El amor simple, fuerte y verdadero
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 04/08/2012 09:39:07
por Bernardino Nilton Nascimento - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El odio excita diferencias, pero el amor cubre todas las transgresiones. El amor es un sentimiento sublime, placentero y tan poderoso que lleva a quien lo siente a la cuarta dimensión, al “Mundo de las Maravillas”.
El amor verdadero es desinteresado y libre del temor. Irradia afecto sin exigir retribución alguna. Su satisfacción está en el placer de donarse. El amor es divino y puede traducirse como la más poderosa fuerza magnética del universo, por atraer hacia sí lo que verdaderamente le pertenece, sin necesidad de una búsqueda desenfrenada, pues quien lo practica es libre, y sus buenos pensamientos vuelan en la buena dirección.
No es necesario ningún tipo de sufrimiento para desarrollar y perfeccionar el amor. Él nace en la alegría, en el placer de servir. Es una energía que avanza, no obstante, atrae como un imán.
Para poder atraer algo es preciso estar en armonía con lo que deseamos. Entonces, ¿podemos aplicar la energía del amor al dinero? Sí, el dinero es una energía que usamos para suplir las necesidades y librarnos de las limitaciones. Así, él debe siempre ser puesto en circulación para aplicarlo en algo justo. El dinero en sí es bueno y benéfico cuando bien empleado. Pero cuando es encaminado a un fin destructivo, buscado con locura o guardado con avidez, por considerarlo el más preciado bien, producirá mucho sufrimiento.
Todos los males e infelicidades provienen de la violación de la ley del amor. El cultivo del amor parece un arte perdido, pero aquel que lo desarrolla está libre del miedo y naturalmente libre para soñar. Quien vive amando, olvida lo que ha quedado atrás y avanza hacia sus deseos, hacia sus sueños que, si son buenos y seguros en el amor, lograrán sus objetivos más pronto de lo que supone.
A menudo ese sentimiento tan sublime entre el hombre y la mujer va acompañado de grandes discusiones, pues subsiste una idea mítica de que siempre habrá alguien que desea robarte tu amor. Esas personas que así piensan no se percatan de que todo pensamiento que fijamos en nuestra mente acaba en afirmaciones que se sitúan en la inminencia de suceder.
Es muy difícil, tanto para el hombre como para la mujer, admitir la posibilidad de ser traicionados por su amor. La fijación y el miedo son tan fuertes que acaban atrayendo hacia sí aquello que más temen. Y el sufrimiento es inevitable.
Pero no se dan cuenta de que ese sufrimiento ya los acompañaba incluso antes de todo lo sucedido. Por tanto, en vez de quedarnos en el mundo de la imaginación, pues un día ésta podrá acabar en realidad, debemos pensar siempre en lo mejor y en la mejor situación. Aquella que nos hará vivir alegres y placenteros.
Donde hay verdadero amor los pensamientos son siempre de afirmaciones, en una unidad perfecta.
La unión, si no se efectúa sobre una base inquebrantable de unidad y en el deseo de satisfacer al otro, no puede perdurar.
Para afirmarse en una verdadera unión es preciso que el uno desee la felicidad del otro. Incluso con objetivos diferentes, el amor libre de celos enfermizos estará siempre lejos de toda clase de amenazas. Si los amantes no viven en el deseo de realizar los sueños del otro, apremiados por sus propios deseos la separación será inevitable, aunque hubiese amor entre ambos. Las discusiones, las desavenencias, los disgustos constantes van minando el alma y, naturalmente, debilitando el amor.
La palabra amor es tan pequeña en la forma, pero tan grande en significados y direcciones. Podemos amar a Dios, al ser humano, a la Creación, a la familia, y todo ello al mismo tiempo. No existe amor más fuerte o más débil, más pequeño o más grande. Cuando existe simplemente el amor, ya vale la pena.
Si estás solo, sin ninguna relación con nadie que te comprenda y que te escuche, esto quiere decir que predomina en ti el sentimiento de la separación y que, ante todo, es preciso llegar a una realización de la omnipotencia del amor y tener una compañía silenciosa a tu lado, para escuchar y comprender tu corazón.
Según vamos cultivando el sentimiento de la unidad con la vida y el amor altruista, vamos atrayendo amistades y corazones que van a comprendernos mejor. Y así el sentimiento de tristeza va a desaparecer naturalmente.
El amor altruista es el cumplimiento de las leyes divinas. Todas las leyes de la existencia tienen por objetivo único la reconstitución de la unidad, la cual solo puede existir en el amor universal. Por ese motivo, el amor es el mayor disolvente de todas las desarmonías, bloqueos y divergencias, pero es preciso que sea enteramente desinteresado y espontáneo.
Todos nosotros hemos sido creados por el amor y con amor, para unirnos voluntariamente. Tenemos derecho a una compañía para disfrutar de los placeres, de la alegría de vivir y para compartir la magia de un corazón latiendo enamorado.
El amor es simple y fuerte. Siendo verdadero, expulsa el miedo. Ama, que la alegría latirá en tu corazón colmado de encantos.
BNN