El despertar, la primera parte del camino
por Rodolfo Fonseca em STUM WORLDAtualizado em 27/09/2006 14:01:45
Traducción de Teresa - [email protected]
Si tú eres una persona escéptica, o bien vas con piloto automático, es muy posible que no te des cuenta de ciertos aspectos de la vida. Existe, paralela a esta realidad tuya, muchos tipos de vida totalmente diferentes, que toman mucho en consideración las pequeñas señales de nuestro inconsciente, haciendo así posible crear armonía entre lo que eres y lo que sientes.
Algunas personas, que participan en esa realidad, constantemente intentan enseñarla, pero es muy difícil, pues exige mucho más del alumno que del profesor. Distinguir algunos momentos de esa otra realidad es mágico y tan revelador que la emoción llega a dominar.
En caso de que desees intentar esto ahora, primeramente debes permanecer calmo y con tu mente abierta. Confía en lo que estoy diciendo, siente ¡o al menos considera esa posibilidad! Mira para dentro de ti mismo e intenta ver tu vida ahora tal como era cuando tenías 10 años, o sea, con belleza y sencillez.
Navega a través de tus experiencias y destaca las que puedan llevarte a apreciar que es posible la sencillez en la vida... hazlo con calma, durante varios días... escribe...
Tener fe en ti mismo en ese momento es imprescindible, te haces con un nuevo guía "TÚ MISMO" y has de seguirlo. Si lo consigues, con certeza sentirás "literalmente" que algo muy pesado se cae de tus espaldas y se rompe en mil pedazos, pequeños y grandes pedazos de "pre-juicios" que has venido adquiriendo durante toda tu vida, hasta ahora. Una verdadera "joroba" que iba creciendo y creciendo, pero como no estaba a la vista, nada podías hacer.
Intentarás descubrir desde cuándo esta herencia ha empezado a serte trasmitida, y ¡tristemente te darás cuenta que ha sido desde siempre! Sí, el mundo vive en una especie de trance, que masifica en extremo, y que nos arroja los unos contra los otros en razón de creencias, política y hasta fútbol.
Si te encuentras entusiasmado, asustado, o tienes aquella mirada curiosa ¡considérate bienvenido! Para conseguir mantener esa luz encendida sobre tu cabeza, debes continuar buscando aquello a que ahora ya puedo denominar verdadero camino.
Como próximo paso, te sugiero que intentes descubrir también tus "pre-disposiciones", que están fácilmente visibles (más de lo que imaginas)... consulta a una astróloga si no lo crees. En verdad existen varias maneras de conocerse, y la verdadera concepción está en: No dejar jamás de intentar individualizarse.
Frases como "conócete a ti mismo", "cúrate a ti mismo", "el verdadero amor es incondicional", estarán siempre contigo. Percibir tu unicidad es descubrir que eres tan fuerte, inteligente, saludable y guapo como cualquiera.
La belleza de las cosas sencillas comenzará a "chisporrotear" delante de ti, vete con calma para poder vivenciar esos descubrimientos por completo.
Como siempre te ha sido mostrado el lado material de la vida, aspectos básicos, pero que no tienen precio, han podido pasar desapercibidos a tus ojos ciegos.
Por ejemplo:
-¿Sientes placer en respirar?
-¿Sientes placer en beber agua?
-Cuando vas a la playa ¿hundes las manos en la arena y te das cuenta de su belleza?
-Al mirar el fuego ¿observas su infinita danza y el calor transmitido?
Aspectos tan banales si se comparan con el mundo allá afuera, listo para ser descubierto...
Tú no tienes la culpa de no percibir esto. La sintonía en que estabas no permitía la búsqueda de valores esenciales, ella apenas te ayuda a amplificar problemas, a somatizarlos en un peaje muy alto y una inconsciente necesidad de "más". Ese más nunca será lo suficiente, puesto que es un vicio.
Buscar valores sencillos trae una felicidad sin precio; esto es prácticamente imposible de transmitir con palabras, es preciso vivenciarlo humildemente (no como obligación) sino con placer y felicidad. Comienza con Ejercicios de Respiración, Meditación, una buena alimentación...
Considero que el secreto de ese modo de vida no está en alienarse de la "realidad" vivida por las otras personas, sino en convencerse de que también existe felicidad de nuestro lado.
