáles son los elementos predominantes y, por tanto, verá también los elementos que faltan, pudiendo indicarte las correcciones energéticas necesarias para conseguir el equilibrio.
Si una persona tiene una predominancia de planetas en signos de Fuego, por ejemplo, tendrá reacciones activas, audaces y precipitadas, enfrentándose a los desafíos con coraje, de frente, pero también de forma temeraria e imprudente. Por tanto, al exponerse a los desafíos sin prudencia podrá hacerse daño, herirse, implicarse en reyertas, actos de violencia, etc. Quien tiene mucho Fuego en su mapa padece también fiebres elevadas y tendrá enfermedades agudas e inflamatorias y aumentará también, con sus actitudes, el riesgo de sufrir accidentes. Ante los desafíos, tendrá que aprender a ser prudente, paciente ¡y principalmente, persistente! ¡Es sabido que los signos de Fuego no tienen paciencia alguna y que empiezan cosas que no llegan a terminar!
Las personas que tienen una predominancia del elemento Tierra en su mapa, son pacientes, prácticas, metódicas, pero a menudo inertes e incluso perezosas. Ante los desafíos pueden demorar la toma de decisiones, teniendo dificultades para dar el primer paso, ¡ya que no les gusta pisar suelo inseguro! La inercia puede ser tan nefasta como la imprudencia. Si no te atreves a saltar del tren en marcha, puedes estrellarte cuando llegue a descarrilar. Un poco de osadía hace falta, aunque no sea más que para conseguir explorar nuevos caminos. ¡Mirad bien que no estoy afirmando que la prudencia no sea positiva! Me acuerdo de un proverbio que afirma: “El seguro murió de viejo”. Es bastante probable que ‘él’ muera de viejo, pero habrá vivido de forma monótona y plana, rutinaria y sin brillo. Un poco de Fuego no le hará daño, ciertamente. Pero el elemento necesario para el equilibrio será el Agua, o sea, el elemento opuesto, que será capaz de ablandar la Tierra árida y dura de que ese temperamento está compuesto.
Las personas que tienen mucha Agua en su mapa son las más emotivas y sentimentales del zodíaco, según se sabe. Se mueven y reaccionan por sensaciones, cavilaciones, rumiando sentimientos, recuerdos y emociones, que a menudo les impiden actuar valientemente ante los desafíos. Guardan resentimientos, rencores, y enferman principalmente de aquellas dolencias que llamamos psicosomáticas. Pese a todo, en ciertas ocasiones, reaccionan repentina e inesperadamente, como cuando un vómito libera el estómago de un contenido perjudicial. Frente a los desafíos, pueden no reaccionar inmediatamente con una acción. Esas personas necesitan desarrollar un contacto mayor con la realidad, actuando de forma más práctica y determinada frente a los obstáculos de la vida. ¡Un poco de Tierra no les hará daño!
Por último, aquellos que tienen una predominancia del elemento Aire en el mapa son los intelectuales que ante los desafíos procuran razonar, examinando de forma racional todos los ángulos de la cuestión antes de tomar una decisión. Estudian todas las posibilidades de superar un desafío. No obstante, el exceso de Aire también será algo muy negativo, pues puede impedirles actuar con valor y determinación y, principalmente, con prontitud, enfocando los objetivos de forma práctica y no teórica. El Saber necesita el contrapunto del Actuar, ¡caso contrario nada se resolverá! En la mesa de negociaciones, podemos discutir los pros y los contras de las cuestiones e hilvanar los acuerdos, ¡pero sin la acción práctica no terminaremos una guerra!
Muchos de nosotros tenemos carencias en uno o más elementos y esto es causa de nuestros fracasos ante los desafíos de la vida. ¿Podemos corregir esa falta? Sí. Podemos. Por cierto, creo que puede ser exactamente esa la razón por la cual nacemos con esas faltas en nuestro temperamento: para aprender a corregirlas. Pero ¿cómo podemos hacerlo? Con el auto-conocimiento. La base de todo es el auto-conocimiento. La Astrología puede facilitarte el ‘mapa de la mina’ y si no tienes el tuyo, créeme, vas por la vida sin la herramienta más preciosa que Dios nos ha proporcionado: la interpretación del cielo de tu nacimiento, o sea, tu ‘ecuación personal’, como dicen los rusos.
Con terapias alternativas equilibradoras, como los florales, la homeopatía, la radiestesia, el Reiki, la acupuntura, la EFT*, el alineamiento de los chakras, y otras muchas, podemos también suplir la falta o la carencia en algunos elementos. Pese a que nadie posee un temperamento absolutamente equilibrado, el empleo de esas terapias puede ser muy útil para todos, y yo las considero casi indispensables. Yo misma incluyo alguna de esas terapias como aliada en la orientación a mis clientes, como los florales de Bach y de Minas, la EFT*, y la radiestesia.Por tanto, apreciado lector, busca la terapia que mejor se adapta a tu temperamento e invierte en tu auto-conocimiento para vivir mejor y plenamente. Una vida equilibrada es una vida feliz. Una vida en equilibrio es una vida en que la Luz fluye y produce prosperidad y Paz. Piensa en ello.
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¡Deseo a todos una semana llena de Luz, Armonía y Paz!
São Paulo, 7 de mayo de 2013.