Diez toques para armonizar la mediumnidad
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 20/03/2015 16:08:06
por Maria Silvia Orlovas - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Decidí escribir este artículo porque sé que hay mucha gente sufriendo a causa de la mediumnidad, gente buena, inteligente, pero perdida, e incluso disgustada con Dios, con el universo, por no entenderse y por no entender lo que siente, o lo que el mundo le está ofreciendo.
Si tú te sientes así, un poco perdido, con miedo, o queriendo renunciar a tus dones y talentos “especiales” lee este artículo.
Me siento confiada al escribir todo esto porque he vivido cada uno de esos desafíos. No los he vencido todos, pero sigo intentándolo y puedo decir que hoy estoy en paz con esa posibilidad de sentir el mundo en la forma expandida que la mediumnidad ofrece.
1. Acepta tu condición. Si oyes a alguien decir que eres médium no te irrites, ni salgas corriendo por miedo al compromiso de “desarrollar tu mediumnidad”, porque ese desarrollo es absolutamente natural. La mediumnidad puede considerarse uno más de los sentidos del hombre, no precisamente algo especial o complicado.
2. Descubre tu don. Todos somos médiums. Sí, pero cada cual en su percepción, misión y capacidad. Las personas somos diferentes, y la mediumnidad es algo así como saber o no matemáticas. Algunos tienen una capacidad natural para lidiar con números, otros tendrán que estudiar, pero son óptimos alumnos, otros asimismo, por mucho que estudien no harán más que lo básico.
3. Encuentra un lugar o una forma de emplear tu talento. El médium tiene que trabajar con eso. No es exactamente así. El médium ciertamente tendrá una natural tendencia a percibir el mundo de una forma diferente a los demás, ni mejor ni peor, sólo diferente, y siendo así, naturalmente en condiciones saludables procurará comprender mejor sus percepciones, y seguramente buscará un grupo de personas con afinidades para aprender más, comparar impresiones, etc. Todo natural. Pero si se da el caso de que esa persona descarte sus sentimientos y emociones diferentes, la probabilidad de tener problemas es grande, porque las situaciones van pesando y las emociones que no reciben tratamiento pueden convertirse en enfermedades.
4. Encuentra tu forma de expresión. Mediumnidad significa incorporar espíritus desencarnados.
Sí y no. Hay muchos tipos de mediumnidad. Siempre comparo al médium con una antena parabólica que se conecta con vibraciones afines. Esta conexión depende de las elecciones que estás haciendo en tu vida. Los médiums o las personas corrientes eligen con quién andar, en qué creer, qué practicar. Hay médiums maravillosos empleando sus dones en el arte, música, pintura, escritura, o incluso siendo terapeutas, psicólogos, etc.
5. Mantén la humildad. Los médiums son personas especiales. No. No somos especiales, somos personas con aprendizajes diferenciados. Podemos, sí, desarrollar trabajos amorosos y buenos, ayudar a las personas con nuestra visión expandida, con nuestros dones de sanación, etc., pero eso dependerá del desarrollo de esa capacidad.
6. Fortalece tus creencias espirituales. Los médiums en desarmonía pueden enfermar. Sí, eso es la más pura verdad. Pero cualquier persona en desarmonía enferma. El médium, como siempre es una persona emocionalmente más sensible, normalmente sufre más por ello, pero si tú desde muy pronto aprendes a rezar, meditar, practicar yoga, hacer caminatas contemplativas, y llevas una alimentación saludable, podrás sanar tu vida. Ya que tienes ese “poder”, úsalo en favor tuyo.
7. Trabaja tu lado espiritual y emocional. Un médium necesita trabajar su lado espiritual y emocional. Ciertamente que sí. El médium, además de estudiar cosas espirituales, tiene necesidad de seguir a algún grupo, alguna creencia, y también es necesario aprender con las emociones. Hacer terapia, estudiar psicología, leer y estudiar sobre oráculos, símbolos, numerología, astrología, etc., ya que todo esto ayuda mucho. El autoconocimiento no es algo religioso, pero ayuda muchísimo en el proceso de evolución.
8, Aprende a lidiar con las personas. A menudo el médium se envuelve en grupos religiosos y se frustra con los lugares, o con los amigos, o incluso con los dirigentes. Sí, esas situaciones son corrientes, y se producen porque va a frecuentar un lugar público, con personas que se han criado de diferentes maneras, que tienen deseos diferentes, etc. Aun así es preciso enfrentarse a los retos de la convivencia, e intentar vencer todo eso. El médium necesita practicar la convivencia, y no el juzgamiento. Respetando el espacio de cada uno. Así serás más feliz, y tendrás ocasión de practicar de forma más amorosa y tranquila lo que aprendes en los libros.
9. Desarrolla tu poder personal. Los médiums sufren ataques espirituales. A menudo ocurre eso, ciertamente, pues cuando tú vienes con un don, un talento, será necesario aprender, y practicar. Entonces, cuanto más pronto puedas, acude a un lugar para frecuentarlo, para aprender a lidiar con tus intuiciones, sueños, impresiones. Estudia sobre tus guías, y qué significa incorporar, recibir mensajes, canalizar, pero sin crear dependencia de otras personas. Tú tienes tu luz, tu camino y debes aprender muchas cosas por ti mismo, leyendo, estudiando y practicando todo cuanto llegues a aprender. Invierte en cursos, aprende terapias alternativas, y practica primeramente contigo mismo.
10. Ofrece un poco de tu tiempo y de tu energía para ayudar al prójimo. Los médiums no vienen para salvar al mundo. ¡Verdad! Cuidado con el ego, con la vanidad, porque mucha gente buena, con increíbles dones, se han perdido en el camino considerándose superiores a las otras personas. La mediumnidad es un don, un talento, y también una obligación. Si tú tienes esa luz brillando en el alma, por favor, observa que hay un largo camino que recorrer, sea cual fuere tu creencia, porque el médium es sensible en cualquier lugar, lo mismo en un grupo budista, en una iglesia cristiana o en un centro espírita. Lo que necesitan las personas así es desarrollar la luz del amor y de la sabiduría para mantenerse siempre en equilibrio.