¿Deficiencia?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 15/02/2016 09:05:22
Autor: Patricia Marques Barros - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Es muy frecuente tener una impresión negativa respecto de las deficiencias humanas. Esto es comprensible. En cambio acostumbramos a no percibir las cualidades de las personas denominadas “especiales”. Normalmente no me gustan estos eufemismos, pero considero que el término “personas especiales” es muy adecuado cuando se trata de personas que tienen alguna deficiencia, en el sentido literal.
Hace algún tiempo, leí un bello texto que trata de explicar por qué existen niños especiales.
Dios creó a las personas muy diferentes para que aprendiesen las unas con las otras y para que juntas formasen su cuerpo, tornándose entonces “a su imagen y semejanza”. En ese texto se mencionó una dolencia llamada mielomelingocele (el nombre de esa enfermedad significa “miel que vino del cielo”, y consiste en una deformación de la columna). Decidí pesquisar un poco sobreesa dolencia en Internet, lo cual me llevó a leer la historia de Bárbara. El simple hecho de escribir su nombre hizo brotar las lágrimas en mis ojos. Ella es una hermosa niña americana que padece aquel mal y además hidrocefalia.
Recuerdo nítidamente su foto. ¿Cómo no amarla? Es difícil expresar con palabras lo que sentí. Mirar la foto de aquella niña es lo suficiente para sentir la energía amorosa, conmovedora, que emana de ella. Su madre la considera una cría como cualquier otra. Cuenta que Bárbara es al mismo tiempo inocente y manipuladora, que va bien en sus clases de natación especial y que la niña tiene muchos admiradores. ¡Y la chavala sólo tiene 6 años! Leer este testimonio me conmovió, pues la madre de Bárbara no la considera “anormal”. ¿Por qué muchos consideran “raras” a ciertas personas, que no tienen los problemas de aquella niña? No tiene sentido. Está claro que no tiene sentido, pero nuestra sociedad es realmente loca, difícil de comprender.
Escribir sobre Bárbara me hizo recordar la afectividad de las personas portadoras del Síndrome de Down. Desde luego son personas cariñosas, amorosas. Sin contar las historias de superación de muchas de las personas que padecen este Síndrome.
He comentado que me enternecí al leer la historia de Bárbara y al ver su foto. A menudo nos olvidamos de lo que es esencial: el amor. Este sentimiento puede llevarnos a contemplar a las personas especiales de una manera diferente. Y ¿quién ha dicho que todos hemos de tener un papel activo en la sociedad? ¿Y los niños y ancianos? También estas personas son minusvaloradas. Recuerdo un pequeño libro, “El Camino de la Paz” de Henri J. M. Nouwen. En esta obra el autor, un sacerdote holandés, cuenta la historia de Adam, un muchacho con graves problemas físicos y cognitivos, que transmitía una paz que no es de este mundo. Yo creo que todo en el Universo tiene un sentido, incluso los más graves problemas. Es nuestra comprensión lo que es limitado.
También son estupendas las personas portadoras del Síndrome de Williams. Estas personas tienen grandes dificultades para ejecutar tareas de lo cotidiano tales como comprar algo y comprobar el cambio. Pero son muy sociables, afectuosas y por lo regular poseen un talento excepcional para la música.
¿Y en cuanto a nosotras, mujeres portadoras del Síndrome de Turner? Muchas de nosotras no tienen otras características aparte de la infertilidad y la baja estatura. Otras tienen problemas leves de salud, que pueden ser tratados. Entonces, en muchos casos el Síndrome de Turner no puede ser considerado deficiencia. Somos luchadoras. Con el tiempo acabamos comprendiendo que la apariencia no es lo que realmente importa en la vida, no discriminamos a nadie. Lo que da sentido a la vida es el bien que hacemos y evolucionar como personas ¿no es cierto? Entonces nosotras, mujeres con Turner, nos esforzamos por desarrollar varias cualidades, para convertirnos en seres humanos mejores. Ya he conocido a varias mujeres como yo y son realmente personas maravillosas.
¡Contemplar al prójimo de manera distinta puede ser estupendo! Podemos abrir los ojos para ver a Dios en nuestros semejantes… ¡Namasté!
“El Dios que habita en mi corazón, saluda al Dios que habita en tu corazón”.