El arte de ser feliz
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 11/11/2009 14:49:29
por Nelson Sganzerla - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Todos nosotros buscamos aprender el noble arte de la felicidad. Muchos en esa búsqueda sufren tanto que ni siquiera se acuerdan de cómo era ser feliz, o cómo es la felicidad.
Vivimos a la deriva como náufragos de nuestra propia existencia, sin saber en qué puerto atracar nuestra embarcación tan maltratada por el tiempo, tan repleta de amarguras y desesperanza y tan vacía de vida.
Cuántas veces nos deparamos con situaciones en las cuales no comprendemos el por qué de estar pasando una fase triste, el por qué de sucedernos a nosotros, al fin y al cabo nada hemos hecho por merecerlo y, aun así, nada de maravilloso ocurre en nuestra vida.
“En verdad os digo”.
Necesitamos ciertas experiencias para crecer o para aprender y de tales experiencias extraer esas enseñanzas. Si no fuese así, personas de mucha edad serían inconstantes y profundamente angustiadas o ansiosas, pero por el contrario, son personas que aun marcadas por el tiempo traen la serenidad en su semblante y cierta mirada contemplativa como si ya supiesen de todos los caminos. Sin embargo no podemos decir esto de los más jóvenes, que con cierta angustia y ansiedad, nada saben y empiezan a considerar la vida como un tremendo sainete.
¡Lo sé! La pregunta es:
- ¿Es preciso sufrir antes, para ser feliz después? ¿Tiene la vida que revelárseme muchas veces amarga, para que más adelante sea dulce? ¿Por qué a tal persona todo le sale siempre bien, sin que lo merezca? ¿Por qué haciendo yo por merecer, nada me sale bien?
- ¿Por qué no tengo quien me ame de verdad? ¿Por qué ese(a) lo consigue y yo no?
- Yo diría que hay dos caminos:
El aprendizaje por el sufrimiento y por el dolor. Éste nos enseña de manera dura, hundiéndonos literalmente, retirándonos el suelo en que muchas veces hemos pisado a otros, arrancando nuestro orgullo y todos aquellos prejuicios idiotas que arrastramos, y que nos hacen sentir como un César romano, mandando prender o soltar cristianos.
Estamos tan apegados a la materia que la vida tiene que quitarnos nuestros bienes materiales para que podamos valorar el espíritu y aproximarnos a Dios.
Así es como sucede y yo lo afirmo por experiencia de vida. Siéntase feliz quien no ha necesitado caer en un lecho de hospital para tener que repensar esos valores.
También existe el lado blando y sereno, en que la vida nos pone delante personas que alteran en 180 grados nuestra ruta. A veces un pequeño en el seno de nuestra familia, un viaje inesperado, el recuerdo de alguien a quien decidimos reencontrar, un amor que tanto hemos soñado... Y cuando esto ocurre no le damos mucha importancia. Un viejo amor que se renueva... Esto sucede de manera suave y no causa sufrimiento; por el contrario, mucha felicidad y alegría en navegar por esos nuevos mares.
Hoy yo digo: Que el arte de la felicidad es esa mezcla a veces salada, a veces dulce, muchos momentos duros y difíciles, pero llena de momentos agradables y saludables que debemos condimentar y practicar la tal alquimia.
Por tanto, queridos(as) míos(as), esta es la manera de que usemos con sabiduría ese arte de la felicidad.
Saber que siempre caminamos hacia la evolución, ya sea sufriendo y aprendiendo, ya sea aprendiendo sin sufrimiento; y no hay manera de librarnos de esto.
No es posible faltar a las clases de la vida, estés despierto, dormido, soñando entorpecido por las drogas, enamorado, carente o angustiado.
Por tanto, cada uno de nosotros tendrá un tiempo de sufrimiento y un tiempo de alegría y de paz. Cada uno de nosotros tendrá que aprender la alquimia de transformar a lo largo de la vida: el dolor en un sentimiento más noble, quizá la compasión; la ansiedad quién sabe en contemplación, la angustia en perseverancia, la soledad en presencia de espíritu y el odio en amor incondicional.
Y descubrir el verdadero arte de ser feliz...
Piensa en esto.
Mucha Paz
