El Deseo de Perfección
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 30/08/2008 10:04:51
Traducción de Teresa - [email protected]
El perfeccionismo, que consiste en el deseo de jamás cometer un error en cualquier circunstancia de la vida, es una causa frecuente de frustración y angustia para el ser humano.
El miedo a equivocarse hace que muchas personas dilaten indefinidamente el cumplimiento de metas y tareas, dejando de cumplir plazos, por no lograr estar satisfechas de aquello que han realizado.
Muchos, además, desarrollan tendencia a comenzar una tarea y abandonarla precisamente en el momento en que podrían cosechar los frutos, por miedo a que el resultado final no alcance el nivel ideal que se habían impuesto.
Está claro que todos hemos de empeñarnos en realizar siempre lo mejor. Pero exigirse a si mismo y a los demás el logro permanente de la perfección hace que la vida se vuelva demasiado pesada y quita el placer del aprendizaje, aunque a costa del error.
La falta de confianza en uno mismo y el consiguiente miedo al juicio ajeno están por detrás del perfeccionismo exagerado. Cuando la autoestima de la persona depende de la aprobación constante por parte del mundo, ella seguramente habrá de enfrentar muchos problemas. Las relaciones se vuelven difíciles, visto que se mostrará extremadamente vulnerable a cualquier forma de crítica. Muchos desisten de proyectos e incluso de una carrera por no soportar la menor crítica a algo que hayan realizado.
Padres excesivamente críticos y exigentes acaban por crear hijos inseguros que, cuando adultos, no creen en sus propias capacidades, temiendo jamás corresponder a lo que de ellos se espera.
En el mercado profesional, los inseguros y miedosos son los que más sufren, ya que el mundo se ha vuelto demasiado competitivo y demostrar la propia capacidad se ha convertido en una batalla diaria. Aun así, es importante tener en vista que el esfuerzo, la dedicación y el empeño en cumplir plazos serán reconocidos aunque no se alcance el 100% de excelencia en la tarea realizada.
En todas las situaciones de la vida, es esencial que estemos atentos al nivel de exigencia que nos imponemos, para que esto no se convierta en una obsesión que aleje de nosotros cualquier oportunidad de realización y felicidad.
... “Imaginemos que la vida sea un río. La mayoría de las personas se agarra al margen, con miedo a soltarse y a correr el riesgo de ser arrastrada por la corriente. A cierta altura, cada una de ellas habrá de disponerse a soltarse y creer que el río la llevará de manera segura. En ese momento aprenderán a “seguir con la corriente” y esto les parecerá maravilloso.
Después de acostumbrarnos a seguir con el flujo del río, empezamos a mirar hacia delante y a establecer nuestro propio curso, optando por el camino que nos parece mejor, evitando troncos sumergidos y eligiendo, entre las muchas ramificaciones del río, aquellas que preferimos seguir – todo esto sin que dejemos de “seguir con la corriente”.
Esta metáfora nos muestra cómo podemos aceptar nuestro presente, dejándonos llevar por la corriente de la vida y, al mismo tiempo, dirigirnos conscientemente rumbo a nuestros objetivos, asumiendo la responsabilidad por la creación de lo que sucede en nuestra vida.
Seguir con la corriente significa procurar alcanzar tus metas sin una insistencia excesiva (aunque esas metas puedan ser muy importantes) y estar dispuesto a alterarlas en caso de que surja algo más apropiado o satisfactorio.
Se trata de una especie de equilibrio, en que mantenemos nuestras metas bien claras en nuestra mente, sin perder la capacidad de apreciar los lindos panoramas que habremos de encontrar por el camino o, incluso, de alterar nuestras metas si la vida empieza a llevarnos en otra dirección. En otras palabras, significa ser firme, aunque flexible.”
Shakti Gawain
