El Cultivo del Alma
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 18/05/2006 13:44:16
Traducción de Teresa - [email protected]
Una de las más importantes acciones para la salud psíquica del ser humano es el cuidado con esa misteriosa parte de nosotros a que denominamos alma.
Para muchos, el cuidado con el cuerpo es una verdadera obsesión. Dispenden inmensa energía en los gimnasios, pero no se disponen a encontrar tiempo o invertir recursos para buscar el equilibrio interior.
Aunque cuidar del cuerpo físico sea muy importante, principalmente en lo que se refiere a mantenerlo saludable, el mismo cuidado y empeño debería ser aplicado al alma. El filósofo griego Sócrates consideraba este trabajo más importante que cualquier otra cosa en la vida.
Solamente una perfecta salud psíquica puede garantizar equilibrio y salud también al cuerpo físico, visto que ambas están directamente relacionadas, como ha sido ampliamente demostrado por la medicina psicosomática.
En la sociedad moderna, la complejidad del hombre hace que los cuidados con el alma no se restrinjan apenas a oraciones u otros rituales religiosos. Es necesario ahondar más en la comprensión de esta parcela de nosotros tan importante para que la existencia sea plenamente vivenciada. La psicoterapia, el análisis de los sueños, el uso de las esencias florales, la meditación, la imaginación creativa, el desarrollo de la creatividad, son herramientas extremadamente eficaces para el cuidado del alma.
Así como un jardín que, cuando no es cuidado, queda invadido por hierbas dañinas y por plantas desprovistas de vitalidad, nuestra alma también necesita ser cultivada con atención, empeño y amor, para que obtengamos equilibrio y felicidad.
Un jardinero se une a la naturaleza para producir plantas saludables y bellas. Del mismo modo, debemos ayudar a la existencia haciendo nuestra parte en la tarea de construir una vida plena de alegría y serenidad.
“Osho, ¿qué es la angustia? ¿Es apenas otro nombre para la ansiedad?” – Preguntó un discípulo.
La angustia tiene algo de la ansiedad, pero no es apenas la ansiedad. Es mucho más, mucho más profunda.
Ansiedad quiere decir que estás preocupado con un determinado asunto, en un estado de indecisión. No sabes si debes o no hacer cierta cosa, cuál será la manera bien hecha de realizarla, qué opción tomar… hay tantas maneras. Estás siempre en una encrucijada. Todas las maneras parecen similares; ciertamente, conduciendo a algún lugar. Pero ¿conducirán a la meta a que estás aspirando?
…La angustia no tiene ningún objeto determinado.
…No hay nada que puedas elegir entre dos alternativas, ningún “esto o lo otro”. No hay ninguna elección que cuestionar. Entonces ¿cuál es el problema con la angustia?
Intentaré explicarlo. Es un poco difícil de comprender, pero no imposible.
…Una rosa va a ser una rosa. Aun antes de que broten las flores, tú ya sabes que aquellas flores no van a ser crisantemos. El arbusto es de rosas; la esencia de la rosa ya se encuentra allí – simplemente su existencia tiene que suceder. El programa básico ya lo ha promovido la naturaleza, simplemente debe ser manifestado.
…En el hombre, la existencia precede a la esencia.
En primer lugar él nace, y después, comienza a descubrir aquello que él puede ser. Esa es la angustia.
Él no tiene ningún programa, ninguna directriz determinada, dada por la naturaleza, ningún mapa que seguir. Él queda abandonado apenas como pura existencia. Tiene que descubrir todo acerca de sí mismo. La vida es un desafío a cada instante; así, en todo momento él debe elegir. Siempre que tiene que elegir, hay ansiedad – pero la ansiedad es particular.
La angustia es un estado general del ser humano. Él está en angustia desde el nacimiento hasta la muerte, porque no tiene medios de saber cuál es su destino, a dónde irá a parar.
Y claro, muy pocas personas sienten angustia, porque muy pocas personas son así tan conscientes de sí mismas, de sus existencias, de a dónde se están dirigiendo, de en qué se están convirtiendo, de qué va a suceder. Viven muy interesadas en lo trivial. Lo trivial crea ansiedad.
Y siempre que hay elección, hay ansiedad.
Así, todo el mundo, a cada paso, a cada momento de su vida, hace frente a la ansiedad. La ansiedad es común, un acontecimiento diario.
La angustia es muy profunda.
…En la angustia hay alguna ansiedad, porque estás preocupado, interesado. Pero ese interés no es relativo a cualquier trabajo, a cualquier cosa, a cualquier cosa en particular – no, es una vaga sensación general de: “¿Qué soy yo?”
(…) En primer lugar, cuando sientas angustia, sentirás un tremendo tormento, una profunda depresión… un abismo insondable abriéndose ante ti, y te verás cayendo en él. Es terrible al principio, pero solamente al principio.
Si puedes ser paciente, sólo un poquito paciente, y permites que suceda lo que quiera, pronto, pronto, serás consciente de una nueva cualidad en tu ser: todo lo que está sucediendo está a tu alrededor, no está sucediendo en ti. Es algo externo, no interno. Incluso tu propia mente es algo del exterior.
En el centro más recóndito hay solamente una cosa. Esta cosa es el testimoniar, la observación, la atención, la consciencia.
Y es a esto a lo que llamo meditación.
Sin la angustia tú no puedes meditar.
Tú tienes que pasar a través del fuego de la angustia. Él quemará la basura y te dejará más limpio y rejuvenecido.
Y tu ser no está muy distante. Está ahí, muy cerca, pero simplemente el zumbido de todos los pensamientos no te permite oírlo, verlo, sentirlo.
…Habéis preguntado cosas como “¿quién es Dios?” y “¿quién ha creado el mundo?”… Una mente madura tiene solamente una cuestión. Ni siquiera dos, tan sólo una única cuestión: “¿Quién soy yo?”.
…Y esa cuestión existencial es terrible al principio, dolorosa al principio, pero trae todas las bendiciones al final.
Gautama, El Buda, dijo: “Mi camino al principio es amargo, pero al final es muy dulce”.
…Él se refería al camino del que estoy hablando – el camino que conduce a dentro.
Sí, es amargo al principio, pero dulce al final. Es como la muerte al principio y es la vida eterna al final.
Y todas las bendiciones de la existencia son suyas.
Quedas tan bendecido que puedes bendecir toda la existencia.
…El Bendecido nace del dolor agudo de la angustia”.
Osho, From Personality to Individuality
