Despertando a la vida
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:35:14
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
Cuando comenzamos nuestra jornada existencial, estamos aún plenamente conectados con la Fuente original que nos creó. Sin embargo, las exigencias de la vida en la materia van, de apoco, haciendo que nos alejemos de esa conexión.
La mente, en un mecanismo útil para que podamos cumplir con los quehaceres necesarios para nuestra actuación en el mundo, acaba por volverse cada vez más predominante, hasta que nos vemos totalmente dominados por ella, creyendo plenamente en todo lo que nos dice.
Ocurre que la mente es una acumulación de experiencias y conocimientos que no tienen nada que ver con la dimensión divina de nuestro ser. Ésta es el resultado de las creencias y valores que nos fueron impuestos por el mundo exterior.
Los miedos, las memorias negativas y la falta de confianza en nuestro valor acaban por llevarnos a una visión negativa de la existencia, donde apenas los problemas y dificultades asumen el primer plano.
De a poco, vamos entrando en un estado de adormecimiento y llevando la vida de una forma mecánica, automática, perdiendo nuestra sensibilidad sobre lo que es bello y verdadero y, en consecuencia, la capacidad de maravillarnos.
Rescatar nuestro origen divino, silenciar para ser capaz de escuchar la voz que se esconde en nuestro interior, la Presencia que creó todo lo que existe en el Universo, es nuestro mayor desafío. Si no lo hacemos, perderemos la oportunidad de disfrutar la vida plenamente y aprovechar las innumerables riquezas que ella tiene para ofrecernos.