Dormir cuando se tiene sueño...
por Rubia A. Dantés em STUM WORLDAtualizado em 12/12/2008 17:21:54
Traducción de Teresa - [email protected]
Son casi las dos de la mañana de un miércoles y… como viene sucediendo desde hace algún tiempo yo estoy intentando dormir porque ya “es tarde”… pero sin ningún sueño.
Claro que ya inventé un truquillo que muchas veces hasta funciona … pero no es natural… En vez de permanecer con los ojos cerrados intentando prender el sueño… abro bien los ojos e imagino que tengo que estar despierta… que no me está permitido dormir de manera ninguna… Entonces empiezo a bostezar en el mismo instante y el sueño suele llegar… o no.
Pero mirad qué complicación me busco solo porque supongo que cuando llegan aproximadamente las 23:00 h tengo que dormir… porque es hora de dormir.
¿Cuántas cosas hacemos porque “tenemos que hacerlas”?
Ocurre que mi ritmo ha cambiado… y mi cuerpo ya no siente sueño en ese horario de manera ninguna, por más temprano que me despierte… y desde hace ya un buen tiempo vengo peleándome con él solo para seguir esa memoria de que a las 23 h es hora de dormir… como si para dormir hubiese otra regla que no fuese tener sueño.
Pero hoy me he rebelado… sin culpa… y decidí hacer caso a mi cuerpo.
Encendí la luz… conecté el computador y estoy escribiendo…
No sé qué increíble poder ejercía esa creencia sobre mí que todos los días más o menos a esa hora me parecía que tenía que ir a dormir… incluso sin sueño. “Tenía”, porque a partir de hoy haré el Ho’oponopono para limpiar esa memoria.
Ni siquiera me daba cuenta de que eso era una memoria equivocada que me impedía respetar mi ritmo natural.
Ya no tengo tanta necesidad de sueño… pero estaba obligándome a tenerla, solo porque me parecía que las 23 h era hora de dormir… intentando hacer lo que mi cuerpo no quería.
Dormir sin tener sueño es lo mismo que comer sin tener hambre… es horrible.
Claro que ya he tenido mucho sueño a esa hora y era natural dormir porque el sueño llegaba… Pero a partir de un punto esto se convirtió en una regla que pasé a seguir sin siquiera apercibirme.
Y es increíble cómo somos atrapados por ellas… las memorias… muchas de ellas… así, de forma casi inocente ellas nos apresan sin darnos cuenta… de una forma tan sutil que ni siquiera vemos las rejas de la prisión, y consideramos que estamos libres sin percibir que nos movemos en un espacio extremadamente limitado por rejas invisibles.
Me acordé de aquel cuento del elefante que permanece sujeto a una estaca en el suelo por una cuerda delgadita… la misma que su adiestrador empleaba para atarlo cuando era una cría, y que aún lo mantiene preso después de adulto. Verdaderamente lo que prende es la memoria de cuando era cría, de las veces que había intentado liberarse sin conseguirlo… incluso hiriéndose en esa tentativa.
Las memorias que impiden al elefante ser libre, también nos mantienen presos a un espacio extremadamente limitado…
Nuestras memorias nos mantienen presos por hilos invisibles al pasado, no permitiendo el acceso al potencial ilimitado que el Universo coloca todo el tiempo a nuestra disposición.
No sé todavía qué cosa puede estar queriendo de mí el Universo, manteniéndome sin sueño a esas horas, pero ciertamente no es hacerme forzar mi naturaleza, intentando dormir sólo porque “tenía” la creencia de que en torno a las 23 h era hora de dormir.
Ayer… escribí buena parte de este texto y también descubrí cosas muy interesantes en la net… Parece que a aquella hora fui guiada para encontrar algunas piezas que llegaron como signos muy esclarecedores… con tanto sincronismo y precisión que me sentía guiada por una Fuerza Mayor… igual que cuando vamos siguiendo un mapa del tesoro… estaba segura de que estaba en el lugar apropiado… en el momento oportuno…
Fue así como me sentí ayer hasta que el sueño llegó naturalmente y dormí…
