Desapego
por Thais Accioly em STUM WORLDAtualizado em 08/05/2012 13:50:08
Traducción de Teresa - [email protected]
El otoño es la época en que la naturaleza entra en un proceso de recogimiento, desprendiéndose de aquello que ya no le sirve, ahorrando y almacenando energía, preparándose para la llegada del invierno.
La naturaleza se convierte en un lindo espectáculo con sus colores que a menudo van del verde al anaranjado y al rojizo. Banquete para los ojos y para el alma que aprecia los hermosos tonos otoñales.
Las hojas caen, dejando a la vista ramas y troncos. Energía ahorrada. La naturaleza lo sabe todo acerca de la sostenibilidad.
Las hojas en la tierra se convierten en abono, en compost que alimenta a las propias plantas.
Los frutos maduros no recogidos en el verano caen al suelo, se pudren, originando alimento para el propio árbol.
Es el ciclo de la vida.
De esta forma, los bosques sobreviven.
Y nosotros, los humanos, parte intrínseca de la naturaleza terrena, ¿cómo aprovechar mejor este momento otoñal?
Abrir mano de lo que ya no nos sirve ayudará a ahorrar la energía buena que se hubiera malgastado.
Por ejemplo: quien alimenta pensamientos negativos sobre sí mismo, gasta inmensa energía mental con un veneno psíquico. Eso es un derroche de los grandes.
Emplear ese mismo tiempo y energía creando, estudiando, analizando, pesquisando, leyendo, es un uso más saludable de esa misma energía mental.
Otro ejemplo práctico: albergar y alimentar resentimientos. Gastar una poderosa energía emocional en algo del pasado es despilfarrar energía de la fuerza constructora del presente.
Recordando, además, que el resentimiento es desencadenante de malestares físicos muy reales, como taquicardia, tensión alta (en los predispuestos), gastritis, dolor de cabeza, etc.
¿De qué necesitas abrir mano para sentirte mejor?
¿Qué tienes que dejar marchar con el ciclo de la vida a fin de que te quede energía para cultivar positivamente el presente?
Me gusta, en otoño, tener mis momentos para esa mirada compasiva y serena hacia dentro de mí misma y hacia mi vida.
Es cuando me deshago de gabanes, zapatos y prendas de vestir que ya no uso. Todo ello con mucho cariño y encaminado a alguien que esté deseando algo calentito para el invierno.
Reviso mi alimentación, con el propósito de mejorar mi salud y fuerza física. Cuido la calidad de lo que ingiero.
Observo mi corazón y alma, y reflexiono sobre sentimientos que ya no me caben. Angustias que ya pueden partir. Ataduras que puedo soltar. Tiempos de perdón y desapego.
Para una nativa de Tauro es un tremendo ejercicio. Abro una pausa para reírme un poco de mi humanidad, el cultivo del buen humor siempre facilita esos ejercicios otoñales de desapego.
Me siento más viva con toda esa energía que me sobra para cuidar bien de mí misma, y más fortalecida también, porque todo ese desapego hace que aparezcan nuevos músculos emocionales. Ahora puedo ser más útil a quien acude a mí en el hogar, en el consultorio, en familia, entre amigos, a fin de ejercitar las energías liberadoras del otoño.
¡Que tengas un buen otoño!
