Desenmarañar Nudos
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 20/09/2018 09:13:32
Autor Wilson Francisco
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Traducción de Teresa
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María Victoria empezó en enero el Proceso Mutación. Su niñez muy turbulenta denunciaba sufrimientos contenidos, incorporados.
Realicé el proceso de Cura del Niño Interior y activé el Centro de las Emociones con el objetivo de buscar los principales factores causantes de los miedos que entorpecían su vida.
Cuidar el niño interior es un proceso que da buenos resultados.
Es corriente en todas las familias que se produzcan casos de acoso, sea por palizas, bofetadas o miradas. ¡Esas actitudes oprimen y el niño se encoge!
Y dime: ¿cuándo ese "niño" va a salir de ese encogimiento? ¿Y del pavor de ser pillado en flagrante? Y tantos otros acosos más mórbidos.
Activo las memorias y ofrezco apoyo incondicional a la paciente. Ella confía y entonces libera sensaciones y acontecimientos.
Su principal objetivo en la terapia: eliminar miedos que la acompañan y atormentan hasta ahora, con 34 años.
Le explico que tras haber abierto y accionado el archivo de recuerdos, los sueños surgen, o incluso algunos flashes vienen a la mente.
Algunos días más tarde ella dice: "Quería agradecer, ya me siento mejor, no totalmente, pero sí un poco más segura".
Entonces ella va narrando sueños y recuerdos que afloran a su mente.
"Me estoy acordando de cuando era pequeña, principalmente los miedos. ¿Eso es normal?" Pregunta ella. "¡Sí, es saludable!" Contesto.
Dice ella: "Yo tenía la sensación de que mi madre no me quería. Hoy tuve un recuerdo muy significativo. Yo era pequeña y mi madre jugaba conmigo y con mi hermano, levantándonos hacia arriba con los pies, estaba tan feliz, nos reíamos y caíamos al suelo. Esa sensación me trae el pensamiento de que mi madre sí me quería y eso me dio cierto alivio interior. Ahora yo sé que había mucho cariño y felicidad entre nosotros. Lloré mucho. Fui hasta mi madre y pedí perdón, por no haber dado valor al amor que ella sentía y siente por mí.
Fue como desenredar un nudo dentro de mi pecho".
Las impresiones del mundo exterior, guardadas dentro de ella, le daban una visión desfigurada.
El padre se fue de casa y nunca más volvió. La madre salía, dejándola sola. Dedicaba su tiempo al trabajo, para sostener la casa y los hijos.
Ambas ausencias, la del padre marchándose y la de la madre que se iba a trabajar, se entremezclaban en su mente y fueron malinterpretadas. La energía del abandono se adueñó de su alma. ¡Fui abandonada!
Entonces, decide marcharse también. "Junté mis cosas, ropa, zapatos. Yo tenía unos diez años, me iría, porque a mi madre yo no le importaba, iba a escaparme.
Cuando llegué a la puerta del salón, volví corriendo, pues había un hombre extraño, inmenso, en la puerta. Permaneció allí parado, impidiéndome el paso y la huida.
Estoy agradecida a ese Ser, mi Ángel de la Guarda. Su porte y su mirada amorosa y profunda me dominaron.
Sentía una intensa luz que se irradiaba de él hacia mí. Desistí. Me quedé en casa.
Hoy reconozco el grave error que iba a cometer. Más tarde reconocí en foto que el hombre que impidió mi huida fue el Arcángel Rafael, mi ángel bueno".
La historia de María Victoria sigue. Cuando ella llegó a mi sala yo cogí la imagen de San Francisco de Asís y la traje hacia delante en la repisa. Me senté y empecé a hablar sobre la gran actitud desarrollada por la sociedad actual que logró convertir a los perros en seres casi humanos.
Ella escucha, se emociona. Y revela: "¡Mi sueño, desde niña, era ser veterinaria!".
Me causó sorpresa. Yo no lo sabía. Ella era licenciada en Economía.
Aclaré que esa decisión, tomada por motivos financieros, la desvió de su camino original.
En caso de que ella se hiciese veterinaria, habría realizado un sueño, su autoestima estaría elevada y conviviría con personas de historia y sueños semejantes. La posibilidad de buenas relaciones sería enorme. Por el contrario, tomó un atajo. Se convirtió en una chica infeliz, depresiva.
Se perdió de sí misma.
¿Y ahora? Ella habla con cariño de sus perros. Y lamenta no poder ejercer la profesión soñada. ¡El alma sufre! La personalidad está sin saber qué decidir. Acojo su dolor y, como facilitador holístico, hago la lectura e indico una reprogramación.
Ve en busca de tu sueño. Yo te apoyo. El mercado, en ese campo, el de la veterinaria, es prometedor.
Puedes licenciarte, abrir clínica, criar cachorros, montar una tienda de mascotas.
En fin, darte a ti misma la oportunidad de amar y cuidar perros. Y más que eso, rescatar tu camino original.
Hay tiempo para deshacer ese karma elaborado desde una equivocación. Asume el compromiso de realizar tu sueño. Retoma el control de tu vida y permítete ser feliz. La vida terrena es una sucesión de tentativas, búsquedas, decisiones.
¡Sé una protagonista! ¡Date un nuevo tiempo! Marco, un gran amigo, fue cerrajero hasta los 42 años. Su mujer e hijo le insistían para que estudiase, para hacer otra estrategia de vida. Él se resistía.
Un día se decidió: ¡voy a cambiar de vida! Y a los cincuenta años montó su consulta dental en la ciudad donde vivía.
¿El destino? Está trazado por ti y por Dios. Es preciso tener el coraje de reflexionar y corregir errores cometidos. ¿Hay un misterio surgido en tu existencia?
Pon tus rodillas en el suelo. Ora con fervor y confía. La respuesta llegará. De alguna fuente. Observa. Practica diariamente la otra enseñanza de Jesús: vigilar. O sea, presta atención a lo que piensas, haces y decides. ¿Está todo bien? ¡Entonces, aguarda, tu sueño se concretizará!